Vaticano

El Papa concede la indulgencia plenaria por la Jornada mundial de los Abuelos y de los Mayores

El 28 de julio, Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores, los católicos podrán obtener la indulgencia plenaria, según un decreto publicado por la Penitenciaría Apostólica.

Giovanni Tridente·19 de julio de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos
papa mayores

El Papa saluda a una mujer mayor en un encuentro (OSV News)

Por cuarto año consecutivo, la Penitenciaría Apostólica, por mandato del Papa, concede Indulgencia Plenaria con motivo de la Jornada Mundial de los Abuelos y de los Ancianos, que este año se celebrará el domingo 28 de julio de 2024.

El tema de este año, “En la vejez no me desampares”, tomado del Salmo 71, subraya la importancia de honrar y cuidar a las personas mayores en la sociedad.

El don espiritual de la indulgencia se concederá también en esta ocasión a varias categorías de fieles. En primer lugar, a los abuelos, a los ancianos y a todos los fieles que participarán en las celebraciones litúrgicas organizadas en todo el mundo con este motivo.

Lo mismo ocurrirá con las personas que dedican su tiempo a visitar a ancianos necesitados o en dificultades, y con todos los ancianos enfermos y sus cuidadores, que no pueden asistir físicamente a las celebraciones.

Las condiciones para obtener la Indulgencia son las habituales: confesión sacramental, comunión eucarística y oración según las intenciones del Sumo Pontífice.

Al firmar el Decreto, el Penitenciario Mayor, cardenal Angelo De Donatis, subrayó la importancia pastoral de la iniciativa, invitando a los sacerdotes a ponerse a disposición para confesar en esta ocasión.

Esta concesión se inscribe en el contexto más amplio de los esfuerzos de la Iglesia católica por promover la dignidad y el valor de las personas mayores en la comunidad cristiana y en la sociedad en general.

La iniciativa refleja también la especial atención que el Papa Francisco ha dedicado siempre a los ancianos durante su pontificado, reconociendo su papel fundamental como custodios de la memoria y transmisores de la fe a las nuevas generaciones. No es casualidad que, en 2022, el propio Pontífice haya dedicado numerosas catequesis de los miércoles al “significado y valor de la vejez”, un “pueblo nuevo” y “entre las cuestiones más urgentes que la familia humana está llamada a afrontar en este tiempo”.

El mensaje

En el Mensaje escrito con ocasión de esta cuarta Jornada, el Papa Francisco aborda específicamente el problema de la soledad y de la marginación de los ancianos en la sociedad contemporánea, lanzando un llamamiento a un cambio cultural. Ante todo, es necesario superar el creciente individualismo y aquellas políticas y opciones sociales que no reconocen la dignidad de cada persona “más allá de cualquier circunstancia”.

El cambio de perspectiva propuesto por el Santo Padre no ve a los ancianos como una carga, sino como un recurso precioso para la familia, la sociedad y toda la Iglesia. No es casualidad que el Mensaje termine con un llamamiento a la ternura y a la cercanía hacia los abuelos y los ancianos, invitándoles a decir “no os abandonaré” y a emprender un camino de solidaridad intergeneracional.

Oración

En la oración escrita para la ocasión afloran las preocupaciones y esperanzas de los ancianos y, junto al respeto de la dignidad humana y el valor de cada persona, se confía en la renovación de los corazones mediante la Palabra de Dios y la invocación del Espíritu Santo.

La lucha contra la soledad y la invocación a la paz también surgen como tema crucial, mirando al futuro con renovada esperanza.

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