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Enrico Feroci: «Fue Nuestra Señora del Divino Amor la que quiso que se hiciera el voto ante su imagen»

El cardenal Enrico Feroci nos habla del 4 de junio de 1944, cuando la ciudad de Roma pidió la intercesión de la Virgen María para evitar que la Ciudad Eterna fuese destruida por los bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial.

Hernan Sergio Mora·5 de junio de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

El cardenal Enrico Feroci relata los antecedentes del 4 de junio de 1944, cuando el pueblo de Roma rezó a la Virgen para que la ciudad no fuera bombardeada: el desembarco en Anzio, el fragor de la guerra, los alemanes dispuestos a resistir hasta el final… El cuadro de Nuestra Señora del Divino Amor fue llevado a Roma para pedir su intercesión y atrajo a numerosos fieles: más de un millón de firmas pidiendo el voto a la Virgen, 15 mil comuniones al día, y, finalmente, la oración en la iglesia de San Ignacio en Campo Marzio.

Este año, 2024, se han conmemorado en Roma los 80 años de aquel día en que la Virgen salvó de la destrucción a la Ciudad Eterna. Tras la celebración de la Misa en la iglesia de San Ignacio este 4 de junio en Roma, Omnes tuvo la oportunidad de hablar con el rector del Santuario del Divino Amor, situado a pocos kilómetros del centro de la ciudad.

El cardenal Enrico Feroci nos ha explicado algunos detalles poco conocidos sobre el voto hecho a la Virgen ochenta años atrás, el cual salvó a la Ciudad Eterna, ya que se encontraba ocupada por los alemanes, dispuestos a luchar contra las tropas angloamericanas, con el consiguiente bombardeo que traería consigo una destrucción generalizada.

Tras el desembarco de las tropas aliadas en Anzio en la noche del 21 de enero de 1944, la imagen de Nuestra Señora del Divino Amor había sido llevada a la ciudad por orden del cardenal vicario ante el temor de que el Santuario fuera destruido.

Primero llegó a la pequeña iglesia del Vicolo, luego a San Lorenzo il Lucina y, después, dada la gran afluencia de peregrinos, a la iglesia de San Ignacio, mucho más grande y espaciosa. En esta iglesia se hizo el voto, a través del obispo Gilla Gremigni, por orden de Pío XII, a las cinco de la tarde del 4 de junio de 1944. Dos horas después, a las siete, parecía que la ciudad había sido abandonada por las tropas alemanas.

De hecho, ese día por la mañana, las tropas aliadas habían ocupado el santuario de Nuestra Señora del Divino Amor. Hacia las siete de la tarde, los aliados comenzaron a entrar en la ciudad, sin encontrar la menor resistencia por parte de los alemanes, que se habían preparado para resistir hasta las últimas consecuencias y que, en cambio, abandonaron la ciudad por la Via Flaminia hacia el norte.

La creencia general fue que había sido Nuestra Señora del Divino Amor quien había salvado Roma.

¿Por qué se hizo el voto a Nuestra Señora “Salus Populi Romani”, pero ante la imagen de Nuestra Señora del Divino Amor?

Pío XII pidió hacer el voto a Nuestra Señora Salus Populi Romani después de una carta que recibió de los alumnos de Don Orione. Luego encargó al cardenal Montini (más tarde Pablo VI) que hablase con los alumnos de Don Orione, los cuales recogieron 1.100.000 firmas desde abril, pidiendo hacer este voto.

Imprimieron una especie de boletín que incluía la carta que habían dirigido el 24 de abril al Papa, pidiendo que se les permitiera hacer el voto. Fueron de casa en casa y de parroquia en parroquia. También colocaron una especie de carpas y la gente venía, firmaba y se certificaban sus firmas. Este 1.100.000 de firmas en una ciudad de unos 2 millones de habitantes llevó a Pío XII a hacer el voto a Nuestra Señora Salus Populi Romani.

¿Entonces el voto era a la «Salus Populi Romani»?

Sí, pero decidieron hacerlo en la iglesia de San Ignacio porque estaba llena de gente que venía a rezar ante el cuadro de Nuestra Señora del Divino Amor, que había sido llevada allí para salvarla de los bombardeos.

Estamos hablando de 15.000 comuniones diarias. Había muchísima gente que acudía a Nuestra Señora del Divino Amor. Dicho así entre nosotros: fue Nuestra Señora del Divino Amor la que quiso que se hiciera el voto ante su imagen; es siempre María, Nuestra Señora, la que está al servicio del pueblo romano.

¿Cómo se llevó a cabo el voto?

Para hacer el voto, el Papa tenía que venir aquí, a la iglesia de San Ignacio, pero el 4 de junio no le dejaron salir del Vaticano, porque se temía que los puentes estuviesen minados. Era peligroso, existía también el temor de que quisieran secuestrarlo.

Entonces el Santo Padre habló con el venerable padre Pirro Scavizzi y encargó al chambelán de los párrocos, Gilla Gremigni, ayudante de Acción Católica, que leyera la fórmula de la promesa pidiendo la salvación de Roma en la iglesia de San Ignacio. Y así lo hicieron. Pocos días después, el 11 de junio, Pío XII vino y pronunció un discurso en esta iglesia.

Hoy, la situación en el mundo, con la guerra en Ucrania…

Soy sacerdote desde hace 60 años, nunca habría imaginado encontrarme con una situación tan difícil y dramática. Creo que María todavía tiene que ayudarnos mucho. Si no hacemos un voto al menos deberíamos hacer la promesa de ser más fieles y discípulos de Cristo.

El autorHernan Sergio Mora

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