El libro de Juliana Manrique quiere ayudar a tener unas relaciones interpersonales satisfactorias, que son “fuente de felicidad”. No hace falta avanzar mucho en la lectura de ‘El poder transformador de las palabras’, para darse cuenta que estamos ante una incondicional de la conversación, que es “humana y nos humaniza”, “sin los móviles delante”. “No conversar es cancelarnos voluntariamente”, asegura.
Economista, master en periodismo, coach profesional y miembro de la asociación AECOP-Asociación Española de Coaching, su trabajo actual se centra en la formación del profesorado y de profesionales en otros ámbitos empresariales, y en acompañar en sesiones individuales a clientes que quieren abordar retos personales mejorando su comunicación. Además, colabora con el Instituto Español de Resiliencia y la asociación “Mejora tu Escuela Pública”.
En la entrevista le preguntamos por diferentes perfiles de personas, y por palabras que salen con frecuencia en sus páginas.
Usted se define al comenzar su libro como “profesional del coaching”, coach (entrenadora). ¿Se trata de acompañar, asesorar? ¿Sólo en relaciones laborales?
– El coaching es una metodología de acompañamiento en la que se utilizan diferentes herramientas. Un cliente te llega con un objetivo o inquietud laboral, y como la persona es una unidad, evidentemente su mejora influye en todos los ámbitos
¿Cuál es su objetivo? Quizá el subtítulo nos da una pista.
– La mayoría de los casos que se me presentan, y creo que es patrimonio de la humanidad, tienen un gran componente de dificultades en las relaciones interpersonales. En este sentido, hay sufrimiento, y este libro quiere ayudar a tener unas relaciones interpersonales satisfactorias, que son fuente de felicidad.
Revele algún autor que ha trabajado en estas ideas, y que a lo mejor cita usted. ¿Tiene que ver el coaching con la psicología?
– Hay muchos… Si tengo que decir uno, me quedo con Stephen Covey, lleno de humanidad y sentido común; uno de sus libros es un clásico: ‘Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva’.
El coaching sí difiere del trabajo de un psicólogo; aunque hay psicólogos que se forman como coach. En mi caso, trabajo con mi cliente objetivos que implican a la persona entera. Que le mejoran a ella y a todo su entorno.
Menciono algunas palabras que cita usted con frecuencia, y dígame qué le sugieren, un flash. Por ejemplo, acompañamiento.
– Acogida e interés por las personas.
Conversación.
– Aprendizaje.
Escuchar.
– Estar presente al 💯.
Multitasking.
– Activismo.
Emociones.
– Respuesta involuntaria a todo lo que nos entra por los sentidos.
Suele hablarse de coach laboral o empresarial, deportivo, educativo… Usted es coach en Fundación Humanae. Una palabra para gente con problemas en su empleo, o que lo pierde.
– Sería reducir mucho la realidad utilizar solo una palabra ante problemas en el ámbito laboral o bien quedarnos sin trabajo. En algunos casos se puede necesitar un acompañamiento para ayudar a responder de tal forma que sea un crecimiento personal. Hay todo un proceso de aceptación y respuesta a la situación.
Otra para conciliar trabajo y familia, a veces complicado. ¿Qué prioridades aconseja?
– Las prioridades tienen que estar presentes en nuestros comportamientos; porque hablan del sentido de nuestra vida y del tipo de personas que queremos ser o qué tipo de familia queremos construir.
Espiritual. Un breve consejo. 1) Comenzamos por personas alejadas de la fe y de la Iglesia, pero con el corazón inquieto, como decía san Agustín, que buscan algo.
– Más qué consejo, les sugeriría que echen la mirada atrás, y con “el arte de preguntar” (mayéutica), ayudarles a reflexionar e ir descubriendo en esas experiencias vitales la presencia divina.
2) Matrimonios jóvenes, a veces alejados también de la práctica religiosa.
– Para un desarrollo armónico de la personalidad y más cuando se trata de emprender un proyecto de vida en común, conviene trabajar todas las dimensiones y entre ellas está la dimensión espiritual.
3) Matrimonios maduros, años luchando.
– El arte de conversar, de compartir y seguir trabajando todas esas habilidades de admiración, escucha, empatía, amabilidad, comprensión, asertividad…
4) Mayores, abuelos.
– En cualquier ciclo vital es importante saber que se tienen talentos, que hay que poner al servicio de la sociedad… Si no se hace, se pudren y nadie se beneficia de ellos.
¿Alguna cuestión que desee comentar?
– Fomentar las conversaciones en las familias; que se pase tiempo juntos para conocerse, auto conocerse, aprender unos de otros, disfrutar, etc. En mi trabajo como coach me gusta que lo que quiere conseguir mi cliente esté en línea con los verdaderos valores y así se interiorizan todos los aprendizajes.