El miércoles 3 de mayo tuvo lugar en el Parlamento Europeo, en Bruselas, la mesa redonda “Hacia un nuevo modelo para las empresas de Europa”, en el que participaron miembros de la Fundación Arizmendiarrieta y COMECE, entre otros.
El acto llevaba el subtítulo “De la experiencia de Mondragón hacia un modelo de empresa participativo e integrador”. Por la tarde se llevó a cabo en la capilla ecuménica Chapel for Europe una mesa redonda con el mismo tema, en la que se usó de ejemplo el modelo español de la Corporación Mondragón.
José María Arizmendiarrieta
Este modelo surgió basándose en la Doctrina Social de la Iglesia, impulsado por el Venerable José María Arizmendiarrieta.
Arizmendiarrieta (1915-1976) fue un sacerdote católico originario de una zona rural del País Vasco. En 1922 entró en el Seminario Menor de Castillo-Elejabeitia. Debido a la Guerra Civil, no pudo ordenarse hasta 1940. En 1941 fue enviado a la parroquia San Juan Bautista, en la villa industrial de Mondragón (Guipúzcoa).
Allí, buscó una cristianización del mundo del trabajo y fundó la Escuela Profesional de Mondragón. “Antes que empleado, antes que obrero, antes que todo, eres bautizado”, afirmaba. En los años 50 se fundó Ulgor, una empresa que buscaba una reforma en el concepto de empresa que estuviese centrada en la persona, y no en explotarla, así como la Cooperativa San José y la Caja Laboral. Consideraba que “el mundo obrero no creerá en la doctrina social de la Iglesia si no la ve encarnada en la realidad de las obras sociales”.
Un modelo de empresa más humano
“La fórmula cooperativa requiere que la actividad humana comparta e implique unos valores humanos superiores, por lo que el trabajo, el capital, la organización [empresarial] no son fines en sí, sino medios para servir mejor a los altos intereses humanos”, afirma en los estatutos para Talleres Ulgor. “La empresa no puede ni debe perder ninguna de las virtualidades de eficiencia por el hecho de que en la misma los valores humanos disfruten de neta prevalencia sobre los recursos puramente económicos o materiales, antes bien debe por ello mismo acentuar su eficiencia y calidad”.
También consideraba que la misión del cristiano «es demostrar a la sociedad que la empresa puede organizarse de forma más humana y que al hombre se le puede tratar como su dignidad lo requiere sin detrimento de la productividad, antes bien al contrario”.
Un ejemplo de los resultados de estos esfuerzos es la empresa cooperativa Eroski, que surgió de este impulso y pertenece a la Corporación Mondragón.
Acto en Bruselas con la colaboración de la Fundación Arizmendiarrieta
El acto en Bruselas, organizado por el Parlamento Europeo y la Comisión de Conferencias Episcopales Europeas, contó con la participación del obispo de Bilbao, monseñor Joseba Segura, dos expertos europeos, John Kearns y Lucy Anns, y dos miembros del Consejo Rector de la Fundación Arizmendiarrieta, Jon Emaldi y Gaspar Martínez.
Se trataron temas como el modo de conseguir empresas europeas más humanas y competitivas o la importancia de la experiencia cooperativa de Mondragón, así como el modelo de empresa participativa e integradora, entre otros.
«Para la Fundación Arizmendiarrieta, el seminario organizado conjuntamente con el Parlamento Europeo y la Comisión de Conferencias Episcopales Europeas sobre el Modelo inclusivo participativo de empresa ha supuesto un salto cualitativo en su difusión a nivel internacional y un paso que nos acerca a la posibilidad de que la propuesta sea evaluada por algún órgano europeo, aspecto en el que vamos a trabajar en el próximo futuro. Supone, por otro lado, un complemento de la favorable acogida que ya ha tenido hasta ahora en ámbitos católicos, tales como UNIAPAC (asociación de las 43 organizaciones nacionales de directivos y empresarios de todo el mundo, con más de 40.000 afiliados) , la Economía de Francisco y el propio Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral», afirma Juan Manuel Sinde, presidente de la Fundación Arizmendiarrieta.