Vaticano

Un nuevo horizonte para los fieles con discapacidad en la Iglesia

El Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida ha publicado "Una alegría sin límites", un documento que profundiza en la reflexión acerca del papel en la Iglesia de las personas con discapacidad.

Giovanni Tridente·30 de junio de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos
Discapacidad

(Unsplash / Will Greer)

La Iglesia ha dado otro paso significativo hacia una mayor inclusión de los fieles con discapacidad. En los últimos días, de hecho, el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida ha publicado un documento titulado «Una alegría sin límites«, disponible en varios idiomas en su página web, resultado de una consulta a más de treinta fieles con discapacidad de todo el mundo, y realizado en colaboración con la Secretaría General del Sínodo.

No es casualidad que el texto se inscriba en el camino del Sínodo sobre la sinodalidad y aborde la cuestión crucial de cómo potenciar la corresponsabilidad de los fieles con discapacidad en una Iglesia que pretende ser cada vez más inclusiva y participativa. Fue la misma Asamblea de Obispos del pasado mes de octubre la que destacó la necesidad de reconocer y valorar las capacidades apostólicas de las personas con discapacidad y su contribución a la misión evangelizadora de los bautizados.

«No se trata, pues, de un mero ejercicio teórico», afirman los redactores del documento, «sino de una reflexión profunda que surge de la experiencia directa de quienes viven a diario la condición de discapacidad en el seno de la comunidad eclesial».

Retos actuales

Sin embargo, «Alegría sin límites» no oculta los retos aún presentes. En efecto, a pesar de los progresos realizados en este ámbito, persisten obstáculos y prejuicios que limitan la plena participación de las personas con discapacidad en la vida de la Iglesia.

No es casualidad que el texto haga hincapié en las experiencias de paternalismo y asistencialismo que necesariamente hay que superar. Sin embargo, el tono no es de queja, sino de propuesta constructiva.

Recomendaciones

Los autores esbozan un camino articulado que toca diversos aspectos de la vida eclesiástica. Parten de la accesibilidad física y comunicativa, pasando por una formación más específica del clero y los agentes de pastoral, hasta una reflexión teológica renovada sobre la discapacidad. También aquí el objetivo es claro: permitir que los fieles con discapacidad no sean sólo destinatarios de la atención pastoral, sino protagonistas activos de la misión de la Iglesia.

Acceso a los ministerios

Especialmente interesante es la propuesta de repensar el ministerio eclesial. El documento sugiere abrir el acceso a los ministerios instituidos a las personas con discapacidad y potenciar sus carismas específicos. Se imagina, por ejemplo, una catequesis para sordos a cargo de catequistas sordos, o la presencia de personas con discapacidad en los consejos pastorales.

No faltan otras sugerencias, como la creación de un órgano específico dentro de la Curia Romana o el establecimiento de oficinas específicas en las Conferencias Episcopales. Pero lo que emerge con fuerza es la llamada a un cambio de mentalidad: pasar «de actuar para» a «actuar con» las personas con discapacidad.

Ningún obstáculo para seguir a Cristo

El mensaje final del documento es disruptivo incluso en su sencillez: la condición de discapacidad no es un obstáculo para seguir a Cristo. Al contrario, puede ser una fuente de «alegría sin límites» cuando se vive en el seno de una comunidad eclesial verdaderamente acogedora e integradora.

Un paso más en el proceso sinodal en curso, por tanto, pero también un desafío para toda la Iglesia a repensar concretamente su modo de vivir la comunión y la participación de todos los bautizados, independientemente de su situación vital. El camino es ciertamente largo, pero también aquí la senda está claramente marcada.

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