Experiencias

Ernesto de la Cruz. Un buscador de la verdad

Ernesto de la Cruz es un profesional nacido en el barrio de La Boca, Buenos Aires. A lo largo de su vida, ha explorado su relación con la verdad y la fe, llevándolo a experiencias significativas que han marcado su camino espiritual.

Juan Carlos Vasconez·26 de febrero de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos
Ernesto de la Cruz

Graduado en Márketing en la Universidad de Belgrano en Buenos Aires, la carrera profesional de Ernesto de la Cruz lo ha llevado a conocer a fondo su país, Argentina y las principales ciudades de Latinoamérica. Los viajes profesionales que tuvo que realizar fueron escenarios claves para su desarrollo personal y espiritual.

Ernesto creció en un entorno católico pero no practicante. Su primer encuentro consciente con Dios ocurrió a los 9 años en la escuela San Juan Evangelista de La Boca. Aunque sólo cursó un año en una escuela religiosa, este contacto inicial dejó una huella profunda en su corazón, marcando el comienzo de su conexión con lo divino. Ernesto comparte que siempre ha mantenido conversaciones con Dios, aunque inicialmente de una manera “amateur o rudimentaria”, dado su escaso conocimiento religioso. 

Su búsqueda espiritual dio un paso más formal al llegar a los 50 años. Entonces, se decidió a participar en un retiro de Emaús. Esta experiencia fue el inicio de una trayectoria que lo llevó a servir en esta iniciativa durante dos años, proporcionándole valiosas lecciones.

La búsqueda intelectual 

En su búsqueda de un conocimiento espiritual más profundo, Ernesto comenzó a enfocarse en las Sagradas Escrituras. Al interrogar sobre sitios web para continuar en esa búsqueda, algún amigo le recomendó que preguntara en el Opus Dei. 

Cuando llegó al centro de formación del Opus Dei se sintió muy a gusto. Se dió cuenta que podía resolver sus dudas y continuar con su búsqueda. Este hecho coincidió con un recomenzar también en su vida ordinaria y laboral. Todo tenía más sentido.

Poco tiempo después le invitaron a incorporarse a medios de formación continua. Recuerda que, después de cada reunión de formación, notaba que iba encontrando a Cristo e integrando la fe en su trabajo y actividades cotidianas. 

Con un acompañamiento adecuado, Ernesto fue profundizando en su fe a través de libros que marcaron su itinerario espiritual. Los autores fueron pasando uno tras otro, comenzando por san Josemaría Escrivá, Andres Vázquez de Prada, o algunos clásicos como Luis de Palma y Garrigou-Lagrange. También leyó la Guerra de los judíos de Flavio Josefo. Ernesto no se detuvo ahí, siguió con una serie de autores modernos, que encontraba en artículos y ebooks de la web www.opusdei.org que imprimía y subrayaba para leer mejor. Llegaba temprano a su oficina para poder dedicarse al estudio sin interrupciones. Con esta literatura espiritual fue encontrando respuestas a sus inquietudes. Se dio cuenta de la riqueza de enseñanzas que nunca se acaban de las parábolas de Jesús. Éstas se convirtieron en las pistas clave para encontrar un camino amigable para llegar a Dios.

A través del dolor 

Entre las experiencias impactantes que compartió, destaca la transformación de su hermana Silvia. A pesar de enfrentarse a un cáncer de mama y, posteriormente, a un cáncer de hígado en estado avanzado, la fe de Silvia la llevó a un cambio radical en su actitud ante la vida. Su alegría, compasión y espíritu positivo a pesar de las adversidades han dejado una profunda impresión en Ernesto. Enfrentar la vida con una mirada positiva y comprender que cada individuo es más grande que los problemas que afronta es la lección de vida que Ernesto ha tomado de su hermana. Esta experiencia le sirve como un faro inspirador en su camino espiritual, guiándolo hacia una vida marcada por la fe, la esperanza y la compasión. Es consciente que su búsqueda no ha terminado, que siempre tendrá que recomenzar.

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