Cuando una delegación de la orden de los carmelitas descalzos visitó al Papa el 18 de abril, el superior general aprovechó la ocasión para presentar al Pontífice una petición especial: el nombramiento de santa Edith Stein como Doctora de la Iglesia.
Tal y como informa el medio de comunicación “Catholic News Agency”, los carmelitas quieren que la Iglesia reconozca las aportaciones realizadas por la monja mártir. Bajo el título de “doctor veritatis”, doctora de la verdad, Edith Stein podría convertirse en la quinta mujer Doctora de la Iglesia en reconocimiento a sus contribuciones en el ámbito de la teología.
El hecho de que el superior general formule esta petición al Santo Padre es importante, pues es un requisito para que el Dicasterio para las Causas de los Santos comience el proceso de otorgar el título a Edith Stein. Otro de los pasos indispensables, la canonización, ya lo facilitó Juan Pablo II a finales del siglo XX.
Edith Stein y su carrera intelectual
Esta santa, conocida también como Teresa Benedicta de la Cruz, nació el 12 de octubre de 1891 en una familia judía. A pesar de su formación y de crecer en un ambiente practicante, se declaró atea durante varios años. A la vez, persiguió una carrera académica brillante que la llevó a colaborar con el filósofo alemán Edmund Husserl.
Partidaria de que la mujer tuviese el derecho a votar y más peso en la vida pública, lideró con el ejemplo, siendo la primera mujer con un doctorado en Filosofía en Alemania. En la misma época, comenzó una etapa de gran producción literaria, con investigaciones y reflexiones como “Sobre el problema de la empatía”, que fue su tesis; “Introducción a la filosofía”; y “Una investigación sobre el estado”.
En 1921, después de leer la biografía de santa Teresa de Ávila, se convirtió al catolicismo y llegó a la conclusión de que quería ser monja carmelita. Tardó mucho en cumplir su objetivo, puerto que le aconsejaron continuar dando clases y trabajando en escuelas y universidades. Edith Stein aprovechó entonces para traducir y profundizar en las obras de intelectuales católicos como santo Tomás de Aquino o san John Henry Newman.
Entrada en el Carmelo
Finalmente, el 15 de octubre de 1933, fiesta de santa Teresa de Ávila, Edith Stein entró en la orden de los carmelitas. Dentro del Carmelo, la filósofa recibió el apoyo de las superioras para continuar con su labor intelectual.
Sin embargo, la vida de Edith Stein sufrió un cambio brusco cuando en 1942 la Gestapo la arrestó por ser judía. Pasó entonces por dos campos de concentración antes de llegar al lugar en el que moriría: Auschwitz.
Edith Stein, santa y copatrona de Europa
Edith Stein murió en la cámara de gas el 9 de agosto de 1942. Incinerada por los soldados nazis, no hay una tumba particular para ella. El 11 de octubre de 1998 el Papa san Juan Pablo II la canonizó en Roma, y al año siguiente la nombró copatrona de Europa.
Entre las muchas contribuciones que realizó santa Edith Stein a la teología, se encuentra su análisis de la figura y condición de la mujer, y su espiritualidad centrada en la Cruz de Cristo.