En la madrugada del miércoles 11 de mayo, la policía ha detenido al cardenal Joseph Zen Ze-kiun, de 90 años, obispo emérito de la ciudad de Hong-Kong y conocido partidario del movimiento prodemocrático. Así lo han afirmado fuentes locales y varios medios de comunicación de la ciudad, según los cuales la detención estaría vinculada a la gestión del Fondo 612, que hasta su clausura ayudó a miles de manifestantes prodemocráticos implicados en las protestas de 2019.
El cardenal Zen era uno de los administradores de la organización Fondo 612, que dejó de operar el pasado octubre. Las autoridades lo han detenido junto con otros promotores del fondo, entre ellos la conocida abogada Margaret Ng, el académico Hui Po-keung y la cantautora Denise Ho. Al parecer, la investigación de las fuerzas del orden se centra en si el Fondo 612 se «confabuló» con fuerzas extranjeras, violando la ley de seguridad nacional impuesta por Pekín en el verano de 2020.
El cardenal Zen lleva mucho tiempo en el punto de mira del gobierno chino. En enero, la prensa en favor del régimen publicó varios artículos en los que se le acusaba de incitar a los estudiantes a rebelarse en 2019 contra una serie de medidas del gobierno.
El cardenal no gusta en Pekín por sus críticas al control que ejerce el Partido Comunista Chino sobre las comunidades religiosas. Ha condenado la retirada de cruces del exterior de las iglesias en China y ha celebrado a lo largo de los años misas en memoria de los mártires de Tiananmen en Pekín: los jóvenes masacrados por las autoridades el 4 de junio de 1989 por exigir libertad y democracia. El cardenal también está en contra incluso del acuerdo entre el Vaticano y China sobre el nombramiento de obispos.
En respuesta a las preguntas de los periodistas, el director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, afirmó que «la Santa Sede ha conocido con preocupación la noticia de la detención del cardenal Zen y sigue con extrema atención el desarrollo de la situación».