Vaticano

El Papa une la salvación del hombre al cuidado de la creación

En su mensaje para la Jornada de oración por el cuidado de la creación, el Papa Francisco ha querido subrayar la relación que tiene la virtud de la caridad con el respeto a la naturaleza y a todas las criaturas de Dios.

Paloma López Campos·27 de junio de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos
Papa Francisco

El Papa Francisco recibe como regalo un olivo de manos de Scholas Occurentes (CNS photo / Vatican Media)

El 1 de septiembre de 2024 la Iglesia celebra la Jornada de oración por el cuidado de la creación. Este año, el lema elegido por el Papa Francisco es “Espera y actúa con la creación”. Como explica el Pontífice en el mensaje publicado para esta ocasión, el motivo principal “hace referencia a la Carta de san Pablo a los romanos 8, 19-25, donde el apóstol aclara lo que significa vivir según el Espíritu y se concentra en la esperanza cierta de la salvación por medio de la fe, que es la vida nueva en Cristo”.

Tomando estos versículos de la Biblia, dice el Papa, podemos partir “de una pregunta sencilla”: “¿Cómo es que tenemos fe?”. Y él mismo responde que “no es tanto porque ‘nosotros creemos’ en algo trascendente que nuestra razón no logra entender”, sino que “es porque habita en nosotros el Espíritu Santo”.

Francisco explica con más detenimiento esta afirmación diciendo que “el Espíritu es ahora, realmente, ‘el anticipo de nuestra herencia’, como pro-vocación a vivir siempre orientados hacia los bienes eternos”. Es precisamente por esta razón por la que “el Espíritu hace a los creyentes creativos, proactivos en la caridad”. Y, con esta caridad, los cristianos son introducidos “en un gran camino de libertad espiritual” que les hace percatarse de que “son hijos de Dios y pueden dirigirse a Él llamándolo ‘¡Abbá!, es decir, ¡Padre!’”.

Esto, dice el Santo Padre, debe llenarnos de esperanza, pues “el amor de Dios ha vencido, vence y seguirá venciendo siempre. A pesar de la perspectiva de la muerte física, para el hombre nuevo que vive en el Espíritu el destino de gloria es ya seguro”.

La fe como tarea

De acuerdo con esto, afirma el Papa, “la existencia del cristiano es vida de fe, diligente en la caridad, y desbordante de esperanza”. Sin embargo, esto no es razón para que el discípulo de Cristo se acomode. “La fe es un don”, explica el Pontífice, “pero es también una tarea, que debe realizarse en la libertad, en la obediencia al mandamiento del amor de Jesús”.

Esto se realiza “en los dramas de la carne humana que sufre”, señala el obispo de Roma. “La salvación cristiana entra en la profundidad del dolor del mundo, que no solo afecta a los seres humanos, sino a todo el universo”.

Por tanto, continúa Francisco, “toda la creación está implicada en este proceso de un nuevo nacimiento”. De este modo, la caridad del crisitano “debe extenderse también a la creación, en un ‘antropocentrismo situado’, en la responsabilidad por una ecología humana e integral, camino de salvación de nuestra casa común y de nosotros que habitamos en ella”.

Liberación del hombre, cuidado de la creación

El Santo Padre subraya en su mensaje que “la liberación del hombre comporta también la de todas las demás criaturas que, solidarias con la condición humana, han sido sometidas al yugo de la esclavitud”. En este sentido, “en la redención de Cristo es posible contemplar con esperanza el vínculo de solidaridad entre el ser humano y todas las demás criaturas”.

Por esta razón, continúa el Papa, “el Espíritu Santo mantiene alerta a la comunidad creyente y la instruye continuamente, llamándola a la conversión de estilos de vida, para que se oponga a la degradación humana del medio ambiente”.

Es importante, por tanto, que el hombre sea dócil al Espíritu Santo, ya que la obediencia a Él “cambia radicalmente la actitud del hombre: de ‘depredador’ a ‘cultivador’ del jardín”. Así, el ser humano consigue evitar esa “forma de idolatría” que consiste en “pretender poseer y dominar la naturaleza, manipulándola a voluntad”.

“Por tanto”, dice Francisco, “el cuidado de la creación no es sólo una cuestión ética, sino también eminentemente teológica, pues concierne al entrelazamiento del misterio del hombre con el misterio de Dios”. Asimismo, “hay una motivación trascendente (teológico-ética) que compromete al cristiano a promover la justicia y la paz en el mundo, también a través del destino universal de los bienes: se trata de la revelación de los hijos de Dios que la creación espera, gimiendo como con dolores de parto”.

Con y por la creación

El Papa finaliza su mensaje resumiendo con claridad el lema de la Jornada de oración por el cuidado de la creación. “Esperar y actuar con la creación significa, pues, vivir una fe encarnada, que sabe entrar en la carne sufriente y esperanzada de la gente, compartiendo la espera de la resurrección corporal a la que los creyentes están predestinados en Cristo Señor”.

Los católicos, concluye el Santo Padre, tienen que aspirar a “una vida santa”, “una vida que se convierte en un canto de amor a Dios, a la humanidad, con y por la creación, y que encuentra su plenitud en la santidad”.

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