Cultura

Carlos J. Morales: “He descubierto rasgos de san Josemaría que me siguen sorprendiendo”

Carlos Morales es el autor de Breve historia del Opus Dei. Un libro que presenta a grandes rasgos el desarrollo y naturaleza del carisma dado por Dios a san Josemaría Escrivá, y que resulta recomendable tanto para quienes conocen la Obra como para quienes quieren conocer las claves del Opus Dei.

Maria José Atienza·26 de junio de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos
san Josemaría Opus Dei

Foto: san Josemaría Escrivá con Pablo VI en el Centro ELIS ©Opus Dei

A inicios de 2023 veía la luz la Breve historia del Opus Dei, escrita por Carlos Morales. Este reconocido poeta y ensayista, natural de Santa Cruz de Tenerife (España), donde actualmente ejerce como profesor de Lengua y Literatura Españolas en un Instituto, realiza en este volumen una narración explicativa, clara y, en cierto modo, didáctica de la figura del Opus Dei y de su fundador san Josemaría. 

En esta entrevista con Omnes, Morales, miembro del Opus Dei desde su juventud, repasa los descubrimientos realizados en el transcurso de la escritura de su libro y la actualidad del mensaje de santificación en medio del mundo que Dios hizo ver a san Josemaría.

La Breve historia del Opus Dei es, en cierta medida, una breve historia de su fundador. ¿Qué rasgos ha descubierto o redescubierto de san Josemaría en este tiempo? 

–Mi Breve historia es, sí, una narración explicativa de los hechos que, a mi juicio, resultan más significativos en la vida de san Josemaría, pero es también una historia de sus hijos espirituales y de los avatares institucionales del Opus Dei en la etapa fundacional –que culmina el 26 de junio de 1975– y en la etapa de la continuidad al carisma recibido por san Josemaría, en la cual nos encontramos. 

Del fundador del Opus Dei he ido descubriendo rasgos muy significativos desde que conocí la Obra, hace más de cuarenta años. Rasgos que siempre me han sorprendido y que me siguen sorprendiendo cada vez más.

Con la redacción de este libro hay dos cualidades especialmente reveladoras de la personalidad de san Josemaría Escrivá. Uno es la difícil armonía, que manifiesta desde muy joven, entre la profunda y elevada vida contemplativa, de una parte, y, de otra, la incesante actividad para desarrollar en el día a día, hasta en sus concreciones más pequeñas, la institución que Dios le había confiado. Otro rasgo es su fidelidad al carisma fundacional a lo largo de casi cincuenta años, corrieran los vientos que corrieran en la vida de la Iglesia y del mundo.

En este sentido me asombra que en un principio, durante los años 30 y 40 del pasado siglo, muchas personas lo consideraran un revolucionario, incluso en los ámbitos eclesiásticos, y que en el último decenio de su vida fuera tachado de conservador y de reaccionario. La verdad es que, estudiando su vida y leyendo sus escritos desde el principio hasta el final, san Josemaría Escrivá predicó siempre el mismo mensaje.

Carlos J. Morales, autor de «Breve historia del Opus Dei»

¿Cómo se acerca un miembro del Opus Dei a esta realidad sin dejarse llevar por un «apasionamiento cegador»?

–Mi profesión es la de profesor de literatura y escritor. Ahora bien: por mi vivencia del espíritu del Opus Dei a lo largo de tantos años, entiendo que haya personas –y personas muy buenas– que no entienden la novedad del mensaje del Opus Dei.

Por ejemplo, ha habido y hay mucha gente que no entiende que unas horas y una vida profesional dedicadas al estudio y a la creación literaria puedan santificar tanto al cristiano como unas horas y una vida profesional dedicadas al estudio de la teología.

Obviamente, la Teología es el saber supremo, y todos debemos conocerla en mayor o menor medida, pero eso no significa que su materia en sí sea más apta para alcanzar la santidad que la materia de un escritor, de un ingeniero o de un albañil. 

Uno de los aspectos que usted subraya en el libro es la mentalidad laical que tenía el fundador del Opus Dei. ¿Cómo conjuga san Josemaría su ser sacerdote 100% con esta mentalidad laical?

–San Josemaría enseñó siempre que todo cristiano, fuera clérigo, religioso consagrado o laico, es un sacerdote. Y que, por tanto, la misión de su vida es la configurarse con el sumo y eterno sacerdote, que es Jesucristo.

En el laico esa mediación sacerdotal se realiza a través de las tareas temporales, siempre que sean vividas por amor a Jesucristo.

En el sacerdote ordenado esa mediación se realiza ejerciendo las funciones de Cristo cabeza de su Cuerpo Místico, que es la Iglesia. Pero la cabeza y el cuerpo son un mismo Cristo. De ahí que el sacerdote ordenado esté al servicio de los fieles laicos, ayudándolos de un modo insustituible para que éstos puedan cumplir con entera libertad su mediación sacerdotal.

Y los fieles laicos saben que su mediación sacerdotal no alcanzará su fin sin un ministro sagrado que ofrezca a Dios Padre, en la Eucaristía y en los demás sacramentos, el sacrificio de su vida corriente. 

“Han llegado con un siglo de anticipación”. Esto fue lo que dijo un alto clérigo vaticano sobre el Opus Dei. A día de hoy (aún no se ha cumplido el siglo) ¿Sigue costando esa concepción de la libertad y la vocación personal en medio del mundo o, por el contrario, ha sido asumida ya por la mayor parte de la Iglesia?  

–Los dos fenómenos no son contradictorios, sino tremendamente ciertos. Por un lado, la Iglesia ha hecho suyo el mensaje de la santificación del trabajo ordinario y por el trabajo ordinario, como revelan de modo elocuente los documentos magisteriales del Concilio Vaticano II, que definen claramente cuál es la misión propia del laico dentro de la Iglesia.

Sin embargo, en la práctica, hay todavía muchos católicos que no comprenden que un comerciante o un camarero puedan ser tan santos como un obispo, desenvolviéndose en el mundo con la misma libertad que la de cualquier comerciante o cualquier camarero.

En teoría sí que lo entienden; pero en la práctica hay aún muchos católicos para los que el camino supremo de santidad está en el sacerdocio ministerial o en la vida consagrada (que son, por otra parte, misiones fundamentales para la Iglesia).

Ahora que el Opus Dei se encuentra en un nuevo capítulo de su historia ¿qué claves de su historia considera que son las llaves de su futuro? 

–Para el Opus Dei, y para cada miembro del Opus Dei, cada día es un capítulo nuevo, por todo lo que comporta de creatividad vital dentro de la fidelidad al Evangelio, que es una noticia siempre nueva.

A mí, personalmente, me resultan especialmente reveladores el hecho de su fundación, el 2 de octubre de 1928, y los dos primeros decenios de la historia de la Obra. En ese tiempo se pone especialmente de manifiesto que el Opus Dei es, efectivamente, una obra de Dios, y que, a pesar de todas las dificultades que encontraron san Josemaría y sus hijos en los años 30 y 40 del pasado siglo, el Opus Dei siempre saldrá adelante.

Creo que ese espíritu de fe y esperanza de los comienzos debe ser una realidad siempre actual para cualquier miembro de la Obra.

Breve historia del Opus Dei

Autor: Carlos Javier Morales Alonso
Editoral: Alianza
Páginas: 352
Ciudad: Madrid
Año: 2023
Newsletter La Brújula Déjanos tu mail y recibe todas las semanas la actualidad curada con una mirada católica