En un acto presidido por el arzobispo de Madrid y Gran Canciller de la Universidad Eclesiástica San Dámaso, cardenal José Cobo, y presentado por el Rector de la corporación, Nicolás Álvarez de las Asturias, el cardenal José Tolentino de Mendonça realizó un elogio de la amistad como bien necesario para la comunidad académica.
En la celebración de la fiesta de santo Tomás de Aquino, el cardenal prefecto de la Cultura y la Educación en la Santa Sede, señaló que “la Universidad cumpliría bien su misión si algún día fuera recordada por aquellos que en ella se formaron, no solo por la calidad pedagógica y de investigación que encontraron, sino también por las bellas amistades que ahí comenzaron”.
Sin embargo, la reflexión del cardenal portugués, poeta además de teólogo, fue más allá, y constituyó un diagnóstico de la sociedad actual, en lo que se refiere a los vocablos amor y amistad, bajo el título ‘Elogio de la amistad: Redescubrir un bien necesario’.
Centralidad de la reflexión sobre la amistad
“Espero que no os parezca extraño que haya elegido como argumento académico la amistad, cuando parecería haber mil temas más urgentes y pertinentes que proponer a una comunidad universitaria en este período histórico y cultural de cambios acelerados”, comenzó diciendo.
“En Santo Tomás es evidente la centralidad de la reflexión sobre la amistad, hasta el punto de preguntarse si la perfecta bienaventuranza en la gloria no requiere también la compañía de los amigos. Pero la propia historia de la Universidad no se entendería sin la idea de societas amicorum”.
“Uso masivo del vocabulario del amor”: consecuencias
Enseguida, el cardenal apuntó que “parece que nuestra época sólo sabe hablar de amor. A medida que asistimos a la inflación de esta palabra, su fuerza expresiva disminuye claramente y parece secuestrada por un uso monocorde y equívoco. Cada vez sabemos menos de qué hablamos cuando hablamos de amor. Pero esto no constituye un freno”.
Con la misma palabra, añadió, “designamos el amor conyugal y el apego a un equipo deportivo, las relaciones entre parientes y las de consumo, las aspiraciones individuales más profundas, pero también las más frívolas. Todo es amor. No es casualidad que la magnífica poesía de W.H. Auden, que el siglo pasado eligió como una de sus canciones, se resuma en la pregunta: ‘La verdad, por favor, sobre el amor’”.
A su juicio, según expuso ante un nutrido auditorio en San Dámaso, ““el peligro que presenta el uso masivo del vocabulario del amor es el de perdernos en lo indefinido, ahogarnos en lo ilimitado de la subjetividad: no sabemos realmente lo que es el amor; siempre lo es todo; es una tarea sin límites; y esta totalidad inextricable, con demasiada frecuencia, se consume en una retórica desilusionada. La amistad es una forma más objetiva, más concretamente diseñada, que quizá sea más posible de experimentar”.
Pasa lo mismo en el “universo religioso”
“En el universo religioso, por desgracia, la situación no es muy diferente”, prosiguió el cardenal Tolentino de Mendonça. “El término amor sufre un uso excesivo que no siempre favorece el realismo y la profundización de los caminos de la fe. La referencia al amor se disipa en homilías, discursos catequéticos, proposiciones morales: un camino tan variado que su significado se diluye”.
“Nos hemos acostumbrado a oír la llamada al amor, a recibirla o a reproducirla sin mucho conocimiento. Estoy convencido de que una parte importante del problema reside en la ausencia de reflexión sobre la amistad”.
“La amistad, camino de humanización y esperanza”
Su argumentación continuó en la misma línea, escéptica ante el uso indiscriminado de la palabra amor, y elogiando la amistad. “Llamamos ambiguamente ‘amor’ a ciertas relaciones y prácticas afectivas que ganarían mayor consistencia si las pensáramos como modos de amistad. La amistad es una experiencia universal y representa, para cada persona, un camino inagotable de humanización y esperanza”.
Más adelante, citó a Raïssa Maritain, esposa de Jacques Maritain, que compuso una especie de autobiografía relatando las experiencias personales de sus amigos. “Y es cierto: los amigos son nuestra mejor autobiografía. Pero no sólo eso: la amplían, conspiran para hacerla luminosa y auténtica. (…). Los amigos dan testimonio a nuestro corazón de que siempre hay un camino”.
“La amistad se nutre de la aceptación de los límites”
“La amistad no contiene esa pretensión de posesión que, muchas veces, es característica de un amor exageradamente narcisista. La amistad se nutre de la aceptación de los límites”, añadió el cardenal. “Quizá la gran diferencia entre el amor y la amistad radica en que el amor tiende siempre a lo ilimitado, mientras que en la amistad nos enfrentamos con ligereza a las limitaciones, aceptamos que hay una vida sin nosotros y más allá de nosotros”.
El Prefecto vaticano para la Cultura y la Educación mencionó en su conferencia al Papa Francisco. “Es de vital sabiduría abrazar los límites como múltiples aspectos y vínculos de una misma verdad, según lo que el Papa Francisco enunció por primera vez en Evangelii gaudium y ha reiterado a menudo en su pontificado: ‘El modelo no es la esfera, donde cada punto es equidistante del centro y no existen diferencias entre un punto y otro. El modelo es el poliedro, que refleja la confluencia de todas las parcialidades que en él mantienen su originalidad’ (EG n. 236)”.
Universidades, activarse como “laboratorios de esperanza”
Para concluir, citó la reciente nota sobre la Inteligencia Artificial que su Dicasterio ha elaborado junto con el de Doctrina de la Fe, en el que se recuerda precisamente, que “la inteligencia humana no es una facultad aislada, sino que se ejercita en las relaciones, encontrando su plena expresión en el diálogo, la colaboración y la solidaridad. Aprendemos con los demás, aprendemos gracias a los demás” (n. 18).
El documento exhorta a las universidades católicas y eclesiásticas a activarse “como grandes laboratorios de esperanza, en esta encrucijada de la historia”. “Creo que lo lograremos mejor si lo hacemos juntos, como maestros de la amistad que constituye una expresión concreta de la esperanza”, concluyó.