Albert Recasens, director y musicólogo, ha coordinado esta recuperación que pretende “acercar al público la figura y producción musical de Carlos Patiño a través de sus obras más destacadas”, como ha señalado en una entrevista para Omnes. El disco, Carlos Patiño: música sacra para la corte, es fruto del trabajo de Recasens en el Instituto Cultura y Sociedad (ICS) de la Universidad de Navarra, fue grabado al frente de su conjunto La Grande Chapelle en la iglesia de san Quintín en Sobral de Monte Agraço, en Portugal. Se trata de la primera grabación mundial con las composiciones religiosas en latín más emblemáticas de este genio barroco que sirvió en la corte de Felipe IV.
Una cuidada selección
Albert Recasens ha apuntado que el trabajo realizado constituye una “reconstrucción de la sonoridad que tuvo la capilla real en el reinado de Felipe IV, uno de los reinados más ricos en lo artístico y cultural en España. Carlos Patiño es el compositor más importante que tenemos en la primera mitad del S. XVII en España. Escuchar su música significa adentrarse en la música que escucharon Calderón de la Barca o Velázquez”.
A diferencia de proyectos como el Oficio de Difuntos de Tomas Luis de Victoria, Carlos Patiño (1600-1675) Música sacra para la Corte, recoge una selección de piezas compuestas por Patiño dentro de su producción de música sacra. Como señala Albert Recasens, en este caso “nos hemos centrado en el repertorio en latín, y, dentro de este grupo, se ha realizado una selección de las piezas de mayor calidad artística, que tuvieran un valor por algún elemento: ya sea la relación del texto y la música, ya sea porque sean piezas “osadas” artísticamente en las que la armonía, las melodías o la estructura son muy avanzadas, o simplemente, por la belleza”.
La grabación que recoge el disco se compone de una primera parte del disco “centrado en obras marianas en sentido amplio: motetes, antífonas, letanías dedicadas a la Virgen o bien salmos como el Lauda Ierusalem, que se cantaban en vísperas de fiestas de la Virgen. Junto a esta, una segunda parte dedicada a los difuntos, y unas piezas “sueltas” como la secuencia Veni, Sancte Spiritus y un motete al Santísimo”.
Patiño, el «pintor musical» de la Virgen
Albert Recasens describe a Carlos Patiño como un “gran pintor de la Virgen”, como Murillo en las artes pictóricas: “Patiño tiene una especial predilección por los textos dedicados a la Virgen María. Compuso una serie de Magnificats, Salve Regina y, lo más sorprendente, una serie de letanías, algo particular en el panorama del S. XVII. De estas obras marianas, destacaría el María Mater Dei.
En esta obra el ‘discurso musical’ sigue al milímetro el discurso litúrgico, el texto religioso”, señala este experto, “se trata de una oración a María con varios pasajes, sobre todos los atributos de la Virgen, invocaciones, textos que proceden de distintos libros de la Sagrada Escritura y de oraciones habituales. Lo que hace única esta pieza, muy barroca, es el gran contraste entre la solista soprano y el resto del coro. Lo que en música conocemos como el stile concertato. Es muy hermoso el juego de texturas musicales, por ejemplo, cuando canta “o Clemens, o pía…” todo es melismático, sinuoso, una cascada de melodías muy dulces”.
Recasens señala que además de considerarla una de las mejores obras de Carlos Patiño, “fue una de las preferidas del propio compositor. Lo sabemos porque, cuando donó una selección de sus obras al Monasterio del Escorial, escogidas por él mismo como memoria de su trabajo, el Maria Mater Dei fue una de ellas. Además tenemos un retrato de Patiño, algo excepcional, pintado por su hijo Pedro Félix y que se conserva en la Biblioteca Nacional, donde aparece un Carlos Patiño ya anciano que, curiosamente, en la mano sostiene una partitura donde se lee María Mater Dei”.
Albert Recasens aúna en su tarea la labor de investigación y la puesta en escena. Cada trabajo requiere “una investigación muy ardua pero luego una parte muy práctica: búsqueda de fondos, logística para que pueda darse el conjunto, las transcripciones, los permisos, la edición, etc.”
Para realizar esta labor ha consultado los fondos de numerosos archivos en los que se conserva el legado del maestro conquense, como los de los monasterios de Montserrat y El Escorial, que custodia la principal colección de obras suyas en latín; los de las catedrales de Ávila, Burgos, Cuenca, Valencia, Las Palmas, Valladolid, Segovia, Salamanca y Santiago de Compostela; y la Biblioteca Nacional de Catalunya, entre otros.
También ha accedido a documentos preservados en el Nuevo Continente: Ciudad de Guatemala y Puebla, ya que la influencia de Patiño llegó más allá de los límites de la península impulsado por el poder de la Corona española. De hecho, como apunta Albert Recasens “la importancia de Patiño es central en la música sacra de aquel tiempo. Desde que, en 1634, le nombran maestro de la Real Capilla, ocupó ese magisterio durante tres décadas. Ese puesto es un faro: todas las iglesias de España miran a la capilla Real, es el modelo al que imitar, no sólo en España sino en todos los lugares influencia de la monarquía hispánica entonces”.
La labor divulgativa es esencial
El trabajo realizado desde este Instituto ha seguido rigurosos criterios históricos. Como apunta Recasens: “se ha recreado el estilo imperante en la música sacra de la época, policoral, con dos o más coros colocados en distintas zonas de los templos: presbiterio, coro, púlpito… que hacen juegos de ‘claroscuro’, creando un efecto de estereofonía. La grabación se ha realizado con instrumentos de época, siguiendo la tratadística de la época, cómo se interpretaba, el tempo… todo es una interpretación históricamente informada, es decir, recogiendo la información que nos proporcionan los documentos.”
«Conocemos a los principales pintores y literatos del S. XVII, sin embargo, no sabemos quiénes eran los músicos españoles de este tiempo»
Albert Recasens
Un trabajo que desde el ICS dan a conocer al gran público, tarea imprescindible en nuestro país, defiende Albert Recasens: “parece mentira que sepamos perfectamente quienes fueron destacados literatos o pintores de los siglos XVI o XVII en nuestro país, pero en cuanto a nuestro conocimiento de los músicos, damos cierta pena. No sabemos cómo sonaba la música en las iglesias; teóricamente si, con los manuscritos, estudios… pero falta un elemento muy importante, la divulgación. En este punto entra el trabajo que realizamos en el ICS en torno a la divulgación del patrimonio musical español”.