La Dra. Duni Sawadogo ha descrito parte de la tarea que la ha hecho merecedora del Premio Harambee a la Promoción e Igualdad de la Mujer Africana, en una rueda de prensa virtual que ha tenido lugar esta mañana y en la que ha destacado su interés por facilitar e impulsar el acceso a la educación universitaria científica entre las mujeres de su país.
El presidente de Harambee, Antonio Hernández Deus, ha destacado que la Dra. Sawadogo «ha roto un techo más de acero que de cristal al ganar su cátedra de Hematología y, más aún, con la formación de un equipo de investigación con otras mujeres, abriendo el camino de acceso de mujeres a la ciencia en su país. Sawadogo abre un camino con su trabajo y su ejemplo y más aun con su deseo de ayudar a otras personas”.
Por parte de los laboratorios Pierre Fabre, patrocinadores del Premio, Nicolas Zombre ha destacado la unidad en los valores que unen a estos laboratorios y su fundación con la ONG Harambee, cuyos premios patrocinan desde hace 5 años. Además ha puesto el acento en el importante trabajo de la Dra Sawadogo, especialmente en la lucha contra el tráfico de medicinas falsas, una de las lacras contra las que esta Fundación trabaja en el país a través de la financiación de centros médicos y formación de personas.
«Recibir una educación cambió mi vida»
La ganadora del Premio Harambee, Duni Sawadogo, ha expuesto tres puntos clave de la realidad africana en la que ella desarrolla su tarea: el reducido acceso de la mujer a una educación científica superior, el problema del tráfico ilegal de medicinas falsas y la incidencia de la drepanocitosis en la población africana.
Sawadogo ha comenzado señalado que «En África es muy fácil darse cuenta de la suerte que supone nacer en una familia u otra. En la misma calle hay chabolas y mansiones. Mis padres eran intelectuales y no tuve dificultades para acceder a una educación. Cuando veía chicas vendiendo frutas, que portaban en sus cabezas, por las carreteras, me preguntaba ‘¿por qué yo no? ¿por qué he tenido esta suerte?’.
La primera mujer catedrática de Hematología de Costa de Marfil es clara en este punto:»el simple hecho de recibir una educación cambió mi vida».
Según los datos, en Costa de Marfil sólo el 7,6% de mujeres accede a una educación universitaria. Ante esta realidad, Sawadogo decidió «hacer todo lo que podía con lo poco que tenía para ayudar a las mujeres a dedicarse a una carrera científica. Para ello, yo misma debía ser mejor profesional. Me presente a un concurso científico y saqué el número 1 en la sección de farmacia y me convertí en la primera mujer catedrática de mi país».
Tras esto, comenzó a formar un equipo de profesionales: «quise que fueran mujeres, lo que supuso más trabajo de mi parte. Además hubo que buscar un laboratorio de acogida, becas, dar conferencias…». Una tarea que tenía una base muy clara: «tenía que enseñar todo lo que había aprendido sin ocultar nada. A las chicas que trabajaban conmigo les hacía conscientes de sus capacidades pero también les exigía».
Todo ello, recuerda, sabiendo que tenía que «reconducir» muchas actitudes anquilosadas en sus alumnos: «un día, ya había comenzado la clase y llegó una alumna que era musulmana. Le pregunté por su retraso y me contestó que se había casado. Me di cuenta que tenia dos posibilidades: decirle que el futuro profesional era más importante pero la habría dejado mal, así que, pedí a la clase que le aplaudiera porque el matrimonio era muy importante y eso la animó a venir a clase».
Medicinas falsas y drepanocitosis
La Dra. Sawadogo se ha referido también al problema, extendido en África, con la venta, consumo y tráfico de medicamentos falsos. La OMS estima que unos 300.000 niños de menos de 5 años mueren en Africa por estas medicinas falsas o de baja calidad, al año. A esto se suma el lucrativo negocio del tráfico de estas medicinas falsas que generan «20 veces mas dinero que la heroína».
Por último, la Dra. Sawadogo ha explicado la incidencia de la drepanocitosis, una patología caracterítica de la raza negra que sufren unos 300 millones de personas en el mundo y que, sin un tratamiento adecuado conlleva una alta mortalidad infantil.
Los «sueños» de la Dra. Sawadogo
La Dra. Sawadogo se ha despedido compartiendo sus «sueños» para el futuro de África. Un futuro de paz e igualdad, un futuro que no obligue a sus compatriotas a jugarse la vida cruzando el Mediterráneo para tener un trabajo digno y un futuro en el que «pueda trabajar aquí en África en un laboratorio como los que he conocido en Europa». Además destacó que la tarea con la mujer en todo el mundo es clave porque es ella la que «da vida a la humanidad y humanidad a la vida».