Vaticano

El futuro del planeta y los retos de la inteligencia artificial, a examen en el Vaticano

El 23 de septiembre se inauguró la Asamblea Plenaria de la Academia Pontificia de las Ciencias. Durante tres días, sus miembros debatirán sobre la Inteligencia Artificial, el cuidado del planeta y la llamada "era del Antropoceno".

Giovanni Tridente·25 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos
Inteligencia artificial.

El 23 de septiembre de 2024 se inauguró en la Casina Pío IV del Vaticano la Asamblea Plenaria de la Academia Pontificia de las Ciencias. El Papa Francisco, ausente por un síndrome gripal, pronunció su discurso ante los participantes, dando así el pistoletazo de salida a debates sobre temas de gran actualidad, como la inteligencia artificial (IA) y la llamada «era del Antropoceno».

El evento incluye tres días de debates en profundidad, con la participación de distinguidos científicos y líderes tecnológicos comprometidos con la resolución de los retos mundiales de nuestro tiempo.

Palabras del Santo Padre

En su discurso preparado para la ocasión, el Pontífice expresó en primer lugar su preocupación por el impacto destructivo de las actividades humanas sobre la naturaleza y los ecosistemas, y felicitó a la Academia por la elección de los temas, subrayando a este respecto la importancia de una ciencia que tenga en cuenta el bien común y la justicia social.

La referencia central fue al «Antropoceno», término acuñado a principios de los años 2000 por el científico atmosférico Paul Crutzen, ahora miembro de la misma Academia Pontificia, para definir la era actual en la que son evidentes los efectos de las actividades humanas sobre el planeta. Consecuencias «cada vez más dramáticas para la naturaleza y para el ser humano, especialmente en la crisis climática y la pérdida de biodiversidad» que tal actitud está generando.

Por otro lado, no podía dejar de mencionar la inteligencia artificial, cuyo desarrollo «puede resultar beneficioso para la humanidad, promoviendo innovaciones en los campos de la medicina y la sanidad», además de ayudar a proteger el propio entorno natural. También es necesario «reconocer y prevenir los riesgos de los usos manipuladores» que puede conllevar este desarrollo tecnológico, añadió el Papa.

Programa de la Asamblea

Las jornadas de la Asamblea incluyen conferencias y mesas redondas con ponencias de algunos de los científicos y tecnólogos más destacados del mundo. Durante la primera jornada, un panel exploró el tema de la ética en la inteligencia artificial, con la participación de Demis Hassabis, Director General de Google DeepMind, y Frances Hamilton Arnold, Premio Nobel de Química. Se mencionó que «la inteligencia artificial representa una oportunidad extraordinaria para acelerar los descubrimientos científicos», aunque «su aplicación debe ir acompañada de una fuerte responsabilidad social».

El segundo día, el debate se centró en el cambio climático y la pérdida de biodiversidad. La gente empieza a ser consciente, por ejemplo, de la urgencia de actuar de forma coordinada para hacer frente a estas crisis, sabiendo que «la ciencia debe guiar las acciones necesarias para garantizar un futuro habitable».

Entre lo más destacado de la tercera jornada figura la sesión dedicada a las ciencias emergentes, con charlas sobre física cuántica y aplicaciones de la IA a la medicina. Entre otras cosas, se hablará del uso de la inteligencia artificial en la ciencia marina y de cómo puede mejorar la gestión sostenible de los océanos y proteger la biodiversidad marina.

Iniciativas anteriores de la Academia

La Pontificia Academia de las Ciencias tiene una larga tradición de reflexión sobre cuestiones éticas y científicas de relevancia mundial. Sus plenos anteriores han abordado temas como la resiliencia humana durante el cambio climático y la respuesta a las pandemias, como el COVID-19. En 2022, la Academia exploró el tema de la «resiliencia de las personas y los ecosistemas bajo el estrés climático», destacando el papel clave de la ciencia en la mitigación de las crisis medioambientales.

Este año, la atención se centró en la IA, considerada por muchos una «revolución cognitivo-industrial». Como también afirmó el Papa, el impacto de esta tecnología «en los pueblos y en la comunidad internacional requiere mayor atención y estudio», haciendo así un llamamiento a un uso responsable de las tecnologías emergentes para evitar exacerbar las desigualdades y fomentar un verdadero progreso.

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