En su saludo, el nuncio apostólico ha mencionado los distintos temas que van a tratarse en la Asamblea. Ha animado a continuar con el trabajo sobre el documento que se está preparando sobre “persona, familia y sociedad”. También ha hecho referencia a las preocupantes cifras que hay en España sobre el suicidio y el invierno demográfico.
Por otro lado, Mons. Bernardito ha hablado sobre la protección de menores y los más vulnerables y la prevención de abusos. Además, ha querido hablar sobre los seminarios en España y la vida consagrada en el contexto eclesial, poniendo atención en la labor que hay que hacer con las nuevas vocaciones y la colaboración con las comunidades religiosas.
Por último, el nuncio ha dedicado unas palabras a Monseñor Luis Argüello, secretario general que ha renunciado a su puesto ante su elección como Arzobispo de Valladolid.
La Iglesia y el mundo actual
Por su parte, el cardenal Omella ha comenzado su discurso haciendo una llamada a la Iglesia española a “amar el tiempo, el lugar y la realidad que nos toca vivir”. Ha recordado que la Iglesia es una madre que “acoge, escucha, acompaña con ternura y fortalece para poder volver al mundo a servir y amar con alegría y esperanza”.
El cardenal ha hablado de la política actual, agradeciendo su labor a todas las figuras públicas que trabajan por el bien común, sin embargo, también ha mencionado las bienaventuranzas del buen político que dejó el cardenal vietnamita Van Thuan, como recordatorio de que el primer paso para el trabajo que exige la política hoy es la cooperación.
A continuación, Omella ha expuesto algunos retos urgentes a los que deben atender los obispos. Entre ellos, ha citado la pobreza en la que se encuentran muchas personas, la situación de la familia que necesita de políticas que apuesten por ella, la falta de cuidados paliativos en España o la soledad no deseada.
Hablando sobre la aportación que puede realizar la Iglesia, el cardenal Omella ha dicho que esta debe “anunciar la esperanza que el mundo necesita”. Ha querido subrayar dos iniciativas que se están llevando a cabo: “recuperar población en la España vaciada” y “avanzar hacia una economía con alma”.
En palabras de Omella, los obispos deben “ayudar también a los sacerdotes a redescubrir su identidad, su misión en medio de esta sociedad cambiada y cambiante”. Además, la Iglesia en su conjunto debe avanzar en el camino sinodal, fortaleciendo los espacios de diálogo y de escucha mutua.
El Cardenal ha finalizado su intervención invitando a todos a la evangelización, advirtiendo que “el Señor nos pide salir de una concepción demasiado humana de la evangelización, apegada a estadísticas y estrategias, para despertar la creatividad y el empuje de la fe”. Por último, ha animado a la participación en la Jornada Mundial de la Juventud que tendrá lugar en Lisboa el próximo agosto de 2023.