Cultura

Julia Cameron, la alegría de escribir

Julia Cameron nos ayuda a descubrir que la escritura es una actividad maravillosa: no solo es genuinamente humana, sino que realmente es un regalo de Dios y una forma de oración. Su libro El camino del artista ha vendido más de cinco millones de ejemplares.

Marta Pereda y Jaime Nubiola·30 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

El principio básico nº 5 del libro El arte de escribir dice así: “La creatividad es un regalo de Dios. Usarla es el regalo que nosotros le devolvemos a Dios” (p. 39). La pedagogía de Julia Cameron (Libertyville, cerca de Chicago, 1948) gira alrededor de la idea de que Dios está a favor de que cada uno de nosotros seamos creativos. Y también trata de desterrar la creencia popular de que el artista típicamente es bohemio, problemático y pobre. Cameron sostiene que todos somos creativos y que debemos cuidar unos de la creatividad de los otros. 

Además de escritora y profesora, Julia Cameron es periodista, artista, cineasta, dramaturga y compositora. Su madre era poeta y su padre trabajaba en publicidad. Estuvo casada con Martin Scorsese (1976-77) y tuvieron una hija, pero la repentina fama de él, su infidelidad, y el alcoholismo de ella complicaron su vida matrimonial.

Superar el bloqueo

En 1978, divorciada y madre de una niña pequeña, consiguió, sin embargo, mantenerse sobria. Tenía 30 años y su preocupación era cómo seguir siendo creativa y a la vez estar sobria. Un amigo le ofreció el libro Ideas creativas (Ernest Holmes, 1964) que le ayudó a enfocar la creatividad como un auténtico camino de vida espiritual. A partir de esa evolución personal, comenzó a dar clases sobre cómo superar el bloqueo creativo. Con el material de aquellas clases, escribió un libro que fotocopiaba y hacía llegar a sus amigos en vías de una recuperación creativa y a sus alumnos. Recibió muchas muestras de agradecimiento por su libro y pensó en publicarlo.

En una charla en Santa Fe, Nuevo México, —donde reside en la actualidad—, Julia Cameron explicaba en el año 2017 que cuando propuso a su agente literario que tratara de publicar aquel libro, este le respondió que el tema  no era interesante y que se centrara en escribir guiones de cine como había hecho hasta entonces. Afortunadamente, para ese momento, Julia ya sabía que el libro era necesario, tanto por su propia experiencia como profesora como por los testimonios que recibía de alumnos y amigos. Así que despidió a su agente literario y buscó otra agencia. Finalmente, en 1992, la editorial TarcherPerigee —hoy en día integrada en Penguin— publicó el libro. Se titula El camino del artista y ha vendido desde entonces más de cinco millones de ejemplares y se ha traducido a infinidad de idiomas.

La vida creativa

Julia Cameron mueve a sentir que, con independencia de las creencias de cada uno, la creatividad es la vida misma. En El camino del artista habla de dos actividades que todo artista debe realizar para recuperar y mantener su creatividad: escribir tres páginas diarias sobre cualquier cosa que se le pase por la cabeza en ese momento y realizar en solitario una actividad creativa semanal, llamada “cita con el artista”, que puede ser desde ver una película o acudir a un museo hasta comprar algo de poco valor en un bazar… También anima al artista en recuperación a pasear en soledad. En su web explica por qué las tres páginas diarias y la cita con el artista son tan importantes. Las primeras, porque ayudan a despejar la cabeza y a descubrir qué te está impidiendo crear; la segunda, para mantener lleno el pozo creativo.

En cada capítulo, además, propone pequeñas tareas inspiradoras y sencillas como método para que la vida creativa llegue a nosotros: arreglar un rincón de la casa que será nuestro sitio creativo, darnos pequeños caprichos —como ¡comprar fresas!— o trasplantar una planta a una maceta más grande. ¿Quién no puede hacer este tipo de cosas?

Julia Cameron no ha tenido una vida fácil, pero como decía en una entrevista en mayo de 2006: “Cuando escribo me siento alegre, lo que explica por qué he sido tan productiva”. En la introducción de The Right to Write (1998) se presentaba así: “Escribo desde que era muy joven y, a medida que me hago mayor, escribo cada vez con más frecuencia y abarco cada vez más géneros. He escrito narrativa y obras no literarias, películas, obras de teatro, poemas, ensayos, críticas, artículos periodísticos e incluso musicales. Escribo por amor, por dinero, para escapar, para tomar tierra, para desconectar, para sintonizar y para hacer casi cualquier cosa en la que escribir tenga alguna utilidad. La escritura ha sido durante más de treinta años mi compañera constante, mi amante, mi amiga, mi trabajo, mi pasión, y el modo de relacionarme conmigo misma y con el mundo en el que vivo. Escribir es mi manera de vivir y a veces parece incluso la razón de mi vida” (p. xv).

Escritura y espiritualidad

Julia Cameron fue criada como católica y probablemente esa formación le ha ayudado a descubrir el sentido profundamente espiritual de toda actividad creativa, en particular en la escritura personal. Sus libros han ayudado a muchísimas personas a iniciarse en la escritura, ensanchando así su vivencia espiritual: “Escribir nos convierte en dueños de nuestro mundo: lo hace directa y específicamente nuestro. Debemos escribir porque los humanos somos seres espirituales y la escritura es una forma poderosa de oración y de meditación que nos conecta tanto con nuestras propias intuiciones como con un nivel superior y más profundo de orientación interior. Debemos escribir porque la escritura aporta claridad y pasión al acto de vivir. […] Debemos escribir porque es bueno para el alma” (Ibid., p. xvi).

El autorMarta Pereda y Jaime Nubiola

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