Cultura

Catalina María Drexel, apóstol de los indios americanos

El 1 de octubre del 2000 san Juan Pablo II canonizó a Catalina María Drexel (Katharine Drexel), una religiosa estadounidense que dedicó su vida al apostolado con los indios americanos.

Paloma López Campos·3 de marzo de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos
Santa Catalina María Drexel

Vidriera representando a santa Catalina María Drexel (Wikimedia / Nheyob)

El 26 de noviembre de 1858, un banquero rico y su mujer tuvieron una niña en Filadelfia, Estados Unidos. Aquel día no pudieron siquiera intuir que años después esa chica sería santa Catalina María Drexel, canonizada por el Papa Juan Pablo II en el año 2000. ¿Qué tuvo de especial la vida de aquella mujer?

La niña que nació en esa familia acomodada aprendió desde pequeña la importancia de la generosidad. Su padre y su segunda esposa (la madre de Catalina murió poco después del nacimiento de la santa) ejercían una potente labor caritativa con los pobres de la ciudad. Catalina y sus hermanas se involucraron en las obras de sus padres, al mismo tiempo que crecían en la fe.

Cuando el matrimonio falleció, sin mediar muchos años entre una muerte y otra, Catalina heredó una gran fortuna. A los 33 años, decidió continuar la labor caritativa de los Drexel, dedicando así todo su dinero y su vida a quienes más lo necesitaban.

Fundadora de una Congregación

En una visita a Roma, le pidió al Papa León XIII que enviara más misioneros a América, con el fin de ayudar a los indios americanos. Sin embargo, el Pontífice le preguntó con cariño si no quería ser ella misma misionera. Dicho y hecho, al volver a Estados Unidos Catalina ingresó en la congregación de las Hermanas de la Caridad.

Poco después, en febrero de 1891, fundó su propia congregación: las Religiosas del Santísimo Sacramento para los Indios y las Personas de Color (“Sisters of the Blessed Sacrament for Indians and People of Color”). Como explican las religiosas en su página web, su misión es “compartir el mensaje del Evangelio con los pobres, especialmente entre los pueblos negro e indígena, y a desafiar todas las formas de racismo, así como las demás injusticias profundamente arraigadas en el mundo actual”.

Catalina Drexel fue la superiora general de la congregación hasta 1937, cuando tuvo que dar un paso atrás por motivos de salud. Dedicó todos sus años al frente de las Religiosas del Santísimo Sacramento a fundar escuelas para los indios y los negros en diversos lugares del país. También colaboró en la apertura de universidades y en la fundación de conventos.

La salud de santa Catalina se deterioró tras un ataque al corazón. Estuvo veinte años retirada de la intensa actividad de la Congregación y falleció a los 96, en 1955. 45 años después el Papa san Juan Pablo II la beatificó. El Pontífice polaco dijo de santa Catalina Drexel que “es un excelente ejemplo de la caridad práctica y de la solidaridad generosa con los menos favorecidos”.

Legado actual de Catalina Drexel

Debido a su labor, Catalina Drexel recibió varios reconocimientos en su vida, como la medalla DeSmet, una medalla de los Caballeros de Colón o un premio entregado por el Comité de Católicos del Sur.

Como parte de su legado actual, todavía está en activo el “Xavier University Preparatory”. Además, muchas iglesias y capillas están puestas bajo su especial protección y llevan su nombre, como varias parroquias en Florida, Nueva Jersey o Pensilvania.

Santa Catalina María Drexel fotografiada en la década de 1910 (Wikimedia)
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