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“Estamos en una emergencia muy grave”, afirma el Patriarca latino de Jerusalén

Pierbattista Pizzaballa, patriarca latino de Jerusalén y recientemente nombrado cardenal, ha manifestado su preocupación por el conflicto palestino-israelí desatado el 7 de octubre de 2023. El Patriarcado Latino de Jerusalén ha emitido un comunicado implorando el cese de la violencia.

Loreto Rios·9 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

Momentos del conflicto palestino-israelí el 7 de octubre de 2023 ©OSV News photo/Mohammed Salem, Reuters

Con motivo de la violencia que se ha desatado el 7 de octubre de 2023 en Tierra Santa, el Patriarcado Latino de Jerusalén, una circunscripción eclesiástica católica sujeta a la Santa Sede cuyo territorio incluye Chipre, Jordania, Israel y Palestina, ha emitido un comunicado implorando el cese de las hostilidades.

Tierra Santa: llamada a ser tierra de paz

“Hemos sido testigos de una repentina explosión de violencia que es muy preocupante debido a su extensión e intensidad”, señala el texto. El Patriarcado subraya que esta violencia “nos está devolviendo a los peores momentos de nuestra historia reciente. Las excesivas bajas y tragedias con las que las familias tanto palestinas como israelitas tienen que lidiar crearán más odio y división, y destruirán más y más cualquier perspectiva de estabilidad”.

Asimismo, el Patriarcado ha solicitado a la comunidad internacional y a los líderes religiosos de todo el mundo que “hagan todos los esfuerzos” por arreglar esta situación y devolver la paz a la región. Tierra Santa, continúa el comunicado, “está llamada a ser una tierra de justicia, paz y reconciliación”. “Pedimos a Dios que inspire a los líderes religiosos en sus intervenciones para implantar la paz y la concordia, para que Jerusalén pueda ser una casa de oración para todos”, concluye el documento.

Declaración conjunta de los patriarcas de Jerusalén

Además, los patriarcas de Jerusalén han publicado una declaración conjunta, apelando a que se respete el statu quo “histórico y legal” de los lugares santos. “Como custodios de la fe cristiana, profundamente enraizada en Tierra Santa, nos solidarizamos con la gente de esta región, que está sufriendo las devastadoras consecuencias de conflicto continuo. Nuestra fe, que está fundada en las enseñanzas de Jesucristo, nos impela a abogar por el cese de toda actividad violenta y militar que daña a los civiles tanto palestinos como israelitas. Condenamos inequívocamente cualquier acto que tenga como objetivo a civiles, independientemente de su nacionalidad, origen étnico o fe. Tales acciones van contra los principios fundamentales de la humanidad y de las enseñanzas de Cristo”, señalan los patriarcas.

“Es nuestra ferviente esperanza y oración que todas las partes involucradas presten atención a esta llamada de cese inmediato de la violencia. Imploramos a los líderes y autoridades políticos que se comprometan en un diálogo sincero, buscando soluciones duraderas que promuevan la justicia, la paz y la reconciliación para la gente de esta tierra”, añade la nota.

“Pedimos al Todopoderoso que otorgue consuelo a los afligidos, fuerza a los cansados, y sabiduría a los que tienen posiciones de autoridad. (…) En el espíritu de este mensaje divino, imploramos a todos que trabajen sin descanso por el fin de la violencia y el establecimiento de una paz justa y duradera que permita a Tierra Santa ser un faro de esperanza, fe y amor por todos. Que la gracia de Nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo estén con todos nosotros durante estos tiempos difíciles”, concluye el texto.

Una situación muy grave

Por otra parte, Pierbattista Pizzaballa, el Patriarca latino de Jerusalén, creado cardenal por el Papa Francisco el pasado 30 de septiembre, recalcó en una entrevista a la agencia SIR que “estamos en una emergencia muy grave”. “Nos enfrentamos a una situación muy grave que ha estallado de repente, sin mucho aviso. Se trata de una campaña militar por ambas partes, muy preocupante en sus formas, su dinámica y su escala”, añadió el cardenal.

Además, el Patriarca recordó a una pequeña comunidad de Gaza, 1000 cristianos de los que solo un centenar son católicos: “Que sepan que, como siempre, no se les dejará solos y que este es un momento en el que debemos estar más unidos que nunca”. La comunidad de Gaza se encuentra bien actualmente, refugiada en los locales de la parroquia y la escuela.

Pizzaballa condenó también la toma de rehenes israelíes, tachándola de injustificable y señalando que “solo alentará una mayor agresividad”, y ha hecho un llamamiento a los líderes internacionales para que medien en el cese de la violencia: “La comunidad internacional debe volver a prestar atención a lo que ocurre en Oriente Próximo. Los acuerdos diplomáticos, los acuerdos económicos no anulan un hecho: hay una cuestión palestino-israelí que debe resolverse y que espera una solución».

El Patriarca estaba en Roma cuando estalló el conflicto, debido a su reciente nombramiento como cardenal, pero consiguió regresar a Jerusalén el lunes 9 de octubre «de forma bastante brusca, con la ayuda de las autoridades civiles y militares, tanto israelíes como jordanas, porque entré por Jordania», comentó el cardenal en una entrevista a Vatican News. También afirmó que encontró a su regreso «un país que ha cambiado mucho y de forma inmediata».

Además, en una entrevista a Quotidiano Nazionale, Pizzaballa ha afirmado que los Santos Lugares permanecen abiertos: «Tierra Santa es tierra de peregrinaciones, hay muchísimas. Lo que ha ocurrido ha sido como la erupción de un volcán: nadie podía haberlo previsto. Aquí hay miles de peregrinos, no solo italianos. Algunos están atrapados porque los aeropuertos están cerrados. Otros quieren terminar su peregrinación. Por eso los santos lugares permanecen abiertos. Pero también por una cuestión de principios: son lugares de oración, es lo que más se necesita en estos momentos».

Presencia de Dios en Jerusalén

La Custodia sigue siendo testimonio de la presencia de Dios en Tierra Santa: el mismo día que estallaron los ataques tuvo lugar la profesión solemne de fray Juan David, un joven colombiano de 33 años.

«Esta mañana estaba saliendo del Santo Sepulcro cuando empezaron a sonar las sirenas de alarma», señala el joven fraile, «y pensé: este es el lugar del amor, el lugar exacto donde Dios hizo que su Hijo resucitase a la vida eterna por puro amor hacia nosotros. Que mi consagración en esta Tierra Santa, desgraciadamente sacudida desde siempre por el odio, la violencia y el miedo, sea signo y testimonio del amor de Dios que nos pide amarnos los unos a los otros, y de la unión con Jesús, con ese Dios del amor que siempre está con nosotros».

Por su parte, el Custodio de Tierra Santa, fray Francesco Patton, señaló que «en una situación de guerra y de peligro como esta en la que repentinamente nos encontramos hoy precisamente la carta de san Pablo a los filipenses nos invita a una actitud de confianza que se transforma en oración, en súplica y en acción de gracias».

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