Vaticano

Papa Francisco: «El corazón de Jesús es un corazón pastoral»

El Papa Francisco ha continuado en la audiencia general con su catequesis sobre el celo apostólico. Esta vez se ha centrado en la figura de Jesucristo como modelo de evangelización.

Paloma López Campos·18 de enero de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos
Audiencia general Papa

El Papa Francisco durante la audiencia general (CNS Photo / Paul Haring)

El Papa Francisco ha retomado la catequesis sobre el celo apostólico. Esta vez ha centrado la predicación en la figura de Jesús y su corazón pastoral, “modelo insuperable del anuncio”. Cristo, que es el Verbo de Dios, “está siempre en relación, en salida”. Al ser Verbo es Palabra, que “existe para ser transmitida, comunicada”. En definitiva, Jesús es la “Palabra eterna del Padre que llega a nosotros. Cristo no solo tiene palabras de vida, sino que hace de su vida una Palabra: es decir, vive siempre dirigido hacia el Padre y hacia nosotros”.

El comienzo

El Papa invita a fijar la mirada en las jornadas de Jesús, en las que “vemos que en el primer lugar está la intimidad con el Padre, la oración, por la que Jesús se levanta temprano, cuando todavía está oscuro, y se dirige a zonas desiertas a rezar”. Es ahí, “en esta relación, en la oración que le une al Padre en el Espíritu, donde Jesús descubre el sentido de su ser hombre, de su existencia en el mundo como misión para nosotros”.

Para profundizar en esto, Francisco analiza la primera aparición pública de Cristo: “Jesús no hace un gran prodigio, no lanza un mensaje con efecto, sino que se mezcla con la gente que iba para ser bautizada por Juan. Así nos ofrece la clave de su acción en el mundo: desgastarse por los pecadores, haciéndose solidario con nosotros sin distancias, en el compartir total de la vida”.

De este modo, dice el Santo Padre, podemos ver que “cada día, después de la oración, Jesús dedica toda su jornada al anuncio del Reino de Dios y a las personas, sobre todo a los más pobres y débiles, a los pecadores y a los enfermos”.

El corazón pastoral de Jesús

Es fácil identificar a Jesús con una imagen concreta. Señala el Papa, “Jesús mismo nos la ofrece, hablando de sí como del buen Pastor, aquel que – dice – «da su vida por las ovejas». De hecho, ser el pastor no era solo un trabajo, que requería tiempo y mucho empeño; era una verdadera forma de vida: veinticuatro horas al día, viviendo con el rebaño, acompañándolo a pastar, durmiendo entre las ovejas, cuidando de las más débiles. En otras palabras, Jesús no hace algo por nosotros, sino que da su vida por nosotros. El suyo es un corazón pastoral”.

La pastoral de la Iglesia

Francisco señala la comparativa entre la misión de Jesús y la acción de la Iglesia, que suele calificarse como “pastoral”. Al evaluar esta actividad, “debemos compararnos con el modelo, Jesús buen Pastor. En primer lugar, podemos preguntarnos: ¿lo imitamos bebiendo de las fuentes de la oración, para que nuestro corazón esté en sintonía con el suyo?”

El Papa invita a tener presente el capítulo 15 del Evangelio de Lucas, donde se encuentra recogida la parábola de la oveja perdida. En esa puede verse el corazón pastoral que “sufre y arriesga. Sufre: sí, Dios sufre por quien se va y, mientras lo llora, lo ama todavía más. El Señor sufre cuando nos distanciamos de su corazón. Sufre por los que no conocen la belleza de su amor y el calor de su abrazo. Pero, en respuesta a este sufrimiento, no se cierra, sino que arriesga: deja las noventa y nueve ovejas que están a salvo y se aventura por la única perdida, haciendo algo arriesgado y también irracional, pero acorde con su corazón pastoral, que tiene nostalgia de los que se han ido; no rabia ni resentimiento, sino una irreductible nostalgia por nosotros. Es el celo de Dios”.

Con esto, el Papa Francisco concluye diciendo: “¿tenemos sentimientos similares? Quizá vemos como adversarios o enemigos a los que han dejado el rebaño. Encontrándoles en la escuela, el trabajo, en las calles de la ciudad, ¿por qué no pensar más bien que tenemos una bonita ocasión de testimoniarles la alegría de un Padre que les ama y que nunca les ha olvidado? Hay una buena palabra para ellos y nosotros tenemos el honor y la carga de llevarla. Porque la Palabra, Jesús, nos pide esto. ¡Quizá seguimos y amamos a Jesús desde hace tiempo y nunca nos hemos preguntado si compartimos los sentimientos, si sufrimos y arriesgamos en sintonía con su corazón pastoral! No se trata de hacer proselitismo para que los otros sean “de los nuestros”, sino de amar para que sean hijos felices de Dios”.

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