Con visión una vez más universal, el Papa ha tocado temas muy variados en la Audiencia de este miércoles: el Jubileo de la esperanza, el ejemplo de san José, el Año Nuevo Lunar para las familias chinas, su recuerdo de las víctimas del exterminio en los campos de concentración en la II Guerra Mundial, el llamamiento al cese de la violencia en la RD Congo, la paz en el mundo, y la memoria de san Juan Bosco el día 31.
El tema central de su catequesis, en torno a Jesucristo, nuestra esperanza, y centrado en la infancia de Jesús, ha sido el anuncio del Ángel a san José, y su respuesta de fe.
“Su amor fue puesto a prueba”
“José entra en escena en el Evangelio de Mateo como prometido de María. Para los judíos, los esponsales eran un verdadero vínculo jurídico, que preparaba para lo que sucedería aproximadamente un año después, la celebración del matrimonio”, ha comenzado el Papa.
Fue durante este tiempo cuando José descubrió el embarazo de María “y su amor fue puesto a dura prueba. Ante tal situación, que llevaría a la ruptura del compromiso, la Ley sugería dos posibles soluciones: o bien un acto jurídico público, como citar a la mujer ante los tribunales, o bien un acto privado, como entregar a la mujer una carta de repudio”.
José se fía
“Mateo define a José como un hombre ‘justo’ (zaddiq), un hombre que vive según la Ley del Señor, que se inspira en ella en cada ocasión de su vida”. En sueños, José oye estas palabras: ‘José, hijo de David, no temas tomar contigo a María, tu mujer. Porque el niño que ha sido engendrado en ella es del Espíritu Santo; dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados» (Mt 1,20-21)”.
Ante esta revelación, ha subrayado el Papa, “José no pide más pruebas, se fía. José confía en Dios, acepta el sueño de Dios sobre su vida y la de su prometida. Así entra en la gracia de quien sabe vivir la promesa divina con fe, esperanza y amor”.
“Cree, espera y ama”, “obediencia”
El Sucesor de Pedro ha continuado: “José, en todo esto, no pronuncia una palabra, sino que cree, espera y ama. No habla con ‘palabras al viento’, sino con hechos concretos. Pertenece a la raza de los que el apóstol Santiago llama los que ‘ponen en práctica la Palabra’ (cf. St 1,22), traduciéndola en obras, en carne, en vida. José se fía de Dios y obedece: ‘Su estar interiormente pendiente de Dios… se convierte espontáneamente en obediencia’ (Benedicto XVI, La infancia de Jesús, Milán-Ciudad del Vaticano 2012, 57)”.
Hermanas, hermanos, ha exhortado Francisco, “pidamos también nosotros al Señor la gracia de escuchar más de lo que hablamos, la gracia de soñar los sueños de Dios y de acoger responsablemente a Cristo que, desde el momento de nuestro bautismo, vive y crece en nuestras vidas”.
RD Congo: llamamiento a la comunidad internacional
“Expreso mi preocupación por el empeoramiento de la situación de seguridad en la República Democrática del Congo”, ha revelado el Papa. “Insto a todas las partes en conflicto a que se comprometan a cesar las hostilidades y a proteger a la población civil de Goma y de otras zonas afectadas por operaciones militares”.
“También sigo con aprensión lo que está ocurriendo en la capital, Kinshasa, esperando que cesen cuanto antes todas las formas de violencia contra las personas y sus bienes. Al tiempo que rezo por el pronto restablecimiento de la paz y la seguridad, hago un llamamiento a las autoridades locales y a la comunidad internacional para que hagan todo lo posible por resolver la situación de conflicto por medios pacíficos”.
Año Nuevo Lunar: paz, serenidad y salud
Al dirigirse a los peregrinos de lengua china, el Papa ha recordado que ·en Asia Oriental y en diferentes partes del mundo, millones de familias celebran hoy el Año Nuevo Lunar, una ocasión para vivir con mayor intensidad las relaciones familiares y de amistad. Con mis mejores deseos para el Año Nuevo, que mi bendición llegue a todos vosotros, mientras invoco para cada uno de parte del Señor paz, serenidad y salud”.
Custodios de la verdad y la memoria del exterminio en la II GM
En su saludo a los polacos, Francisco ha recordado “ a vuestros compatriotas que, junto con miembros de otras naciones, fueron víctimas del exterminio en los campos de concentración alemanes durante la Segunda Guerra Mundial”.
“Sed custodios de la verdad y de la memoria de esta tragedia y de sus víctimas, entre las que hubo no pocos mártires cristianos”, ha manifestado. “Recordad vuestro compromiso constante por la paz y por la defensa de la dignidad de la vida humana en todas las naciones y religiones. Os bendigo de corazón”.