Cultura

José Carlos González-Hurtado: “Cuanto más ciencia, más Dios”

“Vistas las evidencias científicas que se acumulan en la Física y en la Cosmología, en las Matemáticas o en la Biología, la mayoría de los científicos son teístas”, afirma rompiendo mitos José Carlos González-Hurtado, empresario y presidente de EWTN España, en su reciente libro Nuevas evidencias científicas de la existencia de Dios.

Francisco Otamendi·23 de septiembre de 2023·Tiempo de lectura: 6 minutos
Jose Carlos Gonzalez-Hurtado

Foto: Jose Carlos Gonzalez-Hurtado, autor de "Nuevas evidencias científicas de la existencia de Dios".

Directivo de importantes multinacionales, casado y con siete hijos, José Carlos González-Hurtado (Madrid, 1964), ha podido sacar tiempo los últimos años (la mayoría con residencia fuera de España), para presentar un libro en el que asegura haber “disfrutado enormemente”, y “espero que los lectores lo hagan también”. 

El tema son “los últimos hallazgos científicos que no dejan lugar a dudas sobre la necesidad de ese Algo/Alguien, eso que llamamos Dios”, afirma González-Hurtado. El título del prólogo, escrito por Alberto Dols, catedrático de Física de la Materia Condensada de la Universidad Complutense de Madrid. sintetiza el contenido de la obra: ‘Una valiosa contribución a la reflexión sobre la relación entre ciencia y religión’. 

El libro, editado por Voz de Papel, “está muy documentado, y para escribirlo he leído cientos y cientos de documentos y libros en español, francés, inglés y alemán; tiene más de 700 notas al pie, pero está escrito para que todos puedan entenderlo”, señala el autor.

“De hecho, menciono alguna anécdota con mi hijo Diego, de once años, al que se lo leía mientras lo escribía con el fin de asegurarme de que pudiera ser entendido por científicos y legos en ciencias”. 

Han quedado fuera de la entrevista temas de interés, como la segunda ley de Termodinámica y el final del universo, pero ahí tienen el libro, que está siendo presentado estos días en Madrid. Los beneficios de su venta se destinarán íntegramente a la Fundación EWTN España. Comenzamos la conversación.

Usted considera su libro necesario, y rompedor de mitos. Por ejemplo, ante el mito de que cuanto más ciencia, menos Dios, afirma que cuanto más ciencia, más Dios. Háblenos de científicos teístas. 

– Creo que es un libro necesario para no creyentes, pero también y mucho para los creyentes, y no sólo para aumentar la fe y darnos cuenta de lo mucho que Dios Creador pensó en nosotros al crear el universo, sino también como un instrumento de consulta y de apologética.

También es un libro para regalar al cuñado escéptico y al vecino agnóstico. Vistas las evidencias que se acumulan en la Física y en la Cosmología (desde el Big Bang, la 2ª ley de la Termodinámica, el principio de incertidumbre de Heisenberg. y muchos más que tratamos en el libro), o bien en las Matemáticas (con los teoremas de incompletitud de Gödel, la negación de los infinitos actuales de Hilbert, etc.), o en la Biología, con los descubrimientos sobre el genoma humano y el nacimiento de la vida, la mayoría de los científicos son teístas o religiosos.

En este sentido, este libro creo que es único, puesto que recoge esas pruebas de todos estos campos de la ciencia. Arthur Compton, premio Nobel de Física, lo corroboraba: “Son raros los científicos actuales que defiendan una actitud atea”. Robert Millikan, otro premio Nobel de Física, iba algo más allá al afirmar que “para mí es impensable que un ateo real pueda ser un científico; nunca he conocido a un hombre inteligente que no creyera en Dios”. Y finalmente Christian Anfinsen, premio Nóbel de Química, lo decía incluso de forma menos caritativa; “Sólo un idiota puede ser ateo”. 

¿Y estadísticamente?

– Los datos corroboran estas afirmaciones. Hay un estudio mencionado en el libro, dirigido por un genetista israelí, Baruch Aba Shalev, que estudia las creencias de todos los premios Nobel de los últimos 100 años, y concluye que sólo el 10 % de los premiados en materias científicas eran ateos, mientras que más del 30 % de los premios Nobel de literatura se consideraban descreídos. 

Otros datos que se aportan en el libro es que cuanto “más científico” o más cerca del estudio fundamental de la ciencia, más teísta y religioso se es. Y otro dato interesante, los científicos jóvenes son considerablemente más religiosos que los científicos mayores de 65 años. Esto no es sorprendente, ya que en los últimos 50 años las evidencias de un Dios Creador se han acumulado –que es lo que propone el libro–. Es como si la Providencia pensara que en nuestra época necesitamos más pruebas científicas que en otras. 

En sus páginas se refiere también a autores del “nuevo ateísmo”.

– En efecto, al principio lo que hago es exponer simplemente las opiniones de estos autores, palmariamente deshonestas, pretenciosas y ramplonas que son cualquier cosa menos científicas ,y de hecho avergüenzan a otros muchos colegas ateos. 

Estos autores son los herederos del ateísmo rampante en los años 30 del siglo pasado que informaba las ideologías más criminales de la historia de la humanidad. También menciono que, en contra de lo pretendido, la inmensa mayoría de estos autores no son científicos, y tampoco son nuevos, ya que la mayor parte de ellos nació en los años 40 del siglo pasado. Me refiero a Christopher Hitchens, Daniel Dennett, Sam Harris, Steven Pinker, etc. Sí, Richard Dawkins estudió zoología, pero no se le conoce ninguna aportación relevante a la ciencia aunque no perdemos la esperanza. 

Por otro lado el mayor biólogo vivo contemporáneo, Francis Collins, director del proyecto genoma humano, se convirtió y es cristiano; el que es posiblemente el mayor matemático de la historia, Kurt Gödel, era cristiano; el padre de la física cuántica, Max Planck, era también teísta y cristiano, como lo era Werner Heisenberg. Einstein era teísta; el padre de la genética, Mendel, era sacerdote católico, como lo era el descubridor del Big Bang , Padre Lemaitre.

Nuevas evidencias científicas de la existencia de Dios

Autor: José Carlos González-Hurtado
Editorial: Voz de Papel
Año: 2023

¿Cuál es la alternativa más actual para evitar la idea de un Creador? 

– John Barrow fue profesor de matemáticas aplicadas y física teórica en la universidad de Cambridge. Era cristiano y murió en 2020, y reconocía  que “multitud de estudios cosmológicos son motivados por el deseo de evitar la singularidad inicial”, es decir, intentar desacreditar el Big Bang. Pero lo cierto es que el Big Bang es parte del “modelo cosmológico estándar”, como lo es la teoría de la relatividad, y está fuera de toda duda. 

El que fuera director de la NASA en el proyecto Apollo, que se convirtió de ateo a teísta a fuerza de los argumentos científicos –Robert Jastrow–, dijo que “los astrónomos ahora se encuentran con que se han puesto ellos mismos en un callejón sin salida, porque han probado por sus propios métodos que el mundo empezó abruptamente en un acto de creación del que se pueden encontrar trazas en cada estrella y en cada planeta, y en cada ser viviente en el cosmos y en la tierra”.

Cuanto más se conoce el Big Bang (Gran Explosión), más se cree en Dios, asegura usted. 

– El Big Bang fue el momento de creación del universo, que ocurrió, con toda certeza, hace 13.700 millones de años. Antes de saber esto, la teoría más aceptada era la llamada del Estado Estacionario. Esa teoría proclamaba que el universo era infinito e intemporal tanto para “atrás”, es decir, sin principio, como para “adelante”, es decir, sin final. El Estado Estacionario es una teoría que no compromete el ateísmo…; el universo eterno podría parecer que no precisa de Dios pero… Ya se sabe que esto no es verdad.

El universo tendrá un final, como predice la 2ª ley de la Termodinámica, a la que se opusieron agresivamente los científicos ateos de la época. Incluso cito una carta de Federico Engels a Karl Marx en la que admite que si esta ley fuera cierta tendría que admitirse la existencia de Dios. 

Pero el universo también tuvo un principio –el Big Bang– y eso pone en un aprieto a los científicos y no científicos ateos. Porque si hay un principio también habrá un Principiador. Si hubo creación, también es necesario un Creador. Hay que pensar que no sólo toda la materia del universo se creó en ese momento sino que también el tiempo empezó en el Big Bang, es decir que no hubo “antes” del Big Bang. Eso nos lleva a un ser intemporal –omnipotente–, no material e inteligente como el creador del Big Bang. Eso es lo que llamamos Dios. 

Se quedan varios temas en el tintero. Pero háblenos finalmente de Kurt Gödel (1906-1978). 

– Kurt Gödel ha sido posiblemente el matemático más importante de la historia y uno de los lógicos más brillantes, quizás el más brillante desde Aristóteles. El fue un gran amigo de Einstein con quien vivió en el campus de la Universidad de Princeton. Hablaban de política y de Dios. Gödel era cristiano y en el libro también hago referencia a algunas de sus cartas, a su madre, donde la conforta y le confirma que –según él y según la ciencia– debe haber una vida tras esta vida.

Gödel también fue categórico con el materialismo. “El materialismo es falso”, advirtió. Es una de las consecuencias de sus desarrollos teóricos matemáticos.

Es el autor de los teoremas de incompletitud. Son teoremas muy complejos pero se pueden resumir en que Gödel demuestra que en cualquier sistema formal –en la aritmética por ejemplo–, hay proposiciones que no pueden ser probadas o refutadas. Es decir que hay verdades que no podemos probar sino apelando a un sistema superior…, y en ese sistema superior igualmente, y así sucesivamente. Es decir que al final para tener consistencia en las matemáticas o en la ciencia hay que apelar a Dios. 

También menciono en el libro que Gödel formalizó en lenguaje matemático el argumento ontológico de San Anselmo que demuestra la existencia de Dios.

El autorFrancisco Otamendi

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