Un director navarro, David Arratibel, ha hecho una película que –por lo menos– podemos calificar de sorprendente. David no cree, y de golpe descubre que toda su familia se ha convertido.
TEXTO—Miguel Castellví
Un director navarro, David Arratibel, ha hecho una película que –por lo menos– podemos calificar de sorprendente. David no cree, y de golpe descubre que toda su familia se ha convertido. Sus hermanas María y Paula, cada una por su cuenta, descubren a Dios. Su madre, Pilar, y su cuñado, Raúl, regresan a la práctica religiosa tras años de distanciamiento. David no lo entiende, se enfada.
Para resolver el conflicto, David Arratibel decide hacer lo que sabe: un documental “para intentar entender cómo habían llegado a tener la certeza de que Dios existe”. El resultado es Converso, una serie de conversaciones con María, Pilar, Paula y Raúl, que –como ha dicho un crítico– no es un documental sobre la fe: “Es sobre ausencias, cariños, vacíos y distancias”. Dicen los protagonistas:
María (hermana mayor, expresiva, apasionada, divertida): “Pues sí, soy eso que llaman ‘conversa’. No sabría describir en qué se convierte una cuando descubre algo tan inmenso como la existencia de Dios. Pero resulta que Converso no es –o no es sólo– una película de conversos”.
Paula (hermana pequeña, reflexiva, médico): “Para mí, la de mi conversión es una historia alegre, de las que apetece compartir; y por otro lado, David me da toda la confianza del mundo porque tiende a hacer las cosas bien naturalmente”.
Pilar (madre, con la serenidad que dan los años): “He vivido más de cuarenta años implicada en la vida política y social y ahí sigo, creo que mientras viva. Pero desde el compromiso cristiano de los veinte años que me animó a luchar por una sociedad más justa, la enorme decepción de las filosofías marxistas, su fracaso histórico y la búsqueda que todas las personas tenemos por encontrar sentido a nuestra existencia, me han permitido encontrar un camino que perdí un día”.
Raúl (cuñado, músico, marido de María): “Nada pude haber imaginado más contrario a mi modo de ser que lo que me ha ocurrido: salir en una película hablando de las más preciadas vicisitudes de mi alma”.
David (director, hermano, hijo, cuñado): “Ha sido una experiencia introspectiva y sanadora que ha conseguido, a través de la conversación, reencontrarme con mi familia, incluso con quienes murieron y no sé si me esperan en algún lugar para retomar las conversaciones que dejamos pendientes”.
Converso, de David Arratibel, es una película que merece la pena ver. Se estrenó en Madrid el 29 de septiembre.