La producción escrita del magisterio del Papa Francisco en los doce años al frente de la Iglesia católica es amplia y diversa.
Las encíclicas
El Papa Francisco inauguró su pontificado con la publicación de Lumen Fidei el 29 de junio de 2013, una encíclica en la que muchos adivinaron la pluma de su predecesor, Benedicto XVI que completaba la trilogía dedicada a las virtudes teologales: Esperanza (Spe salvi), caridad (Caritas in veritate) y fe, con esta última encíclica que Francisco se encontró prácticamente hecha.
El Papa argentino publicó Laudato Si´, el primer gran documento del Papa dedicado a la ecología integral, el 24 de mayo de 2015. En esa encíclica, el Papa recogía y desarrollaba parte del magisterio de sus predecesores poniendo el acento en que los cristianos reconocen que su responsabilidad dentro de la creación y su deber hacia la naturaleza y el Creador son una parte esencial de su fe. El Papa animaba a buscar otras formas de entender la economía y el progreso destacando que el desarrollo humano auténtico tiene un carácter moral y debe preocuparse por el mundo que nos rodea (algo que recogería también en Fratelli tutti), y pedía una conversión ecológica, reconociendo que cada criatura refleja algo de Dios. Habló en aquella encíclica de la “cultura del descarte”, una de sus líneas de pontificado, promoviendo un cambio social que pusiera en valor a los más pobres y vulnerables: ancianos, niños abandonados, pobres, migrantes…
En 2020, Francisco firmó en Asís la encíclica Fratelli Tutti. El lugar escogido para la rúbrica de esta encíclica no era casual: el santo de Asís es la inspiración de una encíclica en la que el Papa abogaba por una nueva visión de la fraternidad y la amistad social que no se quede en el nivel de las palabras. En este sentido, Fratelli Tutti quería ser una contribución al desarrollo de una comunidad global de fraternidad basada en la práctica de la amistad social por parte de los pueblos y las naciones exige una mejor política, una que esté verdaderamente al servicio del bien común. Hubo quien calificó esta encíclica como la más “política” del Papa Francisco, ya que el pontífice se dirigió expresamente a los gobernantes de los pueblos instándolos a una “caridad política”, centrada en trabajar por un orden social y político cuya alma sea la caridad social.
Laudato si’ y Fratelli Tutti han sido, quizás, las dos encíclicas más conocidas e influyentes del Papa Francisco en su pontificado. Hace menos de un año, el 24 de octubre de 2024, el Papa publicó su última encíclica, Dilexit nos, en la que el Papa explora el significado del Sagrado Corazón de Jesús como una fuente de amor y un centro para la vida de cada persona. La encíclica invita a los fieles a un encuentro más profundo con Cristo, confiando plenamente en su amor para alcanzar la unión definitiva con Él y aborda la importancia de la Eucaristía y la veneración de imágenes sagradas como medios para acercarnos a Cristo y nutrir nuestras vidas. En esta encíclica recogía además esa llamada al amor a todos incoada en Fratelli tutti señalando que que el amor al prójimo, alimentado por el amor de Cristo, nos permite amar como Él amó, mostrando humildad y cercanía a todos.
Exhortaciones apostólicas, las líneas de su pontificado
Entre los textos más importantes que el Papa Francisco fue publicando en su pontificado se encuentran las Exhortaciones apostólicas escritas por él. En total fueron siete documentos de este tipo de los que tres: Evangelii Gaudium, Amoris Laetitia y Gaudete et Exsultate pueden considerarse ejemplos de las “líneas maestras” del pontificado de Francisco.
Evangelii Gaudium, escrita el mismo año de su elección recoge el “programa de gobierno” de un Papa que llamaba a los fieles a embarcarse en una nueva etapa de evangelización, caracterizada por el entusiasmo y la revitalización de las estructuras. En esta exhortación, el Papa abordaba la necesidad de reformar la Iglesia en su misión evangelizadora, señalando algunas tentaciones en las que todos podemos caer y destacaba la importancia de incluir a los pobres en la sociedad, promover la paz y el diálogo.
Tres años más tarde vió la luz Amoris Laetitia (2016), en la que el pontífice aborda la belleza y los desafíos del matrimonio y la familia en el mundo actual. En esta exhortación, que no estuvo libre de ciertas interpretaciones erróneas, el Papa Francisco quiso reflexionar sobre la importancia del amor conyugal y familiar, así como sobre la necesidad de acompañar, discernir e integrar a todas las familias, especialmente aquellas que se encuentran en situaciones difíciles. En Amoris Laetitia el Papa denunciaba también los factores culturales, sociales, políticos y económicos que impiden la vida familiar auténtica.
Por último, Gaudete et Exsultate (2018) es una invitación a la santidad en la vida cotidiana. El Papa Francisco explicaba en esta exhortación apostólicas que todos están llamados a ser santos viviendo con amor y ofreciendo el propio testimonio en las ocupaciones de cada día, donde cada uno se encuentra y animaba a mostrar el compromiso cristiano de tal manera que todo lo que se haga tenga un significado evangélico y nos identifique con Jesucristo.