Cultura

Tradición y fe alrededor del mundo. Costumbres de Pascua

Procesiones a caballo, los famosos huevos de Pascua de diversas zonas del centro y norte de Europa o comidas tradicionales y regalos son algunas de las costumbres que, en diversas zonas del mundo, se viven con la llegada del tiempo pascual. 

P. Aguilera, M. Meilutyte, J.M. García Pelegrín, A. Bernar, A. y B. Borovský·10 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 7 minutos

Procesión de los Quasimodos. ©Pablo Aguilera

“Si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra predicación y vana también vuestra fe” clama san Pablo, apóstol de los gentiles, en su primera carta a los cristianos de Corinto. La centralidad de la resurrección de Cristo se manifiesta, no sólo de manera especial en la liturgia de la Iglesia sino también en multitud de costumbres y tradiciones que, a pesar del avance de la secularización, siguen estando plenamente vigentes en la vida social y cultural de ciudades y comunidades de todo el mundo. Ejemplos como Alemania, Chile o Suecia dan fe de ello. 

Chile: Fiesta de Cuasimodo

–Pablo Aguilera

El Concilio de Trento en el siglo XVI estableció el precepto de comulgar al menos una vez al año. De acuerdo a esta norma, que también se extendió a América, se hizo común que los sacerdotes llevaran la comunión a los enfermos que no podían asistir a la iglesia en el tiempo pascual.

Durante los albores de la República de Chile (primera mitad del siglo XIX) aparecen registros de la celebración de la fiesta de Cuasimodo. Esta palabra proviene de la frase en latín “Quasi modo géniti infantes”, que significa: “como niños recién nacidos”. Esta frase es la primera del texto con la que se introduce la Misa del domingo siguiente al domingo de Resurrección. 

El sacerdote y su comitiva necesitaban de protección durante su viaje a través de los solitarios caminos rurales, en los cuales algún bandido podía esperar para asaltarlos. La comunidad, entonces adquirió la tradición de acompañar al Santísimo Sacramento que portaba el sacerdote, lo que también cumplía con la misión de recordar la Resurrección de Cristo.

El segundo domingo de Pascua es un gran día para el “huaso” –así se denomina al campesino chileno-del valle central de Chile. Se trata de una celebración esperada con ansias por las distintas asociaciones de cuasimodistas –más de 150 en el país-, pues se trata del momento para demostrar con grandiosidad su fe en la Eucaristía. Con meses de anticipación se repasan los arreos, se diseña la decoración que adornará al caballo, o a la bicicleta; se preparan guirnaldas y letreros para anunciar la llegada de Cristo Rey. 

Se le llama también “correr a Cristo”, es decir los huasos corren en sus caballos, acompañando la carroza donde el sacerdote lleva el Santísimo Sacramento, para que los enfermos y ancianos que no pueden salir de sus hogares puedan comulgar y cumplir el precepto pascual. En señal de respeto los huasos reemplazan sus sombreros por mantillas atadas a sus cabezas y esclavinas sobre sus hombros. A nivel nacional aproximadamente 100 mil personas participan de la fiesta.

Lituania: La decoración de los huevos de Pascua 

–Marija Meilutyte

La costumbre de decorar huevos está muy arraigada en Lituania, como en otras naciones del entorno: Polonia, Ucrania o Bielorrusia. En Lituania, la costumbre de pintar huevos de Pascua se menciona por primera vez en el s. XVI en uno de los himnos de Martynas Mažvydas (escritor lituano, autor del primer libro en lengua lituana), pero es posible que la tradición sea mucho más antigua.

Según los modos de decoración se pueden distinguir diversas formas de decorar estos huevos de Pascua.

Los huevos simplemente teñidos; pueden tan solo teñirse, quedando un huevo monocolor, o colocar, antes del teñido, flores u hojas fijándolas con una media de nylon enrollada, quedando las formas y el color de las hojas y flores estampadas en el huevo. 

Los huevos decorados con cera; con un alfiler fijado en un palito o un lápiz se decoran los huevos con la cera y se sumergen después en el tinte. Para conseguir los motivos en distintos colores, este proceso se repite varias veces tiñendo de un color más claro a uno más oscuro.

Los huevos decorados mediante raspado; los huevos se tiñen de un solo color, y con una aguja o un cuchillo se raspan pequeños motivos calados similares a los motivos populares lituanos en muebles, tejidos, joyas y cerámica.

Hasta el siglo XX, se utilizaban solo tintes vegetales (cáscara de cebolla, hojas de abedul, heno, corteza de roble o aliso) que tiñen los huevos en tonos parduscos, verdosos y amarillentos. Más tarde, se introdujeron los tintes artificiales, dando lugar a colores vivos -rojo, verde, azul, negro, marrón- y de mayor contraste. 

Muchas familias decoran sus huevos de Pascua y los llevan a la iglesia para ser bendecidos en una cesta con otros alimentos. La bendición de los huevos se hace normalmente durante la Vigilia Pascual o en la Misa de Pascua, aunque en muchas iglesias se ofrecen, además, horarios solo para la bendición de los alimentos durante el Sábado Santo. 

Los huevos decoran la mesa de Pascua y se comen a partir del domingo de Resurrección. Dependiendo del número de huevos que hayan decorado, las familias pueden estar varios días comiendo huevos cocidos. También muy frecuente también regalarlos o intercambiarlos con familiares o amigos. 

Alemania: Procesión ecuestre en Alta Lusacia 

–José Gª Pelegrín

En Sajonia existe la costumbre pascual probablemente más vistosa de Alemania: la cabalgata de Pascua. Se trata de una tradición de Oberlausitz (Alta Lusacia), la región que se extiende al este de Dresde hasta la frontera con Polonia, y que desde hace siglos se celebra –al igual que en algún otro lugar de Baviera– en poblaciones católicas; aquí, tradicionalmente unida a la cultura soraba. Los sorabos son una minoría de lengua eslava occidental –con similitudes con el polaco, el checo y el eslovaco– que cuenta actualmente con unos 80.000 habitantes. 

El domingo de Pascua, los hombres católicos de una parroquia, ataviados con levita y sombrero de copa, se dirigen al pueblo vecino a lomos de caballos decorados festivamente para anunciar la buena nueva de la Resurrección de Jesucristo. En ella participan también clérigos que portan estandartes y un crucifijo o una pequeña estatua, ocupando los primeros puestos junto con los abanderados. Antes de salir del pueblo, los jinetes dan tres vueltas alrededor de la iglesia y son bendecidos por el sacerdote. Es costumbre que la parroquia visitada devuelva la visita. 

De acuerdo con la tradición, cada procesión –que puede constar de hasta 450 jinetes y caballos– no puede cruzarse con la otra. Además, los itinerarios de las procesiones se trazan deliberadamente para que el mensaje pueda proclamarse en el mayor número de lugares posible. Cantan canciones litúrgicas invocando bendición para la tierra. Los jinetes de Pascua son bienvenidos en todas las familias. Se les agasaja con pasteles caseros y aguardiente, mientras que los participantes lazan caramelos a los niños.

La procesión ecuestre más antigua, que se desarrollaba entre Hoyerswerda y Wittichenau, está documentada desde finales del siglo XV. En 1541, la procesión se trasladó de Wittichenau a Ralbitz, pues en Hoyerswerda se había introducido la Reforma protestante.

Junto con esta tradición, de la Pascua soraba forman parte también algunas otras costumbres, como el “lanzamiento de huevos” en Protschenberg, cerca de la ciudad de Bautzen. Tradicionalmente, los ciudadanos adinerados de la ciudad alta de Bautzen hacían rodar huevos, naranjas, pasteles y demás golosinas por una empinada ladera, para que los recogieran las familias pobres que vivían en chozas al pie de la ladera. Esta costumbre fue prohibida en la época de la República Democrática Alemana (1949-1990. 

En Berthelsdorf existe desde hace más de 130 años la tradición de un desfile de músicos la noche del Domingo de Pascua, que marchan tocando corales y canciones populares de Pascua. Otra tradición es el “agua de Pascua”: al amanecer del Domingo de Resurrección, las jóvenes van a un manantial para sacar agua de Pascua. Según la tradición, el agua confiere belleza y ahuyenta las enfermedades, pero sólo si las muchachas no dicen ni una palabra en el camino de ida y vuelta.

Suecia: la luz de las hogueras

–Andrés Bernar

Suecia, a pesar de ser uno de los países mas secularizados de occidente, no puede olvidar sus raíces cristianas que se manifiestan de modo especial en muchas tradiciones populares sobre todo relacionadas con los tiempos litúrgicos fuertes: la Navidad y la Pascua.

Tras los largos meses invernales, sumergidos en la oscuridad, la pascua coincide con un cambio significativo en la duración de la luz diurna. De un modo similar, la luz del cirio pascual entrando en la iglesia en total oscuridad, recuerda que Cristo resucitado es la luz del mundo. También fuera de las iglesias, en algunas regiones del país, se encienden hogueras en la noche de pascua, un modo de recordar que la luz de Cristo llega a todos los lugares.

Las ramas de pascua (Påskris) son ramas, habitualmente de abedul, que se decoran con plumas de colores y se sumergen en agua. Durante las semanas del tiempo de Pascua florecen, significando la vida que surge de la resurrección. 

Los huevos de pascua: son huevos de gallina decorados con diversos motivos en alegres colores. Nos recuerdan que durante la Cuaresma no se tomaban huevos antiguamente y por tanto, ahora en la Pascua es motivo de fiesta y celebración. El huevo es símbolo de la vida y el romper la cáscara nos recuerda a Jesús saliendo del sepulcro sellado con la piedra.

Caramelos y gominolas de pascua. En Suecia es tradicional que los niños compren gominolas y otros caramelos solamente en los sábados. EnPascua, es costumbre regalar grandes huevos de cartón o plástico decorados con motivos pascuales y rellenos de gominolas. Además de esto, el lunes de Pascua es festivo en este país, una buena forma de recordar cómo el cristianismo dejó una huella en la cultura y en la vida social sueca.

Eslovaquia. en la Misa y en la Mesa

–Andrej Matis y Braño Borovský

El Rito de la Resurrección del Señor es un rito específico sólo de Eslovaquia y algunas naciones vecinas que tiene lugar al final de la liturgia de la Vigilia Pascual. Se trata de un rito procedente de la primitiva Iglesia eslava, asociado a la diócesis de Esztergom.

El Rito comienza con la Invocación inicial: El sacerdote con la custodia se acerca al altar, eleva la custodia y entona: “¡He resucitado!” y luego tres veces, en voz cada vez más alta incoa: “¡Paz a vosotros, soy yo, aleluya!”. Los fieles responden: “¡No temáis, aleluya!”. Después de este canto de alegría sigue una procesión solemne, encabezada por la Eucaristía en custodia y la estatua del Resucitado. 

La procesión, en la que participan los fieles, suele dar la vuelta a la iglesia, mientras que el sacerdote con la custodia imparte la bendición a los cuatro puntos cardinales. Aunque la liturgia de ese día suele ser la más larga del año, sin embargo, es palpable la belleza y alegría de estos momentos y la gente participa en ella con gran alegría.Una vez recorrida la iglesia, el sacerdote vuelve a colocar la custodia en el altar y confiere la Bendición eucarística final.

La alegría pascual se nota también en la mesa familiar en la que se encuentran jamón ahumado, ensalada rusa, quesos especiales, huevos, etc. Además, aquí el ayuno de Viernes Santo no sólo guarda abstinencia de carne sino también de queso y huevos. 

La comida se bendice con una bendición especial que se suele impartir antes de la Vigilia Pascual. En muchos pueblos y ciudades, los fieles llevan los platos ya preparados a la iglesia y el sacerdote o el diácono les bendice antes del comienzo de la Misa. 

Otra de las costumbres eslovacas de pascual más populares es la Šibacka. Los primeros días de Pascua, los chicos jóvenes toman una varita de sauce fresca y dan golpecitos con ella a las chicas jóvenes, en su tiempo “casaderas”. Los premios por “šibacka” solían ser únicamente los clásicos huevos, llamados “pisanky” o “kraslice”, que se decoraban. También se les daba un trozo de tarta o algo de beber. Se trata de una tradición cristianizada de un rito pagano de fertilidad. Con su cristianización se recuerda a las santas mujeres cuando, tras ver el sepulcro vacío, se lanzan a anunciar al Resucitado y los soldados romanos y algunos judíos les azotaban pero ellas seguían adelante con su mensaje de esperanza. De ese modo, la costumbre pagana se convirtió en una catequesis, aunque quizás no de un modo totalmente fidedigno. 

El autorP. Aguilera, M. Meilutyte, J.M. García Pelegrín, A. Bernar, A. y B. Borovský

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