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María Vallejo-Nágera: “Hay que acostumbrarse a leer la Biblia en familia”

A pesar de ser el libro más traducido y vendido del mundo, muchos católicos no conocen bien la Biblia. María Vallejo-Nágera quiere buscar una solución a esto y por eso ha empezado a escribir "La Biblia para zoquetes", una colección con la que quiere ayudar a los fieles a reencontrarse con la Palabra de Dios.

Paloma López Campos·25 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: 4 minutos
María Vallejo-Nágera

María Vallejo-Nágera sostiene un ejemplar de su nuevo libro "La Biblia para zoquetes"

María Vallejo-Nágera ha comenzado un proyecto de dimensiones inmensas: ayudar a los “zoquetes bíblicos” a entender la Biblia. Con la editorial Palabra está preparando una colección de unos 11 tomos en los cuales explicará poco a poco todos los eventos de la Sagrada Escritura.

El lenguaje sencillo y el toque de humor que la autora proporciona a sus obras permite a los adultos, creyentes y ateos, acercarse al libro más vendido y traducido del mundo con una perspectiva distinta. María Vallejo-Nágera asegura que ella no explica la Biblia para los teólogos y los entendidos, sino para los católicos de a pie, para todos aquellos que abren un ejemplar del Antiguo Testamento y les empieza a doler la cabeza intentando situar a los personas o pronunciar los nombres de los lugares por los que pasa el Pueblo Elegido.

El primer tomo de la colección cubre la historia desde Adán y Eva hasta Abraham y, como señala la autora, sirve como aperitivo para comenzar la gran aventura de todos los católicos: adentrarse en la Biblia.

¿Qué es un “zoquete bíblico” y por qué le dedicas una colección de libros?

– Un “zoquete bíblico”, para empezar, es un adulto. Un zoquete bíblico es una persona que, sea católica o no, no tiene ni idea de la Biblia. El zoquete puede que tenga un ejemplar de la Biblia, en una estantería llena de telarañas, pero no la conoce.

He escrito el libro con un vocabulario muy sencillo, con un poco de humor, sin afán de atacar a nada ni a nadie en la Biblia. La idea es que el lector se despierte y que esté muy atento a la información de la Biblia. El objetivo es que la gente que no entiende la Biblia pueda comprender la base gracias a la lectura de “La Biblia para zoquetes”.

Este libro es como el aperitivo que te prepara para el filete que viene después. Quiero que el libro despierte la curiosidad del lector para que dé el paso y lea la Biblia.

¿Cómo te has preparado para escribir este libro?

– Con 53 años tuve la suerte de que me aceptaran en Harvard. Estudié allí durante un año completo un curso sobre el Antiguo y el Nuevo Testamento y el Cristianismo primitivo hasta el siglo XII. Allí me enamoré de este tema y me di cuenta de que tenía que hacer algo al regresar a Madrid.

De vuelta me matriculé en la Universidad Pontificia de Comillas y saqué la titulación de Especialista en Espiritualidad Bíblica. Estudié mucho y me decidí a contar lo aprendido, pero a mi manera. Empecé a contárselo a mis amigas a través de una escuela que monté en el Museo del Prado, explicando la Biblia delante de los cuadros. Acabamos siendo 120 mujeres acudiendo al Museo y recibimos la bendición del secretario del cardenal Rouco.

El nivel de la escuela era muy sencillo y es el que he conservado para la colección, porque es lo que necesitan los zoquetes.

En el libro hablas de un “empacho filosófico-espiritual” si la gente lee demasiado rápido la Biblia. ¿Qué podemos hacer para evitar esta “indigestión”?

– Basta con leer la Biblia 20 minutos al día, empezando poco a poco. Y yo recomiendo especialmente la Biblia de Navarra y la Biblia de Jerusalén, pues están llenas de letra pequeña que te ayudan a entender el contexto. En concreto, la Biblia de Navarra está perfectamente traducida, que es un detalle muy importante

Además, invito a la gente a que cuando no entiendan algo de la Biblia acudan a mi libro, donde intento ofrecer el contexto para comprender mejor lo que leemos.

Dices que la Biblia es un libro muy actual a pesar de haberse escrito hace miles de años. ¿Por qué?

– La Biblia es un libro que se puede traducir al presente. Los temas que trata son los mismos que nos surgen hoy. Nosotros no recorremos el desierto, pero seguimos teniendo los mismos problemas de fe, nos preocupan las mismas cuestiones. Tanto es así, que al leer el “Cantar de los Cantares», los libros proféticos o los sapienciales, vemos los temas morales y afectivos de hace miles de años que siguen vigentes hoy.

¿Qué ocurre con las incoherencias que muchos señalan en la Biblia?

– Estamos hablando de un libro antiquísimo y complejísimo, escrito por manos que no conocemos. También hay que tener en cuenta que hay muchas partes de la Biblia que hemos perdido a lo largo de los siglos y que vamos descubriendo poco a poco.

La Biblia es un libro muy complejo. Yo recuerdo a un profesor del Génesis en Harvard que nos explicó que, de un verso a otro, nos falta claramente un trozo. Sabiendo esto, no es de extrañar que haya incoherencias.

¿Por qué los católicos no conocen la Biblia? 

– Los católicos tuvimos una prohibición durante mucho tiempo de leer la Biblia. Esto tenía un sentido y es que normalmente los laicos no tenían la formación necesaria para entender el texto.

Yo creo que la Iglesia ha fallado en esto, porque después del Concilio Vaticano II se levantó la prohibición pero no nos han explicado la Biblia. Al hacer eso, me atrevo a decir que, por esta falta de conocimiento, no somos capaces ni de entender la profundidad de la Misa.

Los protestantes nos han tomado la delantera y nos debería dar vergüenza. El católico tiene que desempolvar la Biblia y empezar a conocerla.

¿Qué disposición es la mejor para leer la Biblia?

– Hay que abrir el corazón y decirle al Señor que no entendemos lo que leemos. Hay que pedirle a Dios la gracia de entenderla. Es bueno empezar desde el principio, ir leyendo poco a poco y dejar que el Señor nos dé luz. Y mejor todavía, hay que acostumbrarse a leer la Biblia en familia.

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