El año 2022, por la gracia de Dios, fue un buen año para el cine católico en Puerto Rico. Las películas “Corazón de Padre”, “Amanece en Calcuta”, “Vivo”, “La Divina Misericordia”, “Esclavos y Reyes” y “Tengamos la Fiesta en Paz” fueron una oportunidad para que, a través del séptimo arte, con el nombre de la Santa Iglesia Católica, Cuerpo Místico de Cristo, tuviera una experiencia de fe y de comunidad por medio de las parroquias.
Ante el fracaso del documental “Hospitalarios” (Jesús García, 2019) debido a la falta de promoción y proyección en tan solo cinco salas de cine en toda la Isla, “Cine Fe, Puerto Rico” hizo un reenfoque de su promoción, no tanto en las redes sociales, estaciones de radio católicas y el canal de televisión católico, sino en las parroquias, que es donde se encuentra la base de la feligresía.
“Cine Fe, Puerto Rico” es un grupo de laicos que pone sus dones, destrezas, trabajo y dinero para adquirir, mercadear y distribuir películas católicas en los cines de Puerto Rico, bajo la dirección espiritual de un presbítero que evalúa las películas. Como antes he mencionado, el gran reto de la organización era recuperar una posición respetable ante los proveedores de cine en Puerto Rico, pues la permanencia de una película siempre se mide por los dólares y centavos que genera sus ventas.
Decía san Juan Pablo II en su exhortación apostólica Christifideles Laici que “la comunión eclesial, aún conservando siempre su dimensión universal, encuentra su expresión más visible e inmediata en la parroquia… La misma Iglesia vive en las casas de sus hijos y de sus hijas” (n.26). Por tanto, debido a que la parroquia es donde se encuentra la base de los hijos e hijas de Dios, la promoción debe siempre darse desde la base.
Gracias al Obispo de la Diócesis de Mayagüez, Ángel Luis Ríos Matos, el cual permitió que se repartieran los afiches promocionales de las películas en las 30 parroquias, se logró crear un movimiento de base desde las parroquias donde el séptimo arte se convirtió, no solo en una experiencia de vida parroquial, sino un momento para la evangelización. A fin de cuentas, si los feligreses llenan los bancos de los templos parroquiales, ¿acaso no pueden llenar una sala de cine? Claro, el reto está siempre en que sea evangelización y no caer en el folklore.
El apoyo de los presbíteros
Esto ha motivado a varios presbíteros de la Iglesia particular antes mencionada a apoyar el proyecto. No se trata solamente de anunciar las películas en los boletines parroquiales y poner el afiche en el tablón de edictos, sino de invitar de manera personal a la comunidad parroquial a ver la película, inclusive, verla junto a su padre y pastor.
Por ejemplo, el párroco de la parroquia san Miguel Arcángel de Cabo Rojo, padre Wilson Montes, se ha encargado de invitar a los fieles a que apoyen esta iniciativa y los invita a que lo acompañen al Teatro Excelsior, a solo pasos del templo parroquial, para ver las películas católicas que llegan a Puerto Rico. Esto también gracias al gerente del establecimiento, que es un feligrés de su parroquia. Por su parte, el vicario parroquial de la parroquia San Sebastián Mártir, en San Sebastián, padre Julio Echevarría, movilizó 60 personas a Western Plaza en Mayaguez para la película “La Divina Misericordia”. Este servidor hizo lo propio en un “party bus” para el estreno de “Tengamos la Fiesta en Paz,” ya que en la comunidad parroquial donde laboro hay mucho envejeciente que no conduce en la oscuridad de la noche.
Para el Director de “Cine Fe, Puerto Rico”, Danny Nieves, que es feligrés de la parroquia María Madre de la Misericordia en Guaynabo, el apoyo de los presbíteros ha sido crucial para estas películas. “Somos un proveedor de cine pequeño. Jamás vamos a competir con productoras como Disney, Warner Brothers, Paramount, entre otros productores grandes de la industria de cine en Hollywood. La industria de cine se deja llevar por volúmenes de ventas por concepto de ventas de boletos y eso ya nos pone en desventaja. Lo importante es que se vea que estas películas tienen apoyo para que podamos seguir conservando nuestro espacio”, expresó Nieves.
Por estos esfuerzos llevados a cabo, “Caribbean Cinemas”, el proveedor más grande de cine en Puerto Rico, aumentó el número de salas donde se exhiben las películas, permitió funciones privadas para el presbítero que garantizara la venta del 50% de las butacas de la sala y admitió que las sucursales que se ubican en los centros comerciales Western Plaza en Mayagüez y Aguadilla Mall en Aguadilla, ambas en terrenos de la Diócesis de Mayagüez, han sido de los que han dejado mayor número de ventas por concepto de venta de boletos.
San Juan Pablo II fue un gran promotor de este instrumento para la “Nueva Evangelización.” Hace 20 años, mientras se encontraba en la asamblea plenaria de la Comisión Pontificia de Bienes Culturales de la Iglesia, el Romano Pontífice expresó que “la Iglesia siempre ha considerado que, a través del arte en sus diferentes expresiones se refleja, en cierto sentido, la belleza de Dios y orienta por así decir a la mente hacia Él”. Citando el Concilio Vaticano II hacía referencia que el conocimiento de Dios se manifiesta de manera transparente a la inteligencia de la persona humana.
Actualmente se encuentra en desarrollo un proyecto colaborativo con “Caribbean Cinemas», para que haya funciones privadas en los colegios católicos de Puerto Rico. De esta manera se integran las artes a los currículos de enseñanza de la fe y se le da al estudiantado, no solo un espacio para hacer y construir comunidad, sino un espacio donde el evangelio se hace accesible en las salas del cine. Entre los estrenos que se tienen proyectados para el año 2023 están “Lourdes” y “El Cielo No Puede Esperar” de la vida del beato Carlos Acutis.