Vaticano

El Papa Francisco en Singapur: un viaje de esperanza y diálogo hasta las fronteras de Asia

Singapur es la última parada de un viaje que dura hasta mañana y en el que el Papa ha recorrido cuatro países encontrándose con miles de fieles.

Hernan Sergio Mora·11 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

Con un viento de esperanza a sus espaldas y el corazón abierto al diálogo, el Papa Francisco ha llegado a Singapur, última parada de un viaje apostólico que pasará a la historia como el más largo de su pontificado. Partiendo de Roma el 2 de septiembre, el Santo Padre cruzó océanos y naciones, llevando su mensaje de paz, de rechazo a la violencia en nombre de la religión, y de fraternidad a Indonesia, Papúa Nueva Guinea y Timor Oriental.

Ahora, en la ciudad-estado de Singapur, el Papa enfrenta el último desafío de su viaje: hablar al corazón de una comunidad multiétnica y multicultural.

La jornada ha comenzado en Timor Oriental donde el Papa ha celabrado la Santa Misa en privado en la Nunciatura Apostólica,.

A las 9.30 horas (hora local) el Papa se ha reunido con cientos de jóvenes en un acto que comenzó con la colocación de flores frente a la estatua de María en el Centro de Convenções de Díli, entre sonrisas, cantos y un colorido pañuelo tradicional «tais» que le han colocado sobre sus hombros a la entrada del centro de congresos.

El pontífice, muy animado, habló en español prácticamente «improvisando» y en un animado “diálogo” con el público. El Papa comenzó con el saludo “Daader di’ak” (Buenos días), en lengua tetum, una de las dos lenguas oficiales de Timor Oriental junto con el portugués.

A sus palabras siguieron los testimonios de cuatro jóvenes y la invitación del Pontífice a hacer «lío», una frase que ha repetido varias veces durante el encuentro.

El Papa ha invitado a los jóvenes a no perder el entusiasmo de la fe y a no ceder ante los vicios «que destruyen a los jóvenes»: el alcohol, las drogas y «tantas cosas que dan felicidad durante media hora».

Francisco ha pedido “no más bullying” entre los aplausos de los presentes, y se ha referido al amor a los abuelos, porque los niños y los ancianos son el mayor tesoro de la sociedad y ha destacado tres cosas a los jóvenes: «libertad, compromiso y fraternidad».

Es decir que “un joven que no es capaz de autogobernarse es dependiente, no es libre y es esclavo de su propio deseo; y debe saber que «ser libre no significa hacer lo se que quiere».

“El compromiso -ha continuado el Santo Padre- debe ser por el bien común” y ha subrayado la tercera recomendación, la hermandad: debemos ser hermanos, no enemigos, porque las diferencias sirven para respetarnos unos a otros. “El amor es servicio”, ha repetido a los jóvenes destacando dos ideas: “Amor y reconciliación” así como ese conocido “hagan lío”, junto a la necesidad de veneración y respeto por los ancianos.

Fuera del centro, alrededor de 1.500 jóvenes le esperaban para saludarlo, muchos de ellos con lágrimas en los ojos.

El Papa se ha despedido de Timor Oriental en torno a las 11 en una emotiva ceremonia en el aeropuerto internacional de Dili, en la que miles de personas han acompañado los últimos compases de la visita papal detrás de las vallas.

Singapur: una ciudad-estado que abraza al Papa

A las 14.15 horas, el vuelo papal ha aterrizado en el aeropuerto de Changi, en Singapur. Aquí, en una ciudad donde conviven casi 6 millones de personas en un caleidoscopio de culturas y religiones, el Papa ha sido recibido por el nuncio apostólico Mons. Marek Zalewski, por el embajador de Singapur ante la Santa Sede y por el ministro de Cultura y Juventud.

El encuentro privado con miembros de la Compañía de Jesús será en el St. Francis Xavier Retreat Centrer, donde residirá el Pontífice.  

El autorHernan Sergio Mora

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