A pesar de su pequeño tamaño (menos de 300 metros cuadrados incluida la Iglesia) tiene una larga historia y se convirtió en una institución que se remonta a los albores del cristianismo, en particular con Carlomagno.
Pero también se entrelaza con la historia reciente, “La institución se volvió sede de una organización clandestina que se ocupaba de proteger y ocultar a judíos y otros perseguidos durante la ocupación nazi, como lo recuerda el film ‘The Scarlet and The Black’, con Gregory Peck” del año 1983, explica a Omnes, el sacerdote e historiador Johannes Grohe, vice director del Instituto Goerres y miembro de la “Arciconfraternita al Campo Santo Teutonico”.
“El sacerdote irlandés Hugh O’Flaherty (1889-1963), del Servicio Diplomático de la Santa Sede, que tenía su residencia en las estructuras del Camposanto, permitió que se salvaran unos 6.500 entre perseguidos y judíos, haciéndolos refugiar en el Vaticano y sus residencias, como los 12.000 que Pio XII escondió en Castel Gandolfo” explica.
“Gracias a la llamada ‘Escape Line’ que contaba -prosigue don Johannes Grohe- con el apoyo del embajador británico Francis D’Arcy Osborne, refugiado en la antigua Residencia Santa Marta, y de la princesa italiana Elvina Pallavicini, refugiada a su vez en las estructuras del Camposanto, se lograba obtener documentos falsos que les permitían a las personas en peligro de vida salir del país, burlando así los controles de la Gestapo. Entretanto el jerarca nazi y criminal de guerra Herbert Kappler nunca logró atrapar a O’Flaherty, si bien 5 de sus colaboradores terminaron fusilados en las Fosas Ardeatinas.
Don Johannes Grohe que es también profesor en la Pontificia Università de la Santa Croce recuerda que Hugh O’Flaherty fue denominado “La prímula roja del Vaticano” (The Scarlet Pimpernel of the Vatican – por ello el título del libro de J. P. Gallagher del 1967, que inspiró el mencionado film), y que para mostrar a la Resistencia que estaba siempre allí, rezaba paseándose en la zona situada delante la basílica de San Pedro, haciendo entrar a los refugiados por los caminos contiguos al hoy demolido Museo Petriano, al lado del Santo Oficio.
El “Camposanto dei Teutonici e dei Fiamminghi” en alemán: “Friedhof der Deutschen und der Flamen”, y sus estructuras se sitúan sobre el lugar donde se encontraba el circo romano que vio martirizado al apóstol Pedro, hoy entre el Aula Pablo VI -donde se realizan las audiencias- y la basílica de San Pedro.
Una vez que el Circum Neronianum cayó en desuso, muchos cristianos quisieron ser enterrados en esa necrópolis, cerca de la sepultura del santo apóstol.
El cementerio Teutónico es mencionado por primera vez por documentos en el 799, y parece haber sido fundada por el mismo Carlomagno o relacionado a su figura gracias a la fundación de la “Schola Francorum”, seguramente la más antigua institución germánica en Roma, que se unía a otras instituciones nórdicas: la de los Longobardos, Frisones y Sajones, questa última con la actual iglesia de “Santo Spirito in Sassia”.
De hecho en el período de la coronación de Carlomagno, el emperador del Sacro Imperio Romano Alemán, llegaban a Roma peregrinos provenientes desde todos los rincones del imperio y era necesario darles hospitalidad y tener un cementerio para dar digna sepultura a quienes murieran en la Ciudad Eterna.
Así ya en el siglo XIII la Schola Francorum altomedieval, a cargo del clero incluyó dos iglesias, el hospicio para peregrinos y pobres, además del cementerio. Una de estas iglesias, la contigua “Santa María della Pietà”, gestiona el cementerio y hasta hoy día el reglamento para ser allí enterrado contempla ser madre lengua alemana y haber residencia en Roma.
Restaurado en 1454 miembros alemanes de la Curia Romana dieron fondos para una reconstrucción total que incluía la iglesia. En 1597 fue creada la “Arciconfraternità di Nostra Signora” con sede al lado del Cementerio Teutónico.
Con el impulso de su rector Anton de Waal a partir del 1876 se construyó una residencia para sacerdotes estudiosos de historia y arqueología sacra, y algunos de ellos intervienieron en las excavaciones de Roma. En 1888 se añade el Instituto Romano de la Sociedad de Goerres.
“El Instituto y la residencia, hoy “Pontificio Collegio” disponen – explica don Johannes Grohe- de una biblioteca con más de 50 mil libros, que contiene también un reparto “Biblioteca Ratzinger/Benedetto XVI, con sus obras, en ediciones en muchos idiomas, y sobre su teología”.
Además “el Cardenal Ratzinger, que era miembro de la Archicofradía y de la Sociedad de Goerres, había vivido en el Collegio un período, antes de mudarse a la Piazza Leonina y ser elegido Pontífice, y tenía como la costumbre de celebrar cada jueves la S. Misa en la Iglesia del Campo Santo. En 2015 celebró por última vez la S. Misa en esta iglesia, con sus exalumnos de teología, el famoso “Schülerkreis” cocluye don Johannes Grohe.
Hoy el Rector de la Confraternidad y del Colegio es padre Konrad Bestle, y el director del Instituto Histórico del “Istituto Goerres al Campo Santo Teutónico” es el historiador y rector del “Pontificio Istituto di Archeologia Sacra”, Mons. Stefan Heid.