Actualidad

Kolumban Reichlin, capellán de la Guardia Suiza: «Cada día de su vida, el servicio al Santo Padre tiene prioridad para el guardia suizo»

El benedictino Kolumban Reichlin es, desde 2021, el capellán del cuerpo de Guardias Suizos que defiende y protege al Papa.

Hernan Sergio Mora·19 de mayo de 2024·Tiempo de lectura: 4 minutos
capellán de la Guardia Suiza: "Cada día de su vida, el servicio al Santo Padre tiene prioridad para el guardia suizo"

Guardia Suizo en posición ©CNS Media / Vatican Media

Cada 6 de mayo, en el patio de ‘San Damaso’ del Vaticano, resuena el juramento de los nuevos reclutas de la Guardia Suiza. Se trata del ejército más pequeño del mundo, fundado en 1506 por el Papa Julio II, y encargado de la vigilancia, seguridad y protección del Pontífice en el interior del Palacio Apostólico, durante sus viajes y servicios de honor y en las audiencias y recepciones.

34 nuevos guardias juraron lealtad al Papa el pasado 6 de mayo, en el aniversario del saqueo de Roma de 1527 (Sacco di Roma), cuando la mayoría de los miembros de este cuerpo murió defendiendo al Papa Clemente VII de los lansquenetes del ejército de Carlos V de Habsburgo.

Audiencia de los nuevos reclutas de la GuardiaSuiza con el Papa el 6 de mayo de 2024. (CNS photo/Vatican Media)

Una emotiva ceremonia en la que el capellán de la Guardia Suiza, el benedictino Kolumban Reichlin, nombrado por el Papa Francisco el 1 de septiembre de 2021, leyó íntegramente el juramento:

“Juro servir fiel, leal y honorablemente al Sumo Pontífice Francisco y a sus legítimos sucesores, así como dedicarme a ellos con todas mis fuerzas, sacrificando, cuando sea necesario, incluso mi vida por su defensa.

Asumo también estos compromisos respecto del Sagrado Colegio Cardenalicio mientras dure la Sede vacante.

También prometo al Capitán Comandante y a mis demás Superiores respeto, lealtad y obediencia. Lo juro. Que Dios y nuestros Santos Patronos me asistan”.

Tras la lectura, los nuevos reclutas, llamados uno a uno por su nombre, se adelantan y con la mano izquierda sobre la bandera de la Guardia y la derecha levantada con tres dedos abiertos, como símbolo de la Trinidad, jura: “Yo…, juro observar fielmente, lealmente y honorablemente todo lo que me ha sido leído en este momento. Que Dios o sus santos me asistan”.

El Papa junto al comandante de la Guardia Suiza, Christoph Graf y el capellán, Kolumban Reichlin, el 6 de mayo de 2024 ©CNS photo/Vatican Media

Con motivo de este nuevo aniversario, Omnes ha entrevistado al padre Kolumban Reichlin, quien explicó algunos detalles sobre la espiritualidad de estos soldados.

¿Cuántos guardias suizos hay y cuánto tiempo dura su servicio?

– El objetivo son 135 hombres. Los guardias se comprometen a servir al menos 26 meses, si bien algunos se quedan más tiempo y continúan uno o incluso varios años más.

¿Son casados o tienen que ser solteros?

– Cuando los guardias ingresan en el cuerpo, deben ser solteros. Tras cinco años de servicio, pueden casarse. Actualmente hay 24 guardias casados, que suman 21 hijos.

¿Cómo es la espiritualidad de un guardia suizo?

– Lo que caracteriza a los guardias es, sobre todo, su voluntad de servicio, su sentido de comunidad y su gusto por vivir la vida. Cada día de su vida, el servicio al Santo Padre tiene prioridad sobre sus planes e intereses personales. Y la estrecha convivencia que tienen durante dos años en la amplia familia de la Guardia Suiza, formada por más de cien personas, exige y fomenta grandes habilidades sociales.

Y en todo esto, los guardias son jóvenes que aman la vida, y en esto hay mucho de lo esencial que Jesús enseña en el Evangelio.

¿Qué actividades religiosas hay en la vida cuartel?

– Cada día, en la Capilla de Guardia celebramos la Santa Misa. Los fines de semana, cuatro.

Además, los guardias tienen la oportunidad de participar en la Adoración eucarística dos veces por semana y de rezar juntos el rosario.

Una vez al mes hay una Santa Misa familiar seguida de un aperitivo y un almuerzo juntos. También se celebran los santos patronos de los guardias: san Martín, san Sebastián y san Nicolás de Flüe.

¿Los guardias tienen que ser siempre suizos y católicos?

– Es así. Para ser guardia suizo hay que ser ciudadano suizo, católico y estar familiarizado con la práctica cristiana; esto último debe confirmarlo por escrito el párroco o el jefe de la parroquia en la que vive el candidato a entrar en el cuerpo.

¿Es cierto que algunos han descubierto la vocación religiosa?

– Sí, es un don y una gran alegría que haya vocaciones espirituales que se despierten o se refuercen repetidamente durante su estancia en la Guardia, y que a veces ellos estudien Teología, ingresen en un seminario o se unan a una comunidad religiosa una vez que regresan a Suiza.

¿Cuál es la relación de ellos con el Papa Francisco?

– En las conversaciones con los guardias, siempre percibo una gran estima por el Papa Francisco. Su trato auténtico, creíble y paternal les impresiona y les edifica.

Es como un abuelo para ellos, siempre agradecido, interesado, con una palabra de aliento en los labios.

¿Y qué dicen sus familias?

– En mi opinión, la mayoría de las familias están orgullosas de la decisión de sus hijos y hermanos de servir en la Guardia Suiza y también de su testimonio de dedicación, disciplina y sentido de la responsabilidad a una edad tan temprana.

Cuéntenos algo interesante sobre su experiencia…

– Lo que me fascina de mi servicio como capellán de la Guardia es ver cómo estos jóvenes, al ser desafiados y promovidos durante su servicio y su vida en la Guardia, dan grandes pasos en el desarrollo de su personalidad.

Casi se pueden ver los brotes crecer y empezar a florecer. Es un privilegio ver cómo la vida se desarrolla, crece y madura y, como capellán, poder acompañar, animar y promover este proceso humana y espiritualmente como una comadrona, por así decir.

El autorHernan Sergio Mora

Newsletter La Brújula Déjanos tu mail y recibe todas las semanas la actualidad curada con una mirada católica