“Hoy muchos, demasiados, hablan de guerra: la retórica belicosa vuelve a estar de moda, por desgracia. Pero mientras se difunden palabras de odio, la gente muere en la brutalidad de los conflictos. En cambio, hay que hablar de paz, soñar con la paz, dar creatividad y concreción a las expectativas de paz, que son las verdaderas expectativas de los pueblos y de las personas. Haced todos los esfuerzos posibles en este sentido, en diálogo con todos”, ha señalado el Santo Padre a los participantes en el Coloquio.
“Que vuestro encuentro en el respeto de la diversidad y con la intención de enriqueceros mutuamente sea un ejemplo para no ver en el otro una amenaza, sino un don y un interlocutor precioso para el crecimiento recíproco.
“Os deseo días de fraternidad, fecundos en amistad y buenos proyectos, y un fructífero compartir los resultados de vuestro trabajo”, ha deseado el Papa Francisco, líder del orbe católico, tras recordar las iniciativas surgidas en el marco de su viaje apostólico al país más extenso de Asia Central, Kazajstán, en septiembre de 2022.
Congreso de líderes, “plataforma bien probada para el diálogo”
El Pontífice ha saludado de modo especial a la parte kazaja del Coloquio, el Congreso de Líderes de las Religiones Tradicionales y Mundiales, al que asistió el Papa en su séptima edición; el Senado de la República y el Centro Nursultán Nazarbayev para el Diálogo Interreligioso e Intercultural, y ha subrayado su “alegría por ver en este evento un primer fruto significativo del Memorando de Entendimiento concluido entre el Centro Nazarbayev y el citado Dicasterio”.
El Congreso “es una plataforma única y bien probada para el diálogo no sólo entre líderes religiosos, sino también con el mundo de la política, la cultura y los medios de comunicación”, ha valorado Francisco. Se trata de “una iniciativa meritoria que se corresponde bien con la vocación de Kazajstán de ser «un país de encuentro».
“Además del viaje apostólico”, ha recordado el Papa que “tuve ocasión de mostrar mi cercanía al pueblo kazajo con ocasión de la visita al Vaticano, el pasado mes de enero, del presidente de la República, que tan cortésmente me acogió en el país, y en el encuentro con S.E. el Sr. Ashimbayev, presidente del Senado y Jefe de la Secretaría del Congreso, que participa en vuestro coloquio como Jefe de la Delegación kazaja”.
“Apoyarnos en el cultivo de la armonía entre religiones y culturas”
“Deben ustedes apoyarnos en el cultivo de la armonía entre religiones, etnias y culturas, armonía de la que su gran país puede sentirse orgulloso”, ha solicitado el Santo Padre. “En particular, hay tres aspectos de su realidad que me gustaría destacar: el respeto a la diversidad, el compromiso con la “casa común” y la promoción de la paz”.
Por lo que respecta al respeto de la diversidad, “elemento indispensable de la democracia –que debe promoverse constantemente–, el hecho de que el Estado sea “laico” contribuye en gran medida a crear armonía”, ha añadido.
“Se trata, evidentemente, de una sana laicidad, que no mezcla religión y política, sino que las distingue por el bien de ambas, y que al mismo tiempo reconoce el papel esencial de las religiones en la sociedad, al servicio del bien común”. Pueden consultar el texto íntegro aquí, del que se han reseñado al comienzo algunos aspectos.
Sobre Kazajstán, 1 % de católicos, país de encuentro
Kazajstán, tras su independencia en 1991, es en la actualidad un país soberano de inmensas estepas, con una pequeña población (apenas 19 millones de habitantes) para una gran extensión que lo convierte en el noveno país más grande del mundo (2.750.000 kilómetros cuadrados: cinco veces más grande que España).
Como informó Omnes, en el país kazajo residen aproximadamente 182.000 católicos: en torno al 1 % de la población. Se trata de la segunda minoría cristiana, después de la Iglesia ortodoxa, en un país de mayoría musulmana. Aunque es frecuente que los católicos pertenezcan a familias de raíces europeas (polacos, alemanes, ucranianos o lituanos), poco a poco la Iglesia católica se va enraizando en aquellas tierras.