España

José Cobo, cardenal para “una Iglesia samaritana”

El arzobispo de Madrid desde este sábado, Monseñor José Cobo, ha sido nombrado cardenal sólo un día más tarde. “Creía que, según el estilo del Papa, no iba a vincular la sede de Madrid con el cardenalato”, ha declarado el nuevo Pastor madrileño, sorprendido, quien ha recordado que “somos una Iglesia samaritana”.

Francisco Otamendi·9 de julio de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

Si hay una parábola evangélica que cita y medita a menudo el Papa Francisco, es la del buen samaritano, desde su primera exhortación apostólica Evangelii gaudium, la alegría del Evangelio. Hasta que nos empapemos. Eso ha hecho el nuevo arzobispo de Madrid, José Cobo, nombrado cardenal al día siguiente de tomar posesión como arzobispo, tras cinco años como obispo auxiliar (2018-2023).

Monseñor José Cobo (Sabiote, Jaén, 57 años), fijó la atención en todos en su toma de posesión en La Almudena, pero de modo especial en los pobres y en los necesitados, en los descartados. Hasta el punto de que medio centenar de personas pertenecientes a la Pastoral del Sordo, a la Mesa de la Discapacidad, inmigrantes y sin techo, ocuparon un sitio preferente en la catedral de la Almudena el sábado pasado.

Allí estaban ellos, junto a autoridades y personalidades de la vida política, social, cultural y judicial madrileña, y como no podía ser de otro modo, eclesial. Fueron numerosos los obispos (60), y sacerdotes (más de 350) concelebrantes, y los consagrados, y laicos,  que quisieron estar junto a su nuevo arzobispo metropolitano.

Causas sociales, y “un Pastor bueno”

“El Señor es mi pastor: éste fue el canto de Agustín y Pauli (sus padres), cuando llegaron a Madrid hace muchos años, dejando su pueblo y adentrándose en una ciudad incierta, desconocida y llena de migrantes como ellos”, manifestó el arzobispo madrileño abriendo su corazón en La Almudena, ya en el rito de conclusión.

“Venían como tantos, del pueblo a la ciudad con sus hijos pequeños del brazo y con la fe curtida en el corazón. Sin teorías, pero confiados en los caminos que solo el Señor abriría. Te alabamos, Pastor bueno, por cuidarnos con rostro de pueblo, de familia, de abuelos, tíos y sobrinos”, añadió.

Unos años en los que “se abrieron caminos llenos de amigos, de parroquias, de rincones donde no puedo dejar de agradecer que me enseñaste, por ellos, a comenzar a escuchar tu voz presente y actual en medio de tu Pueblo”.

«Gracias a cuantos me iniciasteis a descubrir que Dios habita la ciudad entre búsquedas y muchos procesos. Sois los amigos, sacerdotes y laicos que me habéis traído aquí, a este nuevo comienzo”, añadió el nuevo arzobispo, con mención especial a Pepe Reyero, “mi director espiritual y amigo desde el seminario, que profetizó un día, en su mesa camilla de Carabanchel, que Dios tenía una cruz especial preparada para mí para que fuera más de Él”.

No faltó una mención bonita a su ordenación de manos del cardenal Suquía (1994), en la misma sede “donde hace 29 años me arrodillé para dejar que las manos de don Ángel Suquía me abrazasen para sacar del corazón la promesa de obediencia y respeto. Luego, Señor, tu pastoreo me condujo a postrarme por dos veces en este suelo para que la tierra de Madrid fuese el lugar donde quieres que me enraíce, pisando el polvo de esta ciudad, a ras de tierra, como sacerdote primero y como obispo después, siempre desde el suelo. Hasta hoy”.

Fuerte inquietud social

Algunas de las personas que han tratado a don José Cobo estos años, ha contextualizado la fuerte inquietud social del nuevo arzobispo, que comenzó su ministerio pastoral como viceconsiliario de la Hermandades del Trabajo de Madrid, y que desarrolla también tareas en la Conferencia Episcopal Española, donde es miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral Social y promoción humana.

En los años de párroco de San Alfonso y como arcipreste de Nuestra Señora del Pilar de Aluche-Campamento, hasta 2015, “don José se mostró más radical en las causas sociales. Luego, en especial en sus años como obispo auxiliar, se ha ido mostrando más moderado, abierto y acogedor, y con mucho sentido común. Hay cierta expectación sobre con qué don José nos vamos a encontrar ahora”, comenta una persona cercana.

“Al ritmo ágil y libre de Jesús”

Sea como fuere, lo cierto es que en la homilía del sábado, el arzobispo madrileño José Cobo dijo cosas como ésta, que no dejan lugar a dudas:

“Queremos caminar siempre al ritmo ágil y libre de Jesús, el Cristo; siempre atentos a quienes quedan descartados al borde del camino. Las migraciones, la desigualdad, la soledad, la violencia y el sinsentido son los rincones donde las personas desplazadas, los pobres, los cautivos, los ciegos y oprimidos esperan a los seguidores de Cristo unidos, para ser rescatados y reconocidos como hijos de Dios”. 

Porque “no olvidamos que somos una Iglesia samaritana”. Para monseñor Cobo, ha resaltado archimadrid, “sin los pobres no hay camino. Sin su inclusión social y eclesial la alegría del Evangelio sería un imposible”.

También “aspiramos a que nuestra voz hoy llegue a toda la ciudad. A cuantos hombres y mujeres de buena voluntad quieran escucharla”, añadió el arzobispo, que el próximo 30 de septiembre será cardenal. “Contad con la sincera voz y ayuda de la Iglesia para trabajar por el bien común y para impulsar una cultura del encuentro”, dijo a las autoridades,  porque “como cristianos y ciudadanos, queremos aportar nuestra voz y nuestra visión al desarrollo humano integral”. 

De este modo, añadió, “no vais a encontrar a la Iglesia de Madrid en los vagones de cola”, ya que “el Evangelio es una potentísima locomotora capaz de ir en vanguardia aportando trascendencia, valores y una concepción del ser humano que nos ayuda a ser más felices, sabiendo que somos regalo de Dios con una doble nacionalidad: peregrinos en la tierra y convocados a ser ciudadanos del cielo”.

Misas y Lisboa

Tras la primera misa dominical como arzobispo celebrada hoy en el pequeño pueblo de Aoslos, en la Sierra norte de Madrid, Monseñor Cobo se acercará los próximos domingos a Vallecas, el 16 de julio, a las 12,00 horas, a la parroquia de san Alberto Magno, confiada por la archidiócesis al Opus Dei; y a continuación, el día 23, a las 11,00 horas, celebrará la Eucaristía en la parroquia de Nuestra Señora de los Desamparados, del distrito de Villaverde.

La archidiócesis madrileña ha informado también que “el nuevo arzobispo participará en la Jornada Mundial de la Juventud Lisboa 2023 acompañando a los jóvenes de la archidiócesis por primera vez como su pastor titular”.

El autorFrancisco Otamendi

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