Vaticano

El sueño de una Iglesia totalmente misionera

En el Mensaje para la próxima Jornada Mundial de las Misiones, el Papa Francisco ha manifestado su deseo de comenzar una etapa de la Iglesia que involucre a todos los cristianos en virtud de su bautismo, profetas y testigos modernos que llevan el Evangelio hasta los confines de la tierra con el poder del Espíritu Santo.

Giovanni Tridente·10 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos
misionero

Foto: ©2021 Catholic News Service / U.S. Conference of Catholic Bishops.

Una nueva temporada misionera que involucra a todos los cristianos en virtud de su bautismo, profetas y testigos modernos que llevan el Evangelio hasta los confines de la tierra con el poder del Espíritu Santo. Este es el sueño que el Papa Francisco transmitió a la Iglesia universal en su Mensaje para la próxima Jornada Mundial de las Misiones, dado a conocer el día de la Epifanía, el 6 de enero de este nuevo año.

La cita tendrá lugar, como es habitual, el penúltimo domingo de octubre, mes notoriamente dedicado a las misiones, y este año caerá el día 23. El tema elegido está tomado del versículo 8 de los Hechos de los Apóstoles, «Para que seáis mis testigos», que recoge la última conversación de Jesús resucitado con los discípulos antes de su Ascensión al Cielo.

Estas palabras – escribe el Papa Francisco en el Mensaje – representan «el punto central, el corazón de la enseñanza de Jesús a los discípulos en vista de su misión en el mundo». Y son una invitación constante para cada bautizado si quiere ser un verdadero testigo de Cristo. Aquí surge «la identidad de la Iglesia», que se construye no de forma aislada en los miembros individuales, sino de forma comunitaria, como ya indicó san Pablo VI en la Evangelii Nuntiandi.

En cuanto a la esencia de esta misión -explica el Pontífice- se traduce en «dar testimonio de Cristo, es decir, de su vida, pasión, muerte y resurrección, por amor al Padre y a la humanidad». Es una advertencia para todo cristiano, que está llamado, en definitiva, a no comunicarse a sí mismo ni a sus propios dones y capacidades, sino a «ofrecer a Cristo con palabras y acciones, anunciando a todos la Buena Noticia de su salvación con alegría y franqueza, como los primeros Apóstoles».

Verdaderos testigos

Esto también puede significar, a veces, sufrir el «martirio», no necesariamente sangriento, pero es la forma más concreta de ser verdaderos testigos. No es casualidad que en la evangelización «el ejemplo de vida cristiana y el anuncio de Cristo vayan juntos», como los dos pulmones con los que debe respirar una comunidad que se considere verdaderamente misionera, subraya el Papa Francisco en su Mensaje.

A continuación, el Papa vuelve a reflexionar sobre la necesidad de ir más allá de los «lugares habituales» de la evangelización, ya que todavía hay zonas geográficas a las que no ha llegado el mensaje cristiano. Al mismo tiempo, hay que considerar también todos esos horizontes sociales y existenciales, esas situaciones humanas «límite» que alimentan un deseo, aunque no se exprese, de encontrar a Cristo.

Evidentemente, es necesario contar con la inspiración constante del Espíritu Santo, porque es él «el verdadero protagonista de la misión», que da fuerza a sus discípulos y sabe dar «la palabra justa, en el momento preciso y en el modo apropiado».

En esta perspectiva, el Papa nos invita a vivir también los diferentes aniversarios misioneros que caen en este 2022. Entre ellos, el 400 aniversario de la creación de la Sagrada Congregación de Propaganda Fide, «una intuición providencial» que ya en 1622 permitió llevar a cabo la misión evangelizadora de la Iglesia lejos de la interferencia de los poderes mundanos.

Dos siglos después, la francesa Pauline Jaricot -que será beatificada el próximo 22 de mayo- fundó la Asociación para la Propagación de la Fe, que permitía a los creyentes individuales participar activamente en las misiones a través de una fructífera red de oración y colecta para los misioneros. De esa primera semilla nació la actual Jornada Mundial de las Misiones.

Testigos asesinados

Este aniversario puede ser también una oportunidad para recordar a los muchos testigos que dan su vida por las misiones cada año, siendo asesinados en contextos de violencia, desigualdad social, explotación y degradación moral y medioambiental: párrocos, sacerdotes comprometidos en obras sociales, religiosos, pero también muchos laicos y catequistas.

Cada año, sus historias se recogen en un dossier de la Agencia Fides. En 2021, por ejemplo, 22 misioneros fueron asesinados en el mundo, 13 sacerdotes, 1 religioso, 2 religiosas y 6 laicos, la mayoría de ellos en África, pero también en América, Asia y un caso en Europa. Personas que dieron testimonio de Cristo hasta el último momento de su vida, a menudo en esas periferias geográficas y existenciales alejadas de los lugares convencionales, tal como invita la Iglesia y como exige la verdadera misión.

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