Cultura

La Guardia Suiza pontificia. Historia, oficio y curiosidades

Cada 6 de mayo los nuevos miembros de la Guardia Suiza juran fidelidad al Papa, incluso a costa de su propia vida. Ese día del año 1527 murieron 147 guardias protegiendo al Papa Clemente VI durante el saqueo de Roma a manos de las tropas de Carlos V.

Alejandro Vázquez-Dodero·1 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos
guardia suiza

Son quizás, los guardias más fotografiados del mundo. Sus vistosos uniformes y su rostro impertérrito atraen la curiosidad de quienes se cruzan con ellos en el Vaticano. El privilegio de custodiar al Papa no es fácil. Entre los requisitos que deben cumplir quienes quieran formar parte de este cuerpo están el ser católico, medir al menos 1,74 metros de altura, y tener certificación de buena conducta. 

¿Qué es la Guardia Suiza? ¿Cuáles son sus competencias?

La Guardia Suiza pontificia es un cuerpo militar que se encarga de la seguridad del Papa y de la Santa Sede. Orgánicamente es un ejército –el más pequeño del mundo– con poco más de 100 miembros. 

Su responsable máximo es el Romano Pontífice, soberano del Estado de la Ciudad del Vaticano. Cuenta además con un comandante con rango de coronel, máxima autoridad militar del cuerpo; un vicecomandante con rango de teniente-coronel; un capellán con rango de teniente-coronel; un oficial con rango de comandante; tres oficiales con rango de capitán; y el resto son suboficiales y soldados o “alabarderos”.

Como cualquier cuerpo militar, dispone de sistemas de entrenamientos y procedimientos para el adiestramiento en táctica y manejo de armas. Además, la Guardia Suiza es instruida para el uso de la espada y alabarda –más adelante explicamos su significado– y se habilita en el oficio de guardaespaldas para la protección de jefes de Estado.

Controla las cuatro puertas del Vaticano: la del Santo Oficio, el Arco de las Campanas, el Portón de Bronce y la Puerta de Santa Ana, donde se halla su cuartel.

Dentro del Estado de la Ciudad del Vaticano, la mayoría del territorio está a cargo del denominado “cuerpo de vigilancia”, compuesto por algo más de un centenar de agentes procedentes de la policía o los Carabinieri, distribuidos por los jardines vaticanos, el helipuerto, los museos y demás lugares que requieren especial vigilancia. Tal cuerpo, en coordinación con la Guardia Suiza, vela por la seguridad de la Santa Sede. La Guardia Suiza protege específicamente el Palacio Apostólico y la persona del Santo Padre.

Naturalmente, como sucede en cualquier país civilizado, la Guardia Suiza convive con cuantos entes velen por la seguridad tanto del Romano Pontífice como de la Ciudad del Vaticano, de ahí que coordine algunas de sus funciones con la propia policía vaticana y las fuerzas de seguridad italianas, dada la ubicación geográfica de la Santa Sede, y con las autoridades de los Estados y lugares a los que se desplace el Papa para lograr una protección más eficiente y segura.

¿Cuál es la génesis de la Guardia Suiza?

La Guardia Suiza fue creada a principios del siglo XVI, cuando el Papa Julio II solicitó a los nobles suizos soldados para su propia protección. En ese momento los soldados suizos tenían una gran reputación, demostrada en los enfrentamientos habidos en las guerras de Borgoña.

¿Cómo es el uniforme de un guardia suizo?

El uniforme militar de la Guardia Suiza es uno de los más antiguos del mundo. El actual fue diseñado a principios del siglo XX, y se inspiró en los frescos de Rafael. Los colores coinciden con la librea de la casa Della Rovere, a la que pertenecía quien llegaría a ser el Papa Julio II.

Se compone de un morrión –casco que cubría la cabeza de los antiguos caballeros, algo cónico y con una cresta casi cortante– ornado con una pluma roja o blanca en función del rango militar de que se trate. Además, cuenta con guantes blancos y coraza.

El guardia suizo viste unas calzas sujetas a la altura de la rodilla por una liga dorada y cubiertas por polainas dependiendo del clima y la ocasión. Ello tiene la triple significación de mostrar la alegría de ser soldado, de combatir y de estar al servicio del Papa.

En cuanto al armamento que porta un guardia suizo destaca la alabarda o espada romera, que es un arma medieval parecida a una lanza, cuya punta está atravesada por una cuchilla, aguda por un lado y con forma de medialuna por el otro. Aunque, naturalmente, el cuerpo también dispone de armamento moderno de infantería, pistolas, ametralladoras, subfusiles y fusiles de asalto.

¿Qué condiciones se precisan para ser guardia suizo y cuál es su vida cotidiana?

No cualquiera puede ingresar en el cuerpo de la Guardia Suiza pontificia. Solo los solteros, católicos, con un mínimo de 1.74 metros de altura, edad entre 19 y 30 años, con un título profesional o grado de secundaria, con ciudadanía suiza y estando en posesión del título de instrucción básica en las fuerzas armadas suizas con certificación de buena conducta. 

En la página web propia –www.guardiasvizzera.ch– puede uno conocer a fondo qué significa ser guardia suizo y cuáles son dichos requisitos para pertenecer al cuerpo.

Cada 6 de mayo los nuevos reclutas juran fidelidad al Papa, incluso a costa de su propia vida. Ese día del año 1527 murieron 147 guardias protegiendo al Papa Clemente VI durante el saqueo de Roma a manos de las tropas de Carlos V, y desde entonces ésa es la fecha escogida para el ingreso de los nuevos candidatos.

Es un oficio en el que hay cierta rotación, de modo que los admitidos están algunos años en la Santa Sede y al cabo de un tiempo regresan a sus países de procedencia, normalmente Suiza.

La vida de un guardia suizo es una vida muy normal. Jornadas de unas nueve horas, y con festivos y vacaciones de acuerdo con los turnos de rotación. Los sueldos mensuales base son algo más modestos de lo que ganaría un soldado italiano.

En definitiva, una vida corriente, en la que, por supuesto, cada cual establece sus relaciones sociales e incluso –van ya varios casos– surgen matrimonios de guardias suizos con prometidas italianas a quienes conocieron precisamente durante su periplo militar en la Ciudad del Vaticano.

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