Vaticano

El Mediterráneo, una frontera de paz

El encuentro de obispos y alcaldes del Mediterráneo ha dado comienzo este miércoles en Florencia. El tema principal, reflexionar sobre cómo hacer del Mediterráneo una "frontera de paz".

Giovanni Tridente·23 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos
encuentro mediterraneo

Foto: ©2022 Catholic News Service / U.S. Conference of Catholic Bishops.

Por iniciativa de la Conferencia Episcopal Italiana, se está celebrando en Florencia un encuentro de obispos y alcaldes de los pueblos costeros del Mediterráneo. También se espera la visita del Papa Francisco el próximo domingo. Se trata de la segunda iniciativa de este tipo, dirigida personalmente por el cardenal Gualtiero Bassetti, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana. La primera tuvo lugar hace exactamente dos años, justo antes del estallido de la pandemia, en Bari, también con la presencia del Papa.

Los obispos de no menos de 20 países costeros del «mare nostrum» participaron en el encuentro para reflexionar sobre cómo hacer de él cada vez más una «frontera de paz», y hoy esta preocupación de las Iglesias locales se hace aún más urgente y necesaria ante los vientos de guerra que soplan sobre Europa en estas mismas semanas.

El encuentro de Florencia, al igual que el de Bari, nació del ejemplo de una feliz intuición del Venerable Giorgio La Pira, alcalde de la ciudad renacentista y padre constituyente, que en los años 50 y 60 del siglo pasado dio vida a las llamadas «conversaciones mediterráneas» como oportunidad estratégica para alcanzar la paz mundial. Y sugirió una analogía entre la época de Jesús y la contemporánea, entre el entorno en el que se movía el Mesías y el que vivían entonces -pero también hoy- los pueblos del Mediterráneo: un contexto heterogéneo de cultura y creencias, multiforme, no exento de conflictos económicos, religiosos y políticos y, por tanto, necesitado de unidad y paz.

A los obispos reunidos en la Basílica de San Nicolás de Bari, el Papa Francisco les reiteró que, precisamente por su conformación, el Mediterráneo «obliga a las culturas y a los pueblos ribereños a una constante proximidad», en la conciencia de que «sólo viviendo en armonía pueden disfrutar de las oportunidades que ofrece esta región desde el punto de vista de los recursos, de la belleza del territorio y de las diferentes tradiciones humanas».

Si el objetivo último de toda sociedad humana sigue siendo la paz -explicó el Pontífice en aquella ocasión-, la guerra es más bien «el fracaso de todo proyecto humano y divino». Pero no puede haber paz sin justicia, que se ve pisoteada cada vez que «se ignoran las necesidades del pueblo» o «los intereses económicos partidistas por encima de los derechos de las personas y la comunidad», o se trata a las personas «como si fueran cosas».

El programa del Papa para el domingo incluye, después de saludar a las autoridades civiles y religiosas, entre ellas los alcaldes de Atenas, Jerusalén y Estambul, un encuentro con familias de refugiados y desplazados y la Santa Misa en la Basílica de la Santa Cruz.

«Como comunidades cristianas, tenemos el deber moral y la tarea misionera de fomentar y promover, con fe y valentía, nuevos equilibrios internacionales basados, en primer lugar, en la defensa y valorización de la persona humana, así como en una solidaridad efectiva y concreta» – dijo el cardenal Bassetti en su discurso de apertura del Encuentro de Obispos del Mediterráneo. Luego recordó: «Nuestros hermanos aplastados por las guerras, el hambre, el cambio climático, algunos de los cuales mueren de frío en las fronteras de Europa o se ahogan en el Mediterráneo, son los primeros y privilegiados destinatarios del anuncio del Evangelio».

En la reunión participan 58 obispos -entre ellos el arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Juan José Omella, y el obispo auxiliar de Madrid, José Cobo Cano- y 65 alcaldes, entre ellos los de Granada, Sevilla y Valencia.

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