En sus primeras palabras, el obispo auxiliar de Toledo ha señalado la novedad que supone para él esta encomienda. A pesar de tener una larga trayectoria en el servicio a la Iglesia en la Santa Sede, «no he trabajado directamente en la Conferencia Episcopal Española».
Mons. César García Magán asume este reto » con sentimiento de gratitud y responsabilidad, que quiero traducir en dedicación, en un servicio de trabajo para todas las iglesias particulares de España y todas las realidades eclesiales» Asimismo ha querido destacar el «sentimiento de colaboración sincera con ellos y con todas las necesidades de las iglesias particulares, vida consagrada, realidades apostólicas, movimientos, con todo el laicado que conforman la mayor parte de la Iglesia en España».
«Inicio una etapa de aprendizaje» ha querido subrayar el nuevo Secretario General, «vengo a escuchar, a aprender y a aportar mi granito de colaboración en esta tarea».
El obispo auxiliar de Toledo ha respondido además a varias preguntas de los periodistas alli congregados. En esas respuestas ha puesto de manifiesto, entre otras cosas «que la relación con el Gobierno no viene de nuevas, «es un proceso que está en marcha, hay diálogos abiertos» ha querido puntualizar.
El nuevo Secretario General ha añadido que siempre «puede ser intensificable y mejorable» pero ha querido aclarar que, en este ámbito, el interlocutor con el Gobierno es el Presidente de la Conferencia Episcopal.
Asimismo, ha salido a relucir su carrera diplomática en servicio a la Santa Sede que, para el nuevo Secretario «es una buena escuela, una escuela exigente y además «me ha servido para ir con ‘luces largas’ en la carretera y mirar a la Iglesia con horizonte de universalidad y eso da mucha esperanza».
García Magán se ha mostrado reacio a ser «etiquetado» ni de conservador ni de progresista afirmando que «en el Evangelio o en la Laborem exercens de san Juan PabloII encontramos propuestas que podemos tachar de revolucionarias»