Vaticano

El Papa insta a los obispos a dar a conocer el proceso de nulidad matrimonial

En la tradicional audiencia al Tribunal de la Rota Romana, con motivo de la inauguración del Año Judicial, el Papa Francisco ha señalado que, con ocasión de la última reforma, ha instado a los obispos a que los fieles conozcan el proceso abreviado de nulidad matrimonial. Además, es importante “que se asegure la gratuidad de los procedimientos”. La reforma busca “no la nulidad de los matrimonios, sino la celeridad de los procesos”.  

Francisco Otamendi·7 de febrero de 2025·Tiempo de lectura: 5 minutos
Papa Francisco audiencia con la Rota Romana

El Papa Francisco recibe en audiencia al Tribunal de la Rota Romana el 31 de enero de 2025 (CNS photo/Vatican Media).

La inauguración del Año Judicial del Tribunal de la Rota Romana fue el acto principal del Santo Padre el pasado viernes, que recibió en audiencia a los prelados auditores, oficiales, abogados y colaboradores del Tribunal, presididos por su decano, el arzobispo español Monseñor Alejandro Arellano Cedillo.

Antes del discurso del Papa, pronunció unas palabras de saludo Monseñor Arellano, en las que recordó que “la noche de Navidad, tras abrir la Puerta Santa y dado el pistoletazo de salida al año jubilar, dirigiste con firmeza al mundo entero: poneos en camino sin demora para ‘redescubrir la esperanza perdida, renovarla en nosotros, sembrarla en las desolaciones de nuestro tiempo y de nuestro mundo’”.

“Sembradores de esperanza”

“Santo Padre”, añadió el decano del Tribunal, “nos sentimos directamente interpelados por los desafíos del presente y del futuro, conscientes de que la Rota Romana, como Tribunal de la familia cristiana, es sólo una ‘solapa del manto’ de la Iglesia; sin embargo, nos parece que no es ajena a nuestra esperanza de que, por el toque de ese manto, a través de la administración de justicia, las personas heridos puedan encontrar la paz, a fin de fomentar la tranquillitas ordinis en la Iglesia”.

En esta línea, el decano manifestó, entre otras cosas, que “éste es nuestro deseo: ser sembradores de esperanza para todas las familias heridas, alejadas de la Iglesia o en dificultad, que han perdido la esperanza en la justicia, en la misericordia, en el amor de Dios que resucita al hombre y le devuelve su dignidad”.

Esclarecer la situación matrimonial

La inauguración del Año Judicial del Tribunal de la Rota Romana “me brinda la oportunidad de renovar la expresión de mi aprecio y gratitud por vuestro trabajo. Saludo cordialmente al Decano y a todos los que servís en este Tribunal”, comenzó manifestando el Papa.

“Este año se cumple el décimo aniversario de los dos Motu Proprio ‘Mitis Iudex Dominus Iesus’ y ‘Mitis et Misericors Iesus’, con los que reformé el proceso para la declaración de nulidad del matrimonio. Me parece oportuno aprovechar esta tradicional ocasión de encontrarme con vosotros para recordar el espíritu que impregnó aquella reforma, que aplicasteis con competencia y diligencia en beneficio de todos los fieles”.

El objetivo de la reforma era que se “respondiera de la mejor manera posible a quienes se dirigen a la Iglesia para esclarecer su situación matrimonial (cf. Discurso al Tribunal de la Rota Romana, 23 de enero de 2015). 

Que los fieles conozcan el proceso y la gratuidad

“Quería que el obispo diocesano estuviera en el centro de la reforma. En efecto, es a él a quien corresponde administrar justicia en la diócesis, tanto como garante de la proximidad de los tribunales y de la vigilancia sobre ellos, como en cuanto juez que debe decidir personalmente en los casos en que la nulidad es manifiesta, es decir, a través del ‘processus brevior’ como expresión de la solicitud de la ‘salus animarum’”, prosiguió el Pontífice.

“Por ello, he instado a incorporar la actividad de los tribunales a la pastoral diocesana, encargando a los obispos que procuren que los fieles conozcan la existencia del ‘processus brevior’ como posible remedio a la situación de necesidad en la que se encuentran”, señaló el Papa. “A veces es triste constatar que los fieles desconocen la existencia de esta vía. Además, es importante ‘que se asegure la gratuidad de los procedimientos, para que la Iglesia […] manifieste el amor gratuito de Cristo por el que todos hemos sido salvados’ (Proemio, VI)”.

Tribunal: personas bien formadas e idóneas

En particular, concreta Francisco, “la solicitud del obispo se concreta en garantizar por ley la constitución en su diócesis del tribunal, dotado de personas -clérigos y laicos- bien formadas e idóneas para esta función; y en asegurar que realicen su trabajo con justicia y diligencia. La inversión en la formación de estos trabajadores -formación científica, humana y espiritual- beneficia siempre a los fieles, que tienen derecho a que sus peticiones sean consideradas con atención, incluso cuando reciben una respuesta negativa”.

Preocupación por la salvación de las almas

“Ha guiado la reforma -y debe guiar su aplicación- la preocupación por la salvación de las almas (cf. Mitis Iudex, Proemio). Nos sentimos interpelados por el dolor y la esperanza de tantos fieles que buscan claridad sobre la verdad de su condición personal y, en consecuencia, sobre la posibilidad de participar plenamente en la vida sacramental. Para tantos que ‘han vivido una experiencia matrimonial infeliz, la verificación de la validez o no del matrimonio representa una posibilidad importante; y a estas personas hay que ayudarlas a recorrer este camino de la manera más suave posible’ (Discurso a los participantes en el Curso promovido por la Rota Romana, 12 de marzo de 2016)”.

“Favorecer no la nulidad de los matrimonios,  sino la celeridad de los procesos”

La reciente reforma, fue concluyendo el Santo Padre, “también ha querido favorecer ‘no la nulidad de los matrimonios, sino la celeridad de los procesos, no menos que una justa simplicidad, para que, a causa del retraso en la definición de la sentencia, los corazones de los fieles que esperan la aclaración de su estado no se vean oprimidos durante mucho tiempo por la oscuridad de la duda’ (Mitis Iudex, Proemio)”.

En efecto, “para evitar que se produzca el dicho ‘summum ius summa iniuria’ (‘Excesivo derecho, excesiva injusticia’) (Cicerón, De Officiis I,10,33) como consecuencia de procedimientos demasiado complejos, he suprimido la necesidad del juicio de doble conformación y he animado a decidir más rápidamente los casos en los que la nulidad es manifiesta, buscando el bien de los fieles y deseando llevar paz a sus conciencias”. 

Todo esto, señaló el Papa, “requiere dos grandes virtudes: la prudencia y la justicia, que deben estar informadas por la caridad. Existe una íntima conexión entre prudencia y justicia, ya que el ejercicio de la prudentia iuris tiene por objeto saber lo que es justo en el caso concreto’ (Discurso a la Rota Romana, 25 de enero de 2024)”.

Labor de discernimiento

“Todo protagonista del proceso se acerca a la realidad conyugal y familiar con veneración”, subrayó el Pontífice al final de su reflexión. “Porque la familia es reflejo vivo de la comunión de amor que es Dios Trinidad (cf. Amoris laetitia, 11). Además, los esposos unidos en matrimonio han recibido el don de la indisolubilidad, que no es una meta a alcanzar por su propio esfuerzo, ni siquiera una limitación a su libertad, sino una promesa de Dios, cuya fidelidad hace posible el ser humano”. 

“Vuestra labor de discernimiento sobre la existencia o no de un matrimonio válido”, manifestó el Papa a los prelados auditores,  “es un servicio a la salus animarum, pues permite a los fieles conocer y aceptar la verdad de su realidad personal. En efecto, ‘todo juicio justo sobre la validez o la nulidad de un matrimonio es una contribución a la cultura de la indisolubilidad, tanto en la Iglesia como en el mundo’ (San Juan Pablo II, Discurso a la Rota Romana, 29 de enero de 2002)”.

Al concluir, el Papa Francisco invocó sobre todos, “peregrinantes in spem, la gracia de la conversión gozosa y la luz para acompañar a los fieles hacia Cristo, que es el Juez manso y misericordioso. Os bendigo de corazón y os pido, por favor, que recéis por mí. Gracias”.

El autorFrancisco Otamendi

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