La audiencia general del miércoles 22 de junio ha continuado con la serie de catequesis sobre la vejez iniciada, hace unas semanas, por el Papa Francisco. Una catequesis seguida atentamente por los cientos de personas que se han unido al Santo Padre en esta mañana estival.
Tomando el pasaje de el diálogo entre Jesús resucitado y Pedro al finalizar el Evangelio de Juan, el Papa ha reflexionado sobre el testimonio que, en sí mismo, encierra la entrega y la debilidad física propia de los últimos años de vida.
En este sentido, ha precisado el Papa “en el transcurso de la discusión de Jesús con Pedro, encontramos dos pasajes que se refieren precisamente a la vejez y a la duración del tiempo”. El primero de ellos “cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quiera” alude a esa entrega del testigo a los más jóvenes y a ceder el sitio.
En este punto, afablemente, el Papa ha comentado “¡Digamnelo a mi que tengo que ir en silla de ruedas! Pero la vida es así. Con la vejez vienen enfermedades y debemos aceptarla como viene” y ha querido recordar una cita de San Ignacio de Loyola que dice ‘Así en la vida como en la muerte hemos de dar testimonio de los discípulos de Jesús’ El fin de nuestra vida tiene que ser el fin de la vida de un discípulo de Jesús. Además la huella de Jesús va siempre por delante. Con buena o mala salud”. Lo importante, ha subrayado el Papa, “es seguir a Jesús siempre, andando a pie o en silla de ruedas”.
Francisco ha compartido con los presentes cuánto le gusta “hablar con los ancianos mirándolos a los ojos; esos ojos brillantes, que te hablan sin palabras, que son el testimonio de una vida. Es algo bello que debemos conservar”.
Ceder el protagonismo
Otro de los temas tratados en esta catequesis ha girado en torno a la insistencia que tenemos, en muchas ocasiones, de conocer y “dirigir”, en cierto modo, la vida de los demás. A este respecto, el Papa ha querido preguntar, especialmente a las personas mayores si, realmente, son capaces, en muchas ocasiones de confiar en los más jóvenes, de “cederles el protagonismo”.
“Alejarse del protagonismo de la vida no es fácil” ha afirmado el Papa Francisco, “este nuevo tiempo es también un tiempo de prueba, ciertamente. Empezando por la tentación de conservar nuestro protagonismo. En la vejez, nuestro protagonismo tiene que abajarse.
Por eso, ha continuado el Papa, cuando Pedro pregunta a Jesús sobre Juan, “¿realmente tiene que estar en “mi” secuela? ¿Debe quizá ocupar “mi” espacio? ¿Debe durar más que yo y tomar mi lugar? La respuesta de Jesús es franca e incluso áspera: ‘¿Qué te importa? Tú, sígueme’”. Así hace Cristo con nosotros, ha puntualizado el Papa, “cuando nos metemos en la vida del otro Jesús nos dice ‘¿A ti que te importa? Tu sígueme’”