El astrónomo estadounidense fray Guy Consolmagno, director desde 2015 del observatorio astronómico de la Santa Sede, la Specola Vaticana, presidió la presentación de un evento que tendrá lugar del 17 al 21 de junio en Castel Gandolfo, titulado «Agujeros negros, ondas gravitacionales y singularidades espacio-temporales».
Consolmagno, doctor en Planetología en el Lunar and Planetary Laboratory de la Universidad de Arizona, ejerció la docencia en el Harvard College Observatory y el MIT. En 1989 ingresó en la Compañía de Jesús y en 1991 tomó los votos como Hermano Coadjutor.
Después de la presentación en la Sala de prensa de la Santa Sede, el astrónomo estadounidense aseguró a Omnes que este evento «es muy importante para el mundo de la ciencia».
Entre otros motivos, destacó el astrónomo, «porque se pone la oportunidad de hablar de tantos puntos de vista, de tantas cuestiones: la verdadera naturaleza del Espacio y del Tiempo; cómo conciliar las leyes de la Mecánica Cuántica con la Relatividad General de Einstein, que rige el comportamiento del campo gravitatorio en los primeros momentos del Universo; las singularidades espacio-temporales; y la naturaleza de nuestro Universo».
Además, continuó «también es importante para el Vaticano porque muestra al mundo que está muy abierto a las opiniones de la ciencia, siempre que la ciencia apunte hacia la verdad, porque en la verdad se encuentra Dios».
Nuestra idea de Dios
«Tenemos una idea demasiado pequeña de Dios», aseguró el científico, aunque «podemos hablar al mismo tiempo de Dios como padre», reiterando que nuestra “visión es pequeña porque Él es el creador de todo esto y aún más de lo que podríamos imaginar».
Esto es difícil para nosotros», reconoció el astrónomo, «y al mismo tiempo, en astronomía, nos enfrentamos a esta realidad: el universo es más grande de lo que conocemos», aunque este «Dios increíblemente grande está muy cerca de nosotros».
También aseguró que «esta idea, que parece muy moderna, se encuentra ya en el Salmo 8». De hecho, el Magisterio de la Iglesia ve en el Salmo 8 una invitación a reconocer la obra de Dios en la creación y a alabar su nombre por la dignidad otorgada al hombre, llamado a cuidar y valorar responsablemente la creación.
«Señor, Dios nuestro -comienza el Salmo 8-, ¡qué grande es tu nombre sobre toda la tierra! Tú has elevado tu magnificencia por encima de los cielos».
Sobre la aparente contradicción entre el hombre hecho a imagen de Dios y la inmensidad del universo, el científico considera que esa explicación «más que una contradicción es una especie de poesía. Para las cosas que son demasiado grandes para ser explicadas y contenidas en palabras, utilizamos la poesía. Sabiendo que la poesía utiliza imágenes que más que explicar la realidad, muestra dónde está la realidad’.
Participantes en el evento
Entre los 40 participantes en la reunión figuran los premios Nobel Adam Riess y Roger Penrose; los cosmólogos y físicos teóricos Andrei Linde, Joseph Silk,Wendy Freedman, Licia Verde, Cumrun Vafa y el ganador de la Medalla Fields, Edward Witten.
La conferencia, que celebra el legado científico del obispo Georges Lemaître, el físico belga que desarrolló lo que hoy se conoce como la teoría del Big Bang, es la segunda de este tipo que tiene lugar en el Observatorio Vaticano; la primera fue en 2017.