El Arzobispo mayor de la Iglesia católica en Ucrania, Mons. Sviatoslav Shevchuk, ha participado junto al Nuncio apostólico en Ucrania, Mons. Visvaldas Kulbokas en un encuentro online, organizado por ACN Internacional para informar de la situación de la nación ucraniana cuando se cumple casi un año desde que Rusia comenzara una ofensiva contra Ucrania. ACN ha sido, desde entonces y ya antes, una de las instituciones que, junto a Caritas Internationalis, ha proporcionado una ayuda constante a la Iglesia católica de aquel país.
Tras casi un año desde el inicio de la invasión de Rusia a Ucrania, éste último se encuentra en una situación humanitaria y social “muy deteriorada”, ha destacado el Arzobispo mayor de la Iglesia católica en Ucrania.
Mons. Sviatoslav Shevchuk ha calificado de “milagro” que “un año después siga vivo” y ha puesto el foco, entre otras coas, en la terrible situación de la Iglesia católica en los territorios ocupados por las fuerzas rusas.
De hecho, ha destacado que no saben nada sobre el estado del padre Ivan Levytsky y el padre Bohdan Heleta, dos sacerdotes católicos arrestados por la milicia rusa desde el pasado noviembre.
“No sabemos qué será de nosotros en el futuro
El conflicto está dejando ciudades destruidas y, especialmente, ha señalado el arzobispo mayor, los misiles rusos han destruido industrias fundamentales: “el 50% de la producción eléctrica de Ucrania esta destruida, esto significa que cada pueblo, cada ciudad, experimenta falta de electricidad diariamente».
«La gente esta volviendo a sus hogares y no tienen luz o agua, y no es suficiente con la energía que se puede producir a través de generadores” ha afirmado mons. Shevchuk, “por ejemplo, la semana pasada en Odessa estuvieron 4 días sin nada de electricidad”.
“La gente espera una palabra de esperanza”
Desde el inicio de la guerra, la Iglesia católica en Ucrania, se ha movilizado para atender y ayudar a la población ucraniana. En este sentido, el arzobispo mayor ha destacado que “de la Iglesia, la gente espera una palabra de esperanza, además de comida o ropa”.
Mons. Shevchuk ha explicado las líneas claves del plan pastoral que los obispos católicos ucranianos pusieron en marcha ante la invasión: “sanar las heridas de esta guerra, tanto heridas físicas como psicológicas y mantener las estructuras de caridad y solidaridad, para poder trabajar como una comunidad unida”.
Dentro de esta tarea de sanación Shevchuk ha explicado que “en cada eparquía se han establecido centros de escucha a los que todas las personas que lo necesiten pueden ir a pedir ayuda”.
Especial atención merece el capítulo de las zonas ocupadas por el ejército ruso: Donetsk y Lugansk, en el este, y Jersón y Zaporiyia, en el sur, donde la presencia de la Iglesia católica está bajo sospecha y se producen “registros a parroquias o inluso tenemos noticias de torturas a fieles o sacerdotes acusados de colaborar con los partisanos ucranianos” ha descrito Mons. Sviatoslav Shevchuk. En este sentido, el Nuncio ha señalado que, en la actualidad, tres vicarías que suponen una extensión de 60.000 km cuadrados no cuentan con la atención de ningún sacerdote católico porque han sido arrestados, se les ha prohibido continuar o han sido forzados a irse”.
Por su parte, Visvaldas Kulbokas ha subrayado que la mayor parte de los ucranianos desea la victoria de “proteger y reconstruir su país”.
“Gracias a la Santa Sede podemos intentar liberar prisioneros”
La constante atención del papa Francisco, su papel de voz de esta guerra ante el mundo y la tarea diplomática de la Santa Sede ha sido también objeto de agradecimiento por parte del Arzobispo mayor de la Iglesia católica en Ucrania que ha señalado como “gracias a que la Santa Sede mantiene abierta la línea de comunicación con Rusia, podemos trabajar en la liberación de prisioneros”. En este punto, Shevchuk ha relatado que, durante su último encuentro con el Santo Padre le entregó una lista de 42 médicos, civiles y militares, con el objetivo de trabajar en su liberación.
“¡Sin vuestra ayuda no sobreviviremos!”
En todo momento, tanto Mons. Sviatoslav Shevchuk como Visvaldas Kulbokas han agradecido el apoyo de la oración y las donaciones materiales que han recibido de todo el mundo.
En este punto, el Arzobispo mayor de la Iglesia católica en Ucrania ha afirmado que “hoy puedo decir que en Ucrania la gente no se muere por hambre o por falta de ropa, pero no sabemos qué será de nosotros en el futuro” y ha querido terminar su intervención con una petición clara “¡No olviden a Ucrania! ¡Sin vuestra ayuda no sobreviviremos!”