Sus nombres son Elizabeth Tabish, Noah James y Amber Shana Williams, pero muchos los conocen, a través de la exitosa serie The Chosen como María Magdalena, Andrés y Tamar.
Omnes estuvo con ellos durante la promoción de la tercera temporada de esta serie en España. Los capítulos se publican, de manera progresiva, en las diversas plataformas en las que The Chosen se emite. Esta tercera temporada se va adentrando, poco a poco, en algunos de los momentos “complicados” de la vida de Cristo.
The Chosen ha sido para sus propios creadores un éxito inesperado. Las dos primeras temporadas y esta tercera que ha comenzado acumulan más de 450.000.000 visualizaciones en más de 140 países y en 56 idiomas.
El proyecto ha sido posible gracias al crowfunding que, desde sus inicios, Angel Studios, la productora de The Chosen, puso en marcha para financiar esta serie y que ha supuesto el mayor crowdfunding en la historia de las producciones audiovisuales: para la primera temporada, más de 19.000 personas donaron 11 millones de dólares, y para la segunda y tercera temporada se han recaudado más de 40 millones de dólares.
El proyecto comprende 7 temporadas, con más de 50 episodios. El éxito de su primera y segunda temporadas a través de su aplicación móvil llevó a la productora a emitir las dos primeras temporadas en diferentes salas de cine con ocasión del estreno de la tercera entrega de la serie.
Su director, Dallas Jenkins, es un cristiano evangélico, casado desde 1998 con la escritora y profesora Amanda Jenkins, y padre de cuatro hijos, el último de ellos adoptado.
Entre los actores de The Chosen encontramos personas de todo tipo y procedentes de culturas muy diversas. El actor que interpreta a Jesús, Jonathan Roumie, es hijo de padre egipcio y madre irlandesa. Fue bautizado en la Iglesia ortodoxa griega, pero se convirtió al catolicismo. En el elenco hay actores de tradición ortodoxa y cristianos de diversas confesiones, de familia judía o incluso agnósticos. Sin embargo, todos apuntan que The Chosen les ha cambiado la manera de considerar a Jesús y, especialmente, de verlo en sus propias vidas.
“La experiencia más significativa”, “uno de mis mayores retos personales”…, así definen los actores que encarnan a esos hombres y mujeres “elegidos” la experiencia de ser parte del reparto de The Chosen. La charla con Elizabeth Tabish, Noah James y Amber Shana Williams es amena, divertida y sencilla. Tres actores a los que el éxito de una serie de temática religiosa les ha sorprendido e impulsado también en su vida profesional.
¿Cómo ha sido vuestra experiencia de dar voz y rostro a los Apóstoles y santas mujeres? ¿Qué os ha llamado más la atención?
—[E. Tabish] Desde que hice el casting para el papel me sentí muy identificada con la figura de María Magdalena. En el primer episodio, ella está en una situación desesperada, sin futuro, depresiva. Yo misma he pasado por esas experiencias, por lo que hacerlo realidad en el personaje fue sencillo, casi podría decirse que supuso una catarsis, porque, más adelante, María Magdalena vive ese encuentro con Jesús y comienza a seguirle. Del mismo modo, yo misma he avanzado personalmente y me siento más segura en el proyecto, en el propio personaje.
—[N. James] En mi caso, siempre que hago un papel o que realizo un trabajo, intento traer algo de mi propia personalidad al personaje, al proyecto que realizo. Creo que, en el fondo, todos tenemos algo de Andrés o de María Magdalena o de Tamar… o de Romeo o Julieta… Es cuestión de mirarse a uno mismo y decir: “¡Ah!, esta parte de mí se encadena a este rasgo o a este otro del personaje”; y así en diferentes circunstancias, y situaciones. En mi vida, siempre intento ser tan alegre como Andrés, y también es cierto que estoy tan estresado como el propio Andrés. Poner algo de mí para hacer creíble, real, el personaje.
—[A.S. Williams] La realidad es que nos hemos dado cuenta, también en el propio set, de que muchas veces somos muy parecidos a nuestros personajes, e incluso lo comentamos entre nosotros: “¡Estás tan estresado como Andrés!” o “¡Eres tan impulsivo como Pedro!”.
En el ámbito profesional, cuando se es actor, lo último que pretendes es que tu manera de actuar parezca falsa. Nuestro objetivo, como actores es traer aquello que tú eres al personaje, todos los rasgos que puedes ofrecer al personaje, porque cada uno es cada uno. Nuestro objetivo, entonces, es tener parte de estos personajes, de estas historias. Hacernos parte de ella para ser tan auténticos como ellos son, honestos, creíbles. Tenemos la tarea de encontrar esos puntos que tienes más en común con tu personaje, con tu papel. Y, con esas cosas, aunque existan pequeñas diferencias, encontrar la manera de transmitirlo y, al mismo tiempo, que el propio personaje nos inspire. Se crea una relación entre el actor y el personaje. Siempre hay que tener un especial respeto por el personaje; no se trata de juzgar al personaje sino de respetarlo y de ser honesto con él y con la historia.
Más allá de que seáis o no creyentes. ¿Ha cambiado vuestra concepción de Jesucristo con esta serie?
—[A.S. Williams] La mía sí, completamente. Mi padre era ministro en nuestra comunidad, encargado de los cantos. Crecí con una imagen de Jesús asociada a la de las estatuas o las pinturas de las paredes. Un Jesús muy “celestial”, inaccesible. A veces me preguntaba si, realmente, le podía hablar. Creo que, en ocasiones, la experiencia ha sido casi dramática.
Cuando me encontré con The Chosen esto cambió. El Jesús que muestra The Chosen conecta con la audiencia —no solo con los creyentes, sino también con quienes están alejados de la fe o no son creyentes— porque es un Jesús ¡tan creíble! Un Jesús que baila, que ríe, que se lava los dientes, que habla con autoridad, como rey, pero no da una orden fría. Es muy refrescante.
Pienso que nos recuerda que Jesús vivió como un hombre, que tuvo sus necesidades diarias, no fue un extraño a lo que somos nosotros. Nos hace sentir que pertenecemos a su mundo. Todos los que ven a este Jesús pueden decir “Me encanta, amo a este hombre”. Porque es un Jesús que me sonríe, es un Jesús que nos dice que no tenemos que ser perfectos para estar en su presencia. Un Jesús que nos habla y nos recuerda que está aquí para nosotros, para esa redención y que podemos hacerlo, podemos seguirle. Creo que The Chosen hace un excelente trabajo en este retrato humano de Cristo.
¿Es difícil dar vida a María Magdalena o a un apóstol de quienes podemos tener ideas preconcebidas?
—[E. Tabish] En mi caso, que interpreto a María Magdalena, conozco muchos retratos de ella, pintados a lo largo de los años. También es una figura que, en nuestro trabajo de cine, ha sido tratada en diversas ocasiones. Se han hecho muchas historias, muchas especulaciones sobre ella, sobre lo que era, su profesión, o cómo se la ve en los Evangelios.
La realidad es que lo poco que sabemos de María Magdalena lo conocemos por lo que aparece en los Evangelios.
En mi caso, he intentado evitar esas otras interpretaciones y centrarme en lo que de ella aparece en los Evangelios y, junto a esto, estudiar sobre cómo podría ser una mujer como ella, sus costumbres, la cultura de su tiempo… y poner mis propias emociones en su corazón.
He tenido mucho respeto por este personaje porque me encanta el gran amor siente por Jesús y cómo le sigue.
—[N. James] Efectivamente. También, en mi experiencia, el primer paso es acercarme al personaje con el mayor respeto posible. En el caso de The Chosen, además, estamos haciendo una historia que “podía haber sido” y esa es una historia que, en cierto modo, hemos visto desde hace cientos de años en pinturas, en vidrieras…
Cuando he tenido que preparar el personaje del apóstol Andrés, lo que he intentado siempre es preguntarme qué significaría para mi estar pescando durante horas y no coger nada, o pagar mis impuestos, una y otra vez, y ver que, a pesar de todo, pierdo mi barco… ¿Cómo me sentiría ante esas realidades? Es cierto que podemos ver pinturas, interpretaciones de otras personas pero, principalmente hemos de hacer la nuestra, crear una relación con esa materia, crear el personaje en cada momento.
¿Como definiríais The Chosen?
—[E. Tabish] Sin duda, para mí ha sido el proyecto con más significado personal. Es una rara oportunidad para los actores ser capaces de trabajar en un proyecto, terminar la temporada, poder verla, tener feedback y, más aún, hacer otra temporada y continuar creciendo como actores, unos con los otros, inspirándonos los unos a los otros. Incluso en la tercera temporada.
Creo que para mí era casi un propósito de vida ser incluida en algo tan especial. Y así ha sido.
—[N. James] Creo que, con mucho, ha sido el proyecto más gratificante del que he formado parte. The Chosen ha sido además el trabajo que más me ha cuestionado, como actor y persona. Ha sido también el proyecto más retador de grabar, especialmente debido a los elementos meteorológicos. Hemos tenido que grabar mientras nos asábamos de calor, o bajo la lluvia, metidos en agua fría durante horas… A veces las cosas mas gratificantes son las mas retadoras. Y esto ha sido así en The Chosen.
—[A.S. Williams] Para mi ha sido una experiencia clave y, sobre todo, una sorpresa.
Todos teníamos esperanzas de que algún día The Chosen tendría su éxito, pero no podíamos imaginar, ni de lejos, el impacto global que la serie está teniendo hoy. Es una bendición verlo crecer y especialmente, es impactante ver cómo aumenta el nivel en cada temporada. La primera temporada es fantástica y eso mejora a lo largo del proyecto.
Mi propio personaje es una sorpresa, por ejemplo. Con respecto a este papel creo que The Chosen asume muchos riesgos porque, en mi caso, no se trata de un personaje con un nombre conocido en la Biblia. Tamar representa a mucha gente. Aúna a muchas personas que, en los Evangelios, no tienen un nombre concreto. Los amigos del paralítico que lo descuelgan del techo, las mujeres que acompañan a Jesús en su ministerio, etc., no las conocemos a todas por su nombre, pero Tamar representa lo que son todos ellos.
¿Con qué escena os quedáis de la serie?
—[E. Tabish] ¡Oh! Con muchas. Aunque creo que la escena que más me gustó grabar, mi favorita, es cuando, en la segunda temporada, María Magdalena se siente otra vez perdida y se va. Vuelve y no se siente capaz de hablar con Jesús y, entonces, María, la madre de Jesús la lleva a él. Es un momento precioso cuando Jesús le dice que no tiene que ser perfecta, que Dios solo quiere su corazón. Esa escena me conmovió porque, en el fondo, me lo dijo a mi. Es algo que llevo conmigo.
—[N. James] La escena que creo que no olvidaré es la del milagro de los peces del episodio cuarto de la primera temporada. Ha sido de las escenas más difíciles de grabar. Estuvimos 14 o 15 horas metidos en el agua que estaba muy fría… Teníamos que reunir los peces en la barca, poniéndolos juntos, eran como burritos que se escapaban de las manos… sin saber si los efectos visuales iban a funcionar. De hecho, durante varios días no sabíamos si había servido la escena y, cuando la ves, una vez producida, es estupenda.
—[A.S. Williams] Mi escena favorita también se enmarca en la segunda temporada. Es aquella en la que los apóstoles y las mujeres estamos sentados alrededor del fuego y comienza una pelea sobre “si tú tienes derecho a estar aquí o no”, “si yo hago las cosas de este modo o de otro”. En el fondo, se están centrando en ellos mismos, en lo que se merecían o no… En ese momento Jesús aparece exhausto, agotado después de haber estado escuchando y curando a la gente durante todo el día, y es un momento de humillación para esas personas. Es una escena que recuerda que tenemos que parar, y dejar nuestros egos, nuestras opiniones o disputas porque Jesús se está dando a los demás.
También me gustan especialmente las escenas de Jesús con su madre, cómo la mira, cómo se hablan. ¡Porque Jesús tiene una madre! Y todas ellas son impresionantes.