Vaticano

Propaganda Fide cumple 400 años y toma el nombre de Dicasterio para la Evangelización

La Congregación para la Evangelización de los Pueblos se ha transformado en el Dicasterio para la Evangelización. Así lo ha querido el Papa Francisco, en la reforma de la Curia Romana contenida en su Constitución Apostólica Praedicate Evangelium promulgada el pasado 19 de marzo y que entró en vigor el día de la Solemnidad de Pentecostés.

Stefano Grossi Gondi·25 de junio de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

La sede del Dicasterio para la Evangelización, diseñada por por Borromini, está en la Plaza de España de Roma.

El nuevo Dicasterio fusiona la antigua Congregación para la Evangelización de los Pueblos y el Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización. Se trata de una nueva evolución, tras la reforma llevada a cabo por Pablo VI y la intervención de Juan Pablo II. La famosa institución conocida como Propaganda Fide ha desempeñado un importante papel en la historia de la Iglesia a lo largo de los siglos.

Un poco de historia

Fue el 6 de enero de 1622 cuando el Papa Gregorio XV fundó esta Congregación como órgano de coordinación de la Santa Sede para todas las iniciativas que se estaban llevando a cabo en los distintos continentes para anunciar el Evangelio y estructurar la presencia de la Iglesia mediante nuevas misiones y diócesis, que entonces tomaron la forma de prefecturas y vicariatos apostólicos. El Papa le asignó un doble propósito. Por un lado, promover la reunificación de los cristianos y, por otro, difundir la fe entre los no cristianos. Especialmente en aquellos países y continentes que, a través de las exploraciones y descubrimientos, habían entrado en contacto con Europa y la Iglesia católica.

Propaganda Fide ha llevado a cabo desde sus inicios la tarea de apoyar la actividad misionera en todo el mundo. Su fundación constituyó un momento importante para la Iglesia, que llegó a profundizar en la conciencia de su vocación irrenunciable de anunciar a Cristo, Salvador del mundo. Por tanto, debía orientar, estimular y organizar todas las fuerzas de que dispone para que este anuncio salvador llegue a todos los pueblos.

Desde entonces y hasta la actualidad, desde un hermoso palacio en la Plaza de España, diseñado por Borromini, se coordinan las actividades de los misioneros. Toda una formidable red activa en todos los rincones del planeta que proporciona un flujo continuo de información al Vaticano.

Una puerta abierta al mundo

Vinculado a él, el Papa Urbano VIII fundó en 1627 el Colegio Urbano de Propaganda Fide. El objetivo era formar al clero secular para las misiones. También contaba con la Imprenta Políglota, para imprimir documentos y textos en las diferentes lenguas de los pueblos.

Propaganda Fide tiene jurisdicción canónica sobre todos los territorios en los que las estructuras eclesiásticas se encuentran todavía en un nivel que no permite la creación de una diócesis. O también cuando un territorio está dividido en vicariatos apostólicos, prefecturas apostólicas o misiones sui iuris. Además, también hay países en los que la presencia cristiana es más reciente y está menos arraigada. Por ejemplo, prácticamente toda Asia, a excepción de Filipinas; África, salvo Egipto y Túnez; y Oceanía, salvo Australia. Alaska, las Indias Occidentales e incluso partes de Bosnia-Herzegovina, Macedonia, Kosovo, Montenegro y Albania también dependen de Propaganda Fide.

Propaganda Fide en datos

Según las estadísticas más recientes, hay 1.117 circunscripciones eclesiásticas que siguen dependiendo de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos. La mayoría están en África (517) y Asia (483), seguidas de América (71) y Oceanía (46). Por circunscripciones eclesiásticas se entienden las archidiócesis, las diócesis, los vicariatos apostólicos, las prefecturas apostólicas y las misiones en el ámbito jurisdiccional.

De la Sede de Propaganda Fide dependen las prácticas para el nombramiento de obispos y más de sesenta Conferencias Episcopales. Está dotada de presupuesto propio, tiene un patrimonio inmobiliario muy importante que permite mantener universidades, actividades humanitarias e instalaciones sanitarias en diferentes partes del mundo. El cardenal que lo preside siempre ha sido llamado el Papa Rojo.

El presente de Propaganda Fide

Llegando a la actualidad, la Constitución Apostólica Praedicate Evangelium marca un hito importante en el pontificado del Papa Francisco. Es la concreción de un proceso de reforma, con el que se pretende afirmar que la tarea más importante de la Iglesia es la evangelización. La dimensión misionera pasa a formar parte importante de las estructuras de servicio de la Curia Romana. Estructuras que, aunque cambien de nombre, de perfil parcialmente operativo y de competencias residuales, deben ser necesariamente más misioneras.

De todas las Congregaciones, que ahora se han convertido en Dicasterios o incluso en Instituciones Curiales, no es casualidad que el Dicasterio para la Evangelización ocupe el primer lugar. Precisamente marca la perspectiva con la que se está llevando a cabo esta reforma.

La misión evangelizadora de la Iglesia en los últimos siglos está indisolublemente ligada a la acción de la Congregación de la Propagación de la Fe; 400 años después de su fundación, sigue siendo el punto de referencia de todo el sistema misionero pontificio.

Obras Misionales Pontificias

El ámbito de actuación de las Obras Misionales Pontificias, aunque hayan surgido en las distintas naciones en contextos históricos y geográficos diferentes, tiene la finalidad de sostener la responsabilidad misionera junto con la dimensión caritativa, con el fin de extender el sentido de la misión a toda la Iglesia.

El Concilio Vaticano II enseñó que las principales iniciativas con las que los difusores del Evangelio, yendo por el mundo, llevan a cabo la tarea de predicar el Evangelio y establecer la Iglesia en medio de los pueblos no evangelizados, se llaman misiones.

En la nueva Constitución, la Sección de Primera Evangelización y Nuevas Iglesias Particulares responde a esto añadiendo la necesidad de promover la cooperación y el intercambio de experiencias entre las nuevas Iglesias Particulares y de suscitar vocaciones misioneras.

La presidencia del Papa

Otro aspecto fundamental en la nueva Constitución es que el Dicasterio para la Evangelización es el único presidido directamente por el Romano Pontífice.

Los títulos históricos atribuidos al Papa son: Vicario de Cristo, Sucesor del Príncipe de los Apóstoles, Sumo Pontífice de la Iglesia Universal, Primado de Italia, Arzobispo Metropolitano de la Provincia Romana, Soberano del Estado de la Ciudad del Vaticano, Siervo de los Siervos de Dios. No se dice expresamente en la Constitución que el Papa asuma también el título de prefecto, pero se puede deducir en relación con los otros Dicasterios. El hecho de estar a la cabeza de ellos subraya la centralidad del Dicasterio para la Evangelización. Y al mismo tiempo da al Papa una tarea que hasta ahora nunca había sido competencia de un pontífice.

El Dicasterio para la Evangelización, se lee en los números 53 y 54 del Praedicate Evangelium, «está al servicio de la obra de evangelización para que Cristo, luz de los gentiles, sea conocido y testimoniado con palabras y con obras y para que su Cuerpo Místico, que es la Iglesia, sea edificado». El Dicasterio es competente para «las cuestiones fundamentales de la evangelización en el mundo y para la constitución, acompañamiento y apoyo de las nuevas Iglesias particulares, sin perjuicio de la competencia del Dicasterio para las Iglesias orientales».

La Congregación erige y divide las circunscripciones misioneras en sus territorios según las necesidades; preside el gobierno de las misiones; examina las cuestiones y los informes enviados por los Ordinarios, los Nuncios y las Conferencias Episcopales; supervisa la vida cristiana de los fieles, la disciplina del clero, las asociaciones caritativas y la Acción Católica; supervisa la dirección de las escuelas y los seminarios católicos. 

El actual Prefecto de la Congregación, nombrado el 8 de diciembre de 2019 por el Papa Francisco, es el cardenal Luis Antonio Tagle, de nacionalidad filipina.

El autorStefano Grossi Gondi

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