La autorización o nulla osta, indica que los fieles “pueden recibir un estímulo positivo para su vida cristiana a través de esta propuesta espiritual y autoriza el culto público”, señala la Nota vaticana, firmada por el cardenal Víctor Manuel Fernández, y monseñor Armando Matteo, respectivamente prefecto y secretario de la sección doctrinal del Dicasterio para la Doctrina de la Fe. Los altos eclesiásticos han presentado el texto, acompañados también por el director editorial del Dicasterio para la Comunicación, Andrea Tornielli.
La Nota precisa asimismo que “la valoración positiva de la mayor parte de los mensajes de Medjugorje como textos edificantes no implica declarar que tengan un origen sobrenatural directo”.
Y aunque existen -como es sabido- opiniones diversas “sobre la autenticidad de algunos hechos o sobre algunos aspectos de esta experiencia espiritual, se invita a las autoridades eclesiásticas de los lugares donde está presente a apreciar el valor pastoral y también a promover la difusión de esta propuesta espiritual”, se añade.
Encuentro con María, Reina de la Paz
El texto indica que “todo ello” se realiza “sin perjuicio de la potestad de cada obispo diocesano de tomar decisiones prudenciales en el caso de que haya personas o grupos que ‘hagan un uso inadecuado de este fenómeno espiritual y actúen de forma equivocada’.
Por último, el Dicasterio invita a quienes van a Medjugorje “a aceptar que las peregrinaciones no se hacen para encontrarse con supuestos videntes, sino para tener un encuentro con María, Reina de la Paz”.
Autorizadas las peregrinaciones en 2019
En mayo de 2019, el Papa Francisco autorizó que las diócesis y parroquias de todo el mundo organizaran peregrinaciones al santuario mariano de Medjugorje, lo que no suponía dar luz verde a las supuestas apariciones.
Ahora “ha llegado el momento de concluir una larga y compleja historia en torno a los fenómenos espirituales de Medjugorje. Se trata de una historia en la cual se sucedieron opiniones divergentes de obispos, teólogos, comisiones y analistas”, señala la Santa Sede. Con estas palabras comienza “La Reina de la Paz”, la citada Nota sobre la experiencia espiritual vinculada a Medjugorje, firmada por el cardenal Víctor Manuel Fernández, y monseñor Armando Matteo. En la conferencia de prensa, el cardenal reveló que la Santa Sede ha tenido un contacto especial con el obispo local, pero que el decreto trasciende la diócesis, y tiene un alcance mundial, porque la devoción es popular.
“Muchos frutos positivos”
Un texto aprobado por el Papa Francisco el 28 de agosto, explica la nota, reconoce “la bondad de los frutos espirituales ligados a la experiencia de Medjugorje”, autorizando a los fieles a adherirse a ella -de acuerdo con las nuevas Normas para el discernimiento de estos fenómenos-, ya que “se han producido muchos frutos positivos y no se han difundido efectos negativos o de riesgo entre el Pueblo de Dios”.
En general, “el juicio sobre los mensajes es también positivo, aunque con algunas precisiones sobre algunas expresiones”, explica la Santa Sede. También se subraya que “las conclusiones de esta Nota no implican un juicio sobre la vida moral de los presuntos videntes” y que, en cualquier caso, los dones espirituales “no exigen necesariamente la perfección moral de las personas implicadas para poder actuar”.
Abundantes conversiones y confesiones: renovar la fe
Los lugares relacionados con Medjugorje son visitados desde 1981 por peregrinos de todo el mundo. Los frutos positivos se revelan sobre todo como la promoción de una sana práctica de la vida de fe” según la tradición de la Iglesia. Hay “abundantes conversiones” de personas que han descubierto o redescubierto la fe; el retorno a la confesión y a la comunión sacramental, numerosas vocaciones, “muchas reconciliaciones entre esposos y la renovación de la vida matrimonial y familiar”, prosigue el texto.
“Cabe mencionar -afirma la Nota- que estas experiencias se producen principalmente en el contexto de peregrinaciones a los lugares de los hechos originales, más que durante encuentros con ‘videntes’ para asistir a las supuestas apariciones”. También informan de “numerosas curaciones”.
La parroquia del pequeño pueblo de Herzegovina es un lugar de adoración, oración, seminarios, retiros espirituales, encuentros de jóvenes y “parece que la gente va a Medjugorje sobre todo para renovar su fe más que por peticiones concretas precisas”. También han surgido obras de caridad para atender a huérfanos, drogadictos y discapacitados, y también hay grupos de cristianos ortodoxos y musulmanes.
Millones de visitas
El visto bueno oficial a la devoción y experiencia espiritual que comenzó en Medjugorje en junio de 1981, cuando seis muchachos contaron haber visto a la Virgen, fue posible por los abundantes frutos positivos que se ven en esta parroquia visitada por más de un millón de personas cada año y en todo el mundo: peregrinaciones, conversiones, retorno a los sacramentos, matrimonios en crisis que se reconstruyen.
“Son estos elementos los que siempre ha mirado el Papa Francisco, desde que era obispo en Argentina: la piedad popular que mueve a tanta gente hacia los santuarios debe ser acompañada, corregida cuando sea necesario, pero no sofocada. A la hora de juzgar supuestos fenómenos sobrenaturales hay que fijarse siempre, precisamente, en los frutos espirituales», señala Andrea Tornielli.
Corresponde a esta visión del Sucesor de Pedro haber desvinculado, gracias a las nuevas normas publicadas el pasado mes de mayo, el juicio de la Iglesia de la declaración más rigurosa de sobrenaturalidad”.
El mensaje de la paz
La Nota del Dicasterio, y el cardenal prefecto lo subrayó en la presentación, examina a continuación los aspectos centrales de los mensajes, empezando por el de la paz, entendida no sólo como ausencia de guerra, sino también en sentido espiritual, familiar y social: el título más original que la Virgen se atribuye es, en efecto, el de “Reina de la Paz”. “Me he presentado aquí como Reina de la Paz para decir a todos que la paz es necesaria para la salvación del mundo. Sólo en Dios se encuentra la verdadera alegría, de la que procede la verdadera paz. Por eso pido la conversión”. (16.06.1983).
Una paz que es fruto de la caridad vivida, que “implica también el amor a los que no son católicos”. Un aspecto que se comprende mejor “en el contexto ecuménico e interreligioso de Bosnia y Herzogovina, marcado por una terrible guerra con fuertes componentes religiosos”.
Dios en el centro
La invitación al abandono confiado en Dios que es amor surge con frecuencia: “Podemos reconocer un núcleo de mensajes en los que la Virgen no se sitúa en el centro, sino que se muestra plenamente orientada a nuestra unión con Dios”.
Además, “la intercesión y la obra de María aparecen claramente supeditadas a Jesucristo como autor de la gracia y de la salvación en cada persona. María intercede, pero es Cristo quien “nos da la fuerza, por tanto, toda su obra materna consiste en motivarnos a ir hacia Cristo”: «Él os dará fuerza y alegría en este tiempo. Yo estoy cerca de vosotros con mi intercesión» (25.11.1993).
De nuevo, muchos mensajes invitan a reconocer la importancia de pedir la ayuda del Espíritu Santo: «La gente se equivoca cuando sólo se dirige a los santos para pedir algo. Lo importante es pedir al Espíritu Santo que descienda sobre vosotros. Teniéndolo lo tenéis todo» (21.10.1983).
Llamada a la conversión
En los mensajes se encuentra “una invitación constante a abandonar el estilo de vida mundano y el apego excesivo a los bienes terrenales, con frecuentes llamadas a la conversión, que hace posible la verdadera paz en el mundo”.
La conversión está en el centro del mensaje de Medjugorje, subraya la Nota, y lo corroboró el cardenal prefecto. Hay también una “exhortación insistente a no subestimar la gravedad del mal y del pecado y a tomar muy en serio la llamada de Dios a luchar contra el mal y contra la influencia de Satanás”, señalado como origen del odio, la violencia y la división. También es fundamental el papel de la oración y el ayuno, así como la centralidad de la Misa, la importancia de la comunión fraterna y la búsqueda del sentido último de la existencia en la vida eterna”.