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Jóvenes rusos católicos se reúnen en San Petersburgo tras la JMJ de Lisboa

Del 23 al 27 de agosto de 2023 tuvo lugar en San Petersburgo el X Encuentro Nacional de Jóvenes Católicos de Rusia, que este año ha sido una prolongación de la JMJ de Lisboa 2023.

Loreto Rios·28 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

Cartel del X Encuentro Nacional de Jóvenes Católicos de Rusia

El X Encuentro Nacional de Jóvenes Católicos de Rusia se lleva convocando desde el año 2000. En 2023, primera ocasión en que se celebra en San Petersburgo, ha contado con unos 400 participantes de 54 ciudades rusas y de las cuatro archidiócesis católicas de Rusia. El día 25 de agosto, el Papa Francisco intervino en el evento por videoconferencia pronunciando un discurso, escuchando los testimonios de los jóvenes y respondiendo a algunas preguntas. Su participación duró un poco más de una hora.

Una JMJ rusa

En esta ocasión, el evento se ha concebido como una prolongación de la JMJ Lisboa 2023 y ha seguido una estructura parecida, con misas en común y catequesis cada mañana en grupos de 25-30 personas basadas en los mismos temas que se trataron en Lisboa. Se ha contado con la participación de los cinco obispos de la Conferencia Episcopal rusa: Paolo Pezzi, arzobispo de la archidiócesis de la Madre de Dios de Moscú (la principal archidiócesis de Rusia), y el obispo auxiliar Nikolai Dubinin; Clemens Pickel, de San Clemente de Saratov; Joseph Werth, de la diócesis de la Transfiguración, en Novosibirsk, y Kirill Klimovich, de San José de Irkutsk.

Además de jóvenes rusos, también han participado en el evento estudiantes extranjeros de Armenia, Azerbaiyán, India y Colombia, entre otros países, así como religiosos y catequistas.

Las jornadas se abrieron en la parroquia de la Visitación de María a Isabel de San Petersburgo, haciéndose eco del lema de la JMJ de Lisboa, “María se levantó y partió sin demora” (Lc 1, 39). Además de las misas, catequesis y veladas de oración, el encuentro ha incluido momentos festivos y oración personal y comunitaria. Al igual que en Lisboa, los peregrinos fueron acogidos por parroquias y familias católicas de San Petersburgo.

Católicos en Rusia: menos del 1 % de la población

Oksana Pimenova, subdirectora del Instituto Santo Tomás de Moscú y una de las organizadoras del encuentro, comentó a Agencia Fides que “a pesar de que la Iglesia católica en Rusia está formada por pequeñas comunidades dispersas en un vasto territorio, estamos como unidos por una ‘cadena de apretones de manos’: no todos nos conocemos directamente, pero a menudo tenemos conocidos en común, y momentos como este nos ayudan a crecer en comunión y amistad entre nosotros. Estar juntos con personas tan diferentes en cuanto a origen y vocación significa poder reconocernos como parte de una gran familia que no conoce fronteras, cuyos miembros, a pesar de su diversidad, están llamados a estar juntos”.

Durante la jornada dieron su testimonio dos jóvenes rusos católicos, Alexander y Varvara. Después de escucharles, el Papa Francisco pronunció un discurso en español retomando algunas reflexiones en torno al lema de la JMJ Lisboa 2023.

Llamados y en salida

En primer lugar, el Papa indicó que “Dios nos manda salir y caminar. (…) Todos somos elegidos y llamados (…) antes de los talentos que tenemos, antes de nuestros méritos, antes de nuestras oscuridades y heridas, antes de todo hemos sido llamados. Llamados por nuestro nombre, tú a tú. Dios no va al montón, no. Dios va del tú a tú.

Isabel, que era estéril, y María, la Virgen: dos mujeres que se convirtieron en testimonio, ¿de qué?, de la fuerza transformadora de Dios. Dios transforma. Es esa experiencia del amor desbordante de Dios que no se puede dejar de compartir. Por eso, María se levantó y se fue sin demora, fue rápido. Tiene que levantarse con prisa. Cuando Dios llama, no podemos quedarnos sentados”.

«Dios acoge siempre»

La segunda idea que el Papa destacó fue que “el amor de Dios es para todos y la Iglesia es de todos. El amor de Dios se reconoce por su hospitalidad. Dios acoge siempre, crea, crea espacio para que todos tengamos lugar y se sacrifica por el otro, está atento a las necesidades del otro. María se quedó tres meses con Isabel, ayudándola en sus necesidades. Estas dos mujeres están creando espacio para las nuevas vidas que nacen: Juan Bautista y Jesús.

Pero también crean espacio una para la otra, se comunican. La Iglesia es una madre de corazón abierto, que sabe acoger y recibir, sobre todo a quien tiene necesidad de mayor cuidado. (…) La entrada es libre. Y después que cada uno sienta la invitación de Jesús a seguirlo, a ver cómo está delante de Dios; y para este viaje están las enseñanzas y los Sacramentos. Recordemos el Evangelio: cuando el señor del banquete manda a llamar a los cruces del camino dice: ‘Vayan y traigan a todos’ (cfr. Mt 22, 9)”.

Jóvenes y ancianos

En tercer lugar, Francisco subrayó que “es vital que los jóvenes y los ancianos se abran uno al otro. Los jóvenes, al encontrarse con los ancianos, tienen la oportunidad de recibir la riqueza de sus experiencias y sus vivencias. Y los ancianos, al encontrarse con los jóvenes, encuentran en ellos la promesa de un futuro de esperanza. Es importante, ustedes, jóvenes, que dialoguen con los ancianos, que dialoguen con los abuelos, que escuchen a los abuelos, que escuchen esa experiencia de vida que va más allá de la de los padres.

El punto de encuentro entre María e Isabel son los sueños. Ambas soñaban. Los jóvenes sueñan, los viejos sueñan. Es precisamente el sueño, la capacidad de soñar, la visión del mañana lo que ha mantenido y sostiene unidos a las generaciones (…). Isabel, con la sabiduría de los años -era vieja-, fortalece a María, que era joven y estaba llena de gracia, guiada por el Espíritu”.

«Artesanos de la paz»

En último lugar, el Papa comentó que desea para los jóvenes rusos “la vocación de ser artesanos de la paz en medio de tantos conflictos, en medio de tantas polarizaciones que hay de todos lados, que acechan nuestro mundo. Los invito a ser sembradores de semillas, de semillas de reconciliación, pequeñas semillas que en este invierno de guerra no brotarán por el momento en la tierra helada, pero en una primavera futura van a florecer. Como dije en Lisboa: tengan la valentía de sustituir los miedos por los sueños. (…) ¡Dense el lujo de soñar a la grande!”

Para concluir, el Santo Padre puso de ejemplo a la Virgen María, pidiendo a los jóvenes que “conciban” al Señor “en el corazón, y rápido, con prisa, llévenlo a quienes están lejos, llévenlo a quienes los necesitan. Sean signo de esperanza, signo de paz y de alegría, como María, porque con la misma ‘humildad de su servidora’, puedan ustedes también cambiar la historia que les toca vivir”.

Los jóvenes rusos en Lisboa

A la JMJ de Lisboa acudieron menos de veinte peregrinos de Rusia, algunos de los cuales, aunque venían con el grupo, eran estudiantes extranjeros. Solo una docena de este grupo eran de nacionalidad rusa.

Por su parte, participaron en la JMJ de Lisboa 300 peregrinos ucranianos. Se puede leer la crónica sobre estos grupos aquí y aquí.

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