Vaticano

Francisco encomienda a san José la Iglesia, Ucrania y Tierra Santa

El Papa ha encomendado a san José “la Iglesia y el mundo entero”, todos los padres, y “los pueblos de Ucrania y Tierra Santa” en la Audiencia de hoy. En su catequesis, ha pedido la virtud cardinal de la prudencia, para que nos mantenga “cimentados en Cristo”, y ha lanzado un mensaje de protección de la vida, “desde su nacimiento en el vientre materno hasta su fin natural”.    

Francisco Otamendi·20 de marzo de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos
Papa Francisco

El Papa Francisco en la Audiencia general del 20 de marzo de 2024 en la plaza de San Pedro @OSV

“Ayer celebramos la solemnidad de San José, patrono de la Iglesia universal. Junto con vosotros, quisiera encomendar a su patrocinio a la Iglesia y al mundo entero, especialmente a todos los padres, que tienen en él un modelo singular a imitar. A san José encomendamos también a los pueblos de la martirizada Ucrania y de Tierra Santa, que tanto sufren el horror de la guerra”.

Con este saludo final en lengua italiana, el Papa Francisco ha encomendado al santo Patriarca  en la Audiencia la Iglesia y los pueblos azotados por las guerras, en este miércoles posterior a la solemnidad de san José, y a pocos días del inicio del misterio de la pasión, muerte y resurrección del Señor, “razón de nuestra fe y esperanza”, ha manifestado el Pontífice, que sólo ha leído personalmente la parte final de la catequesis.

Antes, en sus palabras a los peregrinos de lengua francesa, el Papa ha subrayado: “En la escuela de san José, que acabamos de celebrar, aprendamos a redescubrir las virtudes de la valentía y la prudencia para llevar a cabo eficazmente nuestra misión de bautizados en la sociedad actual”. 

“Nadie es dueño de la vida”

El Santo Padre, que celebró ayer una Eucaristía solemne en la plaza de San Pedro con motivo del undécimo aniversario del inicio de su ministerio petrino en 2013, ha lanzado un especial llamamiento de protección de la vida, a propósito del Día Nacional de la Vida en Polonia en 24 de marzo.

“Pensando en vuestra patria, quisiera compartir con vosotros mi sueño, que expresé hace unos años al escribir sobre Europa”, ha señalado el Papa. “Que Polonia sea una tierra que proteja la vida en cada momento, desde su nacimiento en el vientre materno hasta su fin natural.  “No olvidemos que nadie es dueño de la vida, ni de la suya ni de la de los demás. Os bendigo de corazón”.

De igual modo, ha aprovechado la Audiencia para recordar la celebración la próxima semana de los misterios de la pasión, muerte y resurrección del Señor, razón de nuestra fe y esperanza. Que Él os bendiga abundantemente y que la Virgen os guarde”.

La prudencia, obrar nuestro verdadero bien 

El Papa ha continuado con el ciclo de catequesis sobre “Los vicios y las virtudes», y ha centrado su reflexión en el tema de la virtud de la prudencia (Prov 15.14.21-22.33).

La prudencia forma parte de las virtudes cardinales, junto con la justicia, la fortaleza y la templanza. Esta virtud dispone la inteligencia y la libertad a discernir y a obrar nuestro verdadero bien, ha explicado el Santo Padre, con palabras que ha leído el P. Pier Luigi Giroli,. uno de sus colaboradores.

“Antes de tomar decisiones, la persona prudente pondera las situaciones, pide consejo, intenta comprender la complejidad de la realidad y no se deja llevar por las emociones, las presiones o la superficialidad”.

“En las tormentas, cimentados en Cristo, la piedra angular”.

En varios pasajes del Evangelio, ha proseguido, “encontramos enseñanzas de Jesús que nos ayudan a crecer en el conocimiento de esta virtud. Por ejemplo, cuando describe la acción del hombre sensato que construyó su casa sobre roca, y la del insensato, que la edificó sobre arena. Estas imágenes evangélicas, que ilustran cómo actúa la persona prudente, nos muestran que la vida cristiana requiere sencillez y, al mismo tiempo, astucia, para saber elegir el camino que conduce al bien y a la vida verdadera”.

Al concluir, el Santo Padre ha manifestado: “Pidamos al Señor que nos ayude a crecer en la virtud de la prudencia para que, en medio de las tormentas y los vientos que pueden sacudir nuestra vida, permanezcamos cimentados en Cristo, la piedra angular.  Que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide. Muchas gracias”.

Previamente, en la bienvenida a los peregrinos anglófonos –grupos de Inglaterra, Países Bajos, Dinamarca, Islas Feroe, Japón, Corea y Estados Unidos de América–, ha mencionado la Cuaresma: “A todos deseo que el camino cuaresmal conduzca a la alegría de la Pascua con los corazones purificados y renovados por la gracia del Espíritu Santo. Invoco sobre vosotros y vuestras familias la alegría y la paz de Cristo”.

El autorFrancisco Otamendi

Newsletter La Brújula Déjanos tu mail y recibe todas las semanas la actualidad curada con una mirada católica