El próximo Sínodo de los obispos, previsto para el año 2018, se centrará en los jóvenes y el discernimiento vocacional. Cuenta ya con un Documento preparatorio que se ha hecho público a comienzos de este año. Este texto ayuda a enfocar hoy de modo adecuado la pastoral juvenil, y como en otras ocasiones, incluye un cuestionario al final cuyas respuestas servirán de base para elaborar el Documento de trabajo para el Sínodo. El tono es optimista y esperanzado, y su lectura anima a la Iglesia a percibir la voz del Señor a través de los jóvenes que, también hoy, saben distinguir los signos de nuestro tiempo. Como se dice en la introducción de este Documento, al escuchar las aspiraciones de los jóvenes, se puede entrever el mundo del mañana y las vías que la Iglesia está llamada a recorrer.
Son muchos los agentes de pastoral que trabajan con gente joven, y en ocasiones su dedicación no muestra los frutos que se esperan. Esta situación conduce a cierto desaliento, y se puede tener la impresión de que el mensaje de Cristo fuera algo anticuado, que no conecta con los intereses y las aspiraciones de los jóvenes de hoy. Surge entonces la tentación de recortar las exigencias del Evangelio, o de mostrar una figura del cristianismo algo más difusa, que no requiera un compromiso vital tantas veces percibido como costoso. Sabemos que esa no es la solución. De hecho el cristianismo a la carta, al perder su autenticidad, también desdibuja el atractivo de un ideal, de algo por lo que merece la pena luchar. Y los jóvenes de hoy, como los de otras épocas, son quienes buscan mejorar el mundo. Valoran lo auténtico. No se conforman con sucedáneos. Son capaces de compromiso si se muestra el mensaje de Cristo con toda la fuerza y el atractivo que tienen.
Un grupo de jóvenes que funciona
Existen muchas iniciativas que se dirigen a integrar más a los jóvenes en proyectos de vida cristiana. Una de ellas es el método de Life Teen, que tuvo su inicio en 1985 en una parroquia de Arizona, en los Estados Unidos, y hoy está presente en cerca de 2.000 parroquias de más de 30 países. Lo puso en marcha Randy Raus, con el afán de acercar a los jóvenes a Cristo tras vivir un proceso de conversión personal.
Este padre de familia es ahora el presidente y uno de los fundadores del proyecto evangelizador de Life Teen, que presenta con profesionalidad y entusiasmo en todo el mundo. Cuando comenzó a sentir esta inquietud apostólica tuvo ocasión de conocer a la Madre Teresa y le preguntó: –Madre Teresa ¿qué debería hacer Life Teen? –Llévalos a la Eucaristía. – ¿Eso es todo?, preguntó él; pero, debe de haber algo más. Madre Teresa respondió: –No os preocupéis por los números, ayudad sólo a una persona a la vez y empezad por la que esté más cerca de vosotros en una ocasión.
Las parroquias en las que se implanta el método de catequesis de Life Teen forman grupos de jóvenes que comparten su fe en un tono desenfadado y alegre, al mismo tiempo que viven una propuesta profunda de encuentro con Cristo en la Eucaristía, y de formación semanal en la doctrina de la Iglesia Católica. Los pilares de su formación se encuentran por lo tanto en la Misa, en unas sesiones dinámicas de catequesis y en la comunidad en la que conviven con otros jóvenes.
Life Night: experiencia nueva para adolescentes
En las catequesis de Life Teen se otorga el protagonismo a los propios jóvenes. Antes que la transmisión de una doctrina, las sesiones se organizan con la finalidad de compartir espacios y de aprender a través del encuentro. Existen dos modalidades de sesiones en función de la edad de los participantes: los más jóvenes se incorporan al grupo Edge, y a partir de los 15 ó 16 años se agrupan en el denominado Life Teen.
Su dinámica incluye cuatro momentos sucesivos que se nombran en inglés con los términos Gather, Proclaim, Break, y Send. En el primer momento (la reunión), se recibe a los participantes en un contexto festivo, como una merienda o un juego, que permite conocerse y entablar una primera aproximación. A continuación se imparte la catequesis, que explica algún aspecto doctrinal o cuestiones de actualidad que afectan directamente a los jóvenes. Después se comparte el tema explicado en pequeños grupos, donde se favorece la participación de todos. Por último se vuelven a reunir esta vez para un momento de oración.
Las parroquias que utilizan este método reciben tres veces al año materiales específicos para las sesiones de catequesis. Son recursos diseñados para llegar a la cultura de la gente joven, habituada a recibir muchos reclamos a través de los medios audiovisuales. Además se incluyen guías litúrgicas con sugerencias para la predicación y para la música de los encuentros de adoración eucarística. Este es un elemento importante en las reuniones, en especial la música de alabanza, que a través de un ritmo vibrante y melodías pegadizas impulsa a sentir la presencia de Dios y mueve el corazón al diálogo personal con Dios.
Piensa en grande
El último encuentro europeo de Life Teen se ha celebrado en Barcelona en marzo. Allí hubo cerca de 200 asistentes que compartieron experiencias y buscaron modos de hacer más eficaz y profunda la evangelización entre la juventud. Jordi Massegú, el responsable de este método en España, explica que es importante acompañar a los adolescentes allí donde están, y en concreto en las redes sociales que ellos utilizan y en las que están presentes, como Instagram y Snapchat.
Al mismo tiempo sugiere que los agentes de pastoral juvenil sepan mostrar sus actividades de modo más atractivo, cuidando por ejemplo la profesionalidad en su organización y difusión, con la confección de carteles de diseño más visual y directo. Existen herramientas específicas para la elaboración de estos materiales, como Worswag o Canva. Por supuesto, el recurso a las redes o la apariencia externa de los materiales no sustituye al trato presencial con la amistad y el acompañamiento sincero que los jóvenes aprecian y contribuyen a generar con su entusiasmo y su iniciativa.
En una audiencia de 2014 a la Comisión para América Latina, el Papa Francisco pensaba en los jóvenes al destacar tres aspectos del encuentro de Jesús con el joven rico: la acogida, el diálogo y la invitación. Este pasaje nos puede ayudar como icono del acompañamiento a los jóvenes, y como explica el Papa, ayudarles a entender que “Cristo no es un personaje de novela, sino una persona viva, que quiere compartir ese deseo irrenunciable que ellos tienen de vida, de compromiso, de entrega. Si nos contentamos con darles un mero consuelo humano, los defraudamos. Es importante ofrecerles lo mejor que tenemos: a Jesucristo, su Evangelio, y con ello un horizonte nuevo, que les haga afrontar la vida con coherencia, honradez y altura de miras”.