Tras más de tres años de Sínodo de la sinodalidad, de la escucha, y un año de la conclusión de la primera Sesión, la Asamblea sinodal de este mes de octubre ha concluido sus trabajos de la segunda Sesión con un Documento final votado por más de dos tercios de los participantes. Este domingo día 27 tiene lugar en la Plaza de San Pedro la Misa de conclusión, presidida por el Romano Pontífice.
En el texto se desarrolla una experiencia de Iglesia en la que el proceso sinodal no termina, sino que sigue con las Iglesias locales en el centro de la misión y, como ha señalado la agencia oficial vaticana, “con todas las estructuras al servicio, justamente, de la misión con los laicos cada vez más en el centro”.
El Papa Francisco, que ayer presidió un Te Deum de acción de gracias e impartió la Bendición a los miembros del Sínodo, ha decidido que el Documento final, sin esperar a una Exhortación apostólica, se difunda inmediatamente para que pueda inspirar la vida de la Iglesia. “El proceso sinodal no termina con el final de la Asamblea, sino que incluye la fase de puesta en práctica”.
Punto 9: “misioneros de la sinodalidad”
Por su relevancia, al ser citado también en el briefing explicativo, se transcribe a continuación el punto 9, en castellano, del Documento:
“9. El proceso sinodal no termina con el final de la actual Asamblea del Sínodo de los Obispos, sino que incluye la fase de implementación. Como miembros de la Asamblea, sentimos que es nuestra tarea comprometernos en su animación como misioneros de la sinodalidad dentro de las comunidades de las que procedemos.
Pedimos a todas las Iglesias locales que continúen su camino cotidiano con una metodología sinodal de consulta y discernimiento, identificando caminos concretos e itinerarios formativos para realizar una tangible conversión sinodal en las diversas realidades eclesiales (Parroquias, Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, Agregaciones de Fieles, Diócesis, Conferencias Episcopales, grupos de Iglesias, etc.).
También debería preverse una evaluación de los progresos realizados en materia de sinodalidad y de participación de todos los bautizados en la vida de la Iglesia. Sugerimos que las Conferencias Episcopales y los Sínodos de Iglesias sui iuris dediquen personas y recursos para acompañar el camino de crecimiento como Iglesia sinodal en misión y para mantener el contacto con la Secretaría General del Sínodo. Le pedimos que siga velando por la calidad sinodal del método de trabajo de los Grupos de Estudio”.
“Un banquete para todos los pueblos”
El Documento final, como se ha señalado, consta de 155 puntos, divididos en una introducción de 12 párrafos; 5 partes, y una conclusión, titulada ‘Un banquete para todos los pueblos’. Son unos cuantos puntos más que los 112 del Instrumentum Laboris.
La parte I se titula ‘El corazón de la sinodalidad’, y se refiere, entre otros temas, a la llamada del Espíritu Santo a la conversión, a la Iglesia Pueblo de Dios o a la unidad como armonía, La parte II, ‘Juntos en el barco’, aborda las ‘nuevas relaciones’, los ‘carismas, vocaciones y ministerios para la misión’, y ‘juntos para la misión’.
La parte III, ‘Echando la red’, se refiere, entre otros aspectos, al ‘discernimiento eclesial para la misión’, ‘La articulación de los procesos de toma de decisiones’, o a la ‘Transparencia, responsabilidad, evaluación’.
La parte IV, ‘Una pesca abundante’, incluye el ‘Intercambio de dones’, ‘Lazos para la unidad: Conferencias episcopales y Asambleas eclesiales’, y ‘El servicio del Obispo de Roma’. Y la parte V, ‘Yo también os envío’, se refiere a ‘Formar un pueblo de discípulos misioneros’.
Diaconado de la mujer y otras cuestiones: “pausas, silencio, oración”
El punto 60 de la parte II del Documento se refiere de modo íntegro a las mujeres, y al asunto de su diaconado se ha referido el Papa Francisco en su discurso a los miembros del Sinodo, sin citarlo expresamente, antes de la Bendición. Se trata de un tema objeto de presiones durante el Sínodo, y también de numerosas preguntas en los briefings diarios con los medios, tal como ha informado Omnes.
El Papa ha manifestado ayer: “Sobre algunos aspectos de la vida de la Iglesia señalados en el Documento, así como sobre los temas confiados a los diez grupos de estudio, para que me ofrezcan propuestas en un trabajo en libertad, se necesita tiempo, a fin de llegar a opciones que impliquen a toda la Iglesia. Yo, pues, seguiré a la escucha de los obispos y de las iglesias a ellos confiadas”.
Y enseguida ha añadido: “Esto no es un modo clásico para postergar al infinito las decisiones; es lo que que corresponde al estilo sinodal, en el que también el ministerio Petrino se ejercita: escuchar, convocar, discernir, decidir y evaluar. Y en estos pasos son necesarias las pausas, los silencios, la oración. Es un estilo que estamos aprendiendo juntos. Poco a poco. El Espíritu Santo nos llama y nos tiene en este aprendizaje, que debemos comprender como un proceso de conversión. La Secretaría General del Sínodo y todos los dicasterios de la Curia me ayudarán en esta tarea”.
“La armonía”. “Un regalo para todo el Pueblo de Dios”
Otras palabras del Santo Padre han sido las relativas al Sínodo como un regalo. “Todo lo que se ha vivido en la Asamblea sinodal es don del Espíritu. Él es quien crea la armonía, Él es la armonía, y deseo que la armonía también continúe saliendo de esta Aula, y el soplo del Resucitado nos ayude a compartir los dones recibidos”.
“Lo que hemos vivido es un regalo para todo el Pueblo fiel de Dios, en la variedad de sus expresiones. No todos se pondrán a leerlo, serán sobre todo ustedes. junto con tantos otros, los que hagan accesible su contenido en las iglesias locales”.
“No podemos guardarlo sólo para nosotros mismos”, ha añadido en otro momento. “El impulso que proviene de esta experiencia, de la cual el Documento final es un reflejo, nos da la valentía de testimoniar que es posible caminar juntos en la diversidad, un punto que también ha enfatizado en otras ocasiones de este proceso sinodal, “sin condenarnos el uno al otro”.
“En el Documento hay indicaciones muy concretas que pueden ser una guía para la misión de la Iglesia en los diferentes continentes”, ha manifestado el Papa. “Por eso lo pongo inmediatamente a disposición de todos y no es necesaria una ‘Exhortación Apostolica’”, ha subrayado.
Acogida del Documento final
“Hay una poesía de Madeleine Delbrel, la mística de las periferias, que exhortaba sobre todo a no mostrarse rígidos. La rigidez es un pecado que tantas veces entra en los clérigos, en las consagrados, en los consagrados”, ha continuado Francisco.
“Haznos vivir nuestra vida como una fiesta sin fin, donde se renueva el encuentro contigo, como un baile, como una danza, entre los brazos de tu gracia, con la música universal del amor”, escribía Madeleine Delbrel.
“Habrá que tomar decisiones”
“Estos versos pueden convertirse en la música de fondo para acoger el Documento final. Y ahora, a la luz de lo que ha surgido del Camino sinodal, hay y habrá que tomar decisiones. En este tiempo de guerras, debemos ser testigos de paz, aprendiendo también a dar forma real a la convivencia de las diferencias”.
Por eso, no pretendo publicar una Exhortación Apostólica. Basta con lo que hemos aprobado. En el Documento hay indicaciones muy concretas que pueden ser una guía para la misión de las Iglesias, ha reiterado, en los diversos continentes, en los diferentes contextos. Por eso, lo pongo ahora a disposición de todos”. (Aplausos). “Quiero de este modo reconocer el valor del Camino sinodal realizado. que con este Documento entrego al santo Pueblo fiel de Dios”.
“Ser testigos del Evangelio. Practicar la escucha”
“El Señor Resucitado nos llama a ser testigos de su Evangelio, antes con la vida que con las palabras. El Documento sobre el que hemos expresado nuestro voto es un triple regalo. Un regalo para mí, Obispo de Roma, que al convocar a la Iglesia de Dios en Sínodo, era consciente de tener necesidad de ustedes, obispos y testigos del Camino sinodal. Gracias”.
“Pues también el Obispo de Roma, me lo recuerdo a mí mismo frecuentemente, y a ustedes, necesita poner en práctica la escucha. Es más, quiere practicar la escucha, para poder responder a la Palabra, que cada le repite: “Confirma a tus hermanos y a tus hermanas, apacienta mis ovejas”.
“Mi tarea, como bien saben, es custodiar y promover, como nos enseña san Basilio, la armonía que el Espíritu sigue difundiendo en la Iglesia de Dios, en las relaciones entre las Iglesias, no obstante todos los esfuerzos, tensiones y divisiones que caracterizan su camino hacia la plena manifestación del Reino de Dios”.
“Un banquete preparado por Dios para todos, todos, todos”
“Que la visión del profeta Isaias nos invita a imaginar cómo un banquete preparado por Dios para todos los pueblos, todos, con la esperanza de que no falta ninguno, todos, todos, todos. Ninguno afuera, todos”, ha concluido el Papa.
Y la palabra clave es esta: la armonía, lo que hace el Espíritu desde la primera manifestación fuerte en la mañana de Pentecostés, es armonizar todas esas diferencias. todas estas lenguas, toda estas cosas, armonía. Esto es lo que enseña el concilio Vaticano II, cuando dice que la Iglesia es como uns sacramento, es signo e instrumento de la espera de Dios, que ya ha preparado la mesa, y está esperando.
“Amplificar el susurro del Espíritu Santo, sin crear muros”
Su gracia, a través de su Espíritu, susurra palabras de amor en el corazón de cada uno. A nosotros se nos concede amplificar la voz de este susurro, sin obstaculizarlo, para que abramos puertas, sin levantar muros. Cuánto mal hacen los hombres y las mujeres de la Iglesia cuando crean muros, Cuánto mal. No debemos comportarnos como dispensadores de la gracia que se apropian del tesoro atando las manos del dios misericordioso.
Recuerden que comenzamos esta Asamblea sinodal pidiendo perdón, sintiendo vergüenza, reconociendo que todos hemos sido misericordiosos.
Hay una poesía de Madeleine Delbrel, la mística de las periferias, que exhortaba sobre todo a no mostrarse rígidos. La rigidez es un pecado que tantas veces entra en los clérigos, en las consagrados, en los consagrados”. “Haznos vivir nuestra vida como una fiesta sin fin, donde se renueva el encuentro contigo, como un baile, como una danza, entre los brazos de tu gracia, con la música universal del amor”, escribía Madeleine Delbrel.
“Testigos de paz, que las palabras vayan acompañadas por hechos”
“Estos versos pueden convertirse en la música de fondo para acoger el Documento final. Y ahora, a la luz de lo que ha surgido del Camino sinodal, hay y habrá que tomar decisiones que tomar. en este tiempo de guerras, debemos ser testigos de paz, aprendiendo también a dar forma real a la convivencia de las diferencias”.
“Venimos de todas las partes del mundo, marcados por la violencia, la pobreza, la indiferencia, recordó el Papa Francisco, pero todos juntos, con la esperanza que no defrauda, unidos en el amor de Dios derramado en nuestros corazones, indicó el Pontífice, podemos no sólo soñar con la paz sino comprometernos con todas nuestras fuerzas para que, quizá sin hablar tanto de sinodalidad, la paz se realice por medio de procesos de escucha, diálogo y reconciliación. La Iglesia sinodal para la misión, ahora necesita que las palabras compartidas vayan acompañadas por hechos”.
“Comunión de Iglesias que caminan y viven”
Cuando han comparecido los cardenales Mario Grech, secretario general, y Jean-Claude Hollerich, relator general, junto a los secretarios Ricardo Battocchio y Giacomo Costa SJ, casi todo estaba dicho por el Papa.
Al final, la contestación del cardenal Grech a una pregunta se refería al punto 134, relativo al ejercicio del ministerio Petrino en clave sinodal, y el P. Costa hablaba de una “comunión de Iglesias que, juntas, caminan y viven”. Vean el Documento.
El arzobispo de Valladolid, Monseñor Luis Arguello, presidente de la Conferencia Episcopal Española, que ha estado en el Sinodo, manifestó que “el proceso sinodal marca un antes y un después en la Iglesia”. Son palabras mayores, y el diagnóstico es compartido por varios comparecientes en los briefings de la Sala de Prensa vaticana.
Porque la impresión es que el inicial Sínodo sólo “consultivo” del 2 de octubre, se ha convertido en algo de mayor calado. El tiempo lo dirá.