Polonia es uno de los países europeos donde los católicos viven con mayor intensidad la Cuaresma y la Semana Santa. Prácticas cristianas como la abstinencia tienen tal arraigo que hasta multinacionales de comida rápida tienen los viernes un menú especial sin carne.
TEXTO – Ignacio Soler, Varsovia
La película de Krzysztof Zanussi, Da un paese lontano, del año 1981, empieza contando la vida de san Juan Pablo II con la escena de la representación de la pasión en el santuario de Kalwaria Zebrzydowska, cerca de Wadowice. El pequeño Karol, según cuenta la película, se asombra al ver en el bar a quien ha representado a Cristo bebiendo cerveza después de acabar todo. Lo cierto es que el Papa polaco era un hombre fascinado por la Cruz, que tanto se ve en Polonia. Para Wojtyła la Cruz es Cristo, y el Vía Crucis –el camino de cada cristiano–, una devoción que no dejó de practicar todos los viernes del año.
Cuaresma se dice en polaco wielki post, que significa “el gran ayuno”. Si durante el tiempo de Cuaresma el cristiano no hace un poco de penitencia, de la que se nota, de la que se siente, no se sabe cuándo la hará. En Polonia, la abstinencia todos los viernes del año es tan popular que hasta los no creyentes la viven. Por ejemplo, la famosa cadena McDonald’s ofrece un menú especial los viernes con productos sin carne: en vez de hamburguesa está el filet-o-fish (filete de pescado). También es necesario hacer mención de la tradición del jueves antes del miércoles de ceniza, el llamado “jueves mantecoso”. La tradición ese día es comer pączek, una variedad del donut, especialidad de la bollería polaca. Cuantos más, mejor.