Traducción del artículo al alemán
“No existe ningún derecho en la Constitución norteamericana que proteja el aborto. Es tiempo de prestar atención a la Carta Magna y dejar ese asunto en manos de los representantes electos en cada estado”. Es una de las frases de la opinión del juez Samuel Alito, uno los 9 magistrados de la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos (SCJ), cuyo texto fue filtrado por el sitio web Politico el pasado 2 de mayo.
El Tribunal Supremo señaló que se trata de un texto auténtico, ilegalmente sustraído, pero que no constituye un veredicto del Tribunal, sino que solo refleja la opinión del juez Alito sobre el caso “Dobbs vs Jackson Women’s Health Organization”, el cual pone en entredicho una ley del estado de Mississippi que prohíbe el aborto después de las 15 semanas de embarazo.
Sin embargo, aún cuando no es un veredicto unánime ni final, el texto filtrado del juez Alito podría resumir en esencia la opinión de los otros 5 jueces conservadores del Tribunal Supremo sobre el aborto.
Si esta opinión se concretara, y aprobase, marcaría el final del “derecho constitucional al aborto” en los Estados Unidos, establecido por el dictamen de la Corte Suprema de Justicia de 1973, conocido como Roe vs. Wade.
El veredicto que emitan los jueces al final de sus deliberaciones, en los próximos días o semanas, podría revocar una serie de sentencias históricas que han sido enarboladas para presentar al aborto como “un derecho humano protegido por la constitución”. Entre dichos veredictos se encuentran además de Roe Vs Wade (1973), “Planned Parenhtood Vs Casey” (1992) y otras sentencias de tribunales inferiores.
La clave: el derecho a la vida
Desde que Politico filtró este documento, numerosos contingentes proaborto se han manifestado en varias partes del país, desde el Capitolio hasta las sedes de grupos provida e incluso en iglesias. Muchas de estas manifestaciones no han sido pacíficas.
Asimismo, medios de comunicación, entre ellos el New York Times, Los Angeles Times, Washington Post y Wall Street Journal, han dedicado decenas de páginas y secciones enteras al tema del aborto defendiendo “el derecho de la mujer a decidir”.
Por su parte, decenas de empresas multinacionales norteamericanas han señalado que, de revocarse el derecho al aborto, ellos ofrecerían apoyos económicos a sus empleados para garantizar el acceso a dicho procedimiento. También los políticos del partido demócrata han manifestado su “indignación” y su férrea defensa del “derecho de la mujer a decidir”.
De hecho, los senadores demócratas introdujeron hace unos días una ley para tipificar el aborto como un derecho federal. Dicha iniciativa fracasó rotundamente, obstaculizada por la oposición de la mayoría republicana de la Cámara Alta.
Además, el presidente Joe Biden- férreo defensor del aborto a pesar de declararse católico- y su administración han abierto otro frente de batalla. Tras darse a conocer el documento del juez Alito el presidente Biden señaló: “Mi administración ha defendido arduamente la decisión histórica Roe vs Wade. Se trata de un precedente que reconoce el concepto de libertad personal de la Décimo Cuarta Enmienda, la cual protege al ciudadano contra la injerencia del gobierno en decisiones profundamente personales. Creo que el derecho de la mujer a elegir es fundamental. Si la Corte Suprema anula Roe vs Wade, los funcionarios electos del país en todos los niveles de gobierno tendrán como tarea proteger dicho derecho”.
Caja de Pandora
La opinión del juez Alito y su conclusión que anularía el “derecho constitucional” al aborto para dejar que cada estado de la nación decida sobre esa cuestión, aborda uno de los pilares del federalismo norteamericano. Bajo el sistema federalista cada estado es independiente. Tienen su propio poder ejecutivo, legislativo y judicial y cuentan con una constitución propia que no puede contravenir la Carta Magna.
En un país tan diverso geográfica, social y demográficamente, con estados tan disímbolos en su historia y tradiciones, el sistema federalista es el único capaz de garantizar el funcionamiento de una nación tan compleja y diversa. Dichas divergencias también abarcan cuestiones morales-legales, entre ellas el aborto. Estados tradicionalistas como Texas, Alabama, Georgia, Carolina del Sur, restringen e incluso prohíben el aborto. Mientras que en otros estados liberales como California, Colorado y New York, el aborto está protegido.
La labor de las iglesias
Ante este panorama, los Obispos de los Estados Unidos, encabezados por Mons. José H. Gomez, arzobispo de Los Ángeles, California han invitado a los católicos a una jornada de oración y ayuno el próximo 13 de mayo, festividad de Nuestra Señora de Fátima, para pedir que Roe vs Wade sea anulada y se dé la conversión de los corazones de quienes defienden el aborto.
Los obispos también han pedido a los fieles orar por la integridad del Sistema Judicial, “para que los tres poderes busquen proteger la dignidad y derechos de la persona humana, desde su concepción hasta la muerte natural”.
Uno de los frentes en donde la Iglesia y las distintas denominaciones cristianas deberán trabajar es en la conversión de los corazones de las personas que defienden el aborto.
Una tarea primordial será desenmascarar la narrativa de proabortista, ampliamente difundida por los medios y las redes sociales, los cuales presentan al aborto como “un derecho humano fundamental, un derecho constitucional: el derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo”.
El juez Alito en su texto es contundente: “El aborto no entra bajo la categoría de derecho constitucional puesto que, hasta la última parte del siglo XX, tal derecho era totalmente desconocido en la ley norteamericana.
De hecho, cuando la Decimocuarta Enmienda fue adoptada (1868), tres cuartas partes de los estados catalogaban al aborto como un crimen en cualquier etapa de la gestación”.
Aunque este documento filtrado ilegalmente es una opinión del juez Alito y no representa un veredicto de todos los jueces de la Corte Suprema, sí toca quizá el tema más delicado en la opinión pública norteamericana: el aborto. Esto puede abrir una caja de pandora que agudizaría aún más la extrema polarización que se vive en el país.
Sin embargo, también puede ser una oportunidad para que la Iglesia, los grupos provida y las diferentes denominaciones cristianas oren y unan esfuerzos para concienciar sobre la necesidad de proteger la vida humana desde su concepción hasta la muerte natural, desenmascarando así la falsa narrativa abortista que a lo largo de medio siglo ha presentado al aborto como un “derecho constitucional: el derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo”. Según el juez Alito, tal derecho no existe y nunca lo fue. El aborto es simplemente la eliminación de una vida humana en el vientre materno.