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El camino sinodal alemán celebra su cuarta Asamblea plenaria

Del 8 al 10 de septiembre se reunirá nuevamente en Fráncfort el Pleno del camino sinodal. Las principales propuestas se encuentran en abierta contraposición a la nota de la Santa Sede remitida en julio, sobre todo en relación con “nuevas formas de gobierno” de las diócesis, que se pretende introducir.

José M. García Pelegrín·7 de septiembre de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Foto: Georg Bätzing, presidente de la conferencia episcopal alemana, celebra la Misa durante la tercera Asamblea Sinodal . @CNS/Julia Steinbrecht, KNA

Los días 8 a 10 de septiembre se celebrará nuevamente en Fráncfort una Asamblea plenaria del camino sinodal alemán. Se trata de la cuarta, tras las de enero/febrero de 2020, septiembre/octubre de 2021 y febrero de 2002. En principio se había previsto que fuera la última; pero ya en febrero se decidió que a comienzos de 2023 tuviera lugar una quinta y —previsiblemente— última Asamblea plenaria.

Independientemente de los temas concretos que se propone tratar, a los que nos referimos con ocasión de la anterior asamblea —una nueva “valoración” de la homosexualidad y en general de la moral sexual católica; el celibato “opcional” para el sacerdocio o la “apertura” para las mujeres de todos los ministerios en la Iglesia—, en Fráncfort el denominado “Foro sobre el Poder y separación de poderes en la Iglesia” presenta para su segunda lectura, es decir, para su “votación definitiva”, dos propuestas encaminadas a perpetuar el camino sinodal, a proporcionarle un carácter permanente o, en palabras de una responsable de dicho Foro, “un efecto de palanca mucho más allá del camino sinodal”.

La propuesta “Consultar y decidir conjuntamente” prevé un “consejo sinodal de la diócesis” con el fin de “debatir y decidir conjuntamente sobre todas las cuestiones de importancia diocesana”. En definitiva se trata de que las decisiones relevantes para la diócesis las tomen conjuntamente el obispo y dicho consejo, elegido “democráticamente”. En caso de que el obispo no “esté de acuerdo” con una decisión tomada por el consejo, este podrá “oponerse al voto del obispo por mayoría de dos tercios”.

La advertencia al camino sinodal

Es este precisamente el aspecto más explícito que criticaba una nota de la Santa Sede el pasado mes de julio. Aquí se recordaba que el camino sinodal “no está facultado para obligar a los obispos y a los fieles a adoptar nuevas formas de gobierno”. La nota explicita que “no sería admisible introducir nuevas estructuras o doctrinas oficiales en las diócesis antes de que se haya alcanzado un acuerdo a nivel de la Iglesia universal”. Habrá que ver cómo la 4ª Asamblea del camino sinodal intenta solventar esta contradicción. 

Lo mismo puede decirse de otro de los textos que se proponen para su aprobación en la Asamblea, titulado “Fortalecer la sinodalidad de forma sostenible: un Consejo Sinodal para la Iglesia Católica en Alemania”. Dicho “Consejo Sinodal” no solo tendría como misión asesorar “sobre los acontecimientos esenciales de la Iglesia y la sociedad”, sino que se propone que tenga capacidad para tomar “decisiones fundamentales de importancia supra-diocesana sobre la planificación pastoral, las cuestiones de futuro y los asuntos presupuestarios de la Iglesia que no se deciden a nivel diocesano”. Su composición correspondería a la de la Asamblea del camino sinodal y dispondría de una “secretaría permanente, que deberá contar con el personal y la financiación adecuados”. 

Categorías políticas

Según afirmaba una de las responsables de dicho Foro, su función sería coordinar los trabajos de la Conferencia Episcopal y del Comité central de los católicos alemanes. Implícitamente se está afirmando, por tanto, que al Comité central se le confiere el mismo nivel de decisión dentro de la Iglesia que a la Conferencia Episcopal. Así se entiende el malestar, expresado en varias ocasiones por representantes del “Comité central de los católicos alemanes”, de que el Vaticano solo invite a obispos y no a laicos a mantener conversaciones. Al parecer, las categorías por las que se rigen son las de carácter político: lo que querrían son “negociaciones bilaterales” entre la curia romana y el camino o consejo sinodal alemán.

Otro aspecto en el que se está insistiendo en los días anteriores a la celebración de la 4ª Asamblea es que el camino sinodal “no es un camino especial alemán”. Así afirmaban recientemente los Presidentes del camino sinodal, Mons. Georg Bätzing (Presidente de la Conferencia Episcopal) e Irme Stetter-Karp (Presidenta del Comité central de los católicos alemanes). En una publicación sobre “procesos sinodales de la Iglesia universal” se buscan “consideraciones, dinámicas y cuestiones comparables en otros países y regiones del mundo”. 

Según informa KNA (“Agencia católica de noticias”), Bätzing y Stetter-Karp llegan a la conclusión de que “no solo en Alemania hay una demanda de una mayor transparencia y participación del poder, de una relación y una ética sexual más desarrolladas y mejor comunicadas, de un diseño más abierto al futuro de la existencia sacerdotal y de un papel más responsable y visible de las mujeres en la Iglesia”.

Compañeros de viaje para el camino sinodal alemán

Aquí parece encontrarse la “respuesta” a la nota de la Santa Sede de julio: el camino sinodal alemán busca “compañeros de viaje” o incluso aliados para hacer hincapié en que los temas que allí se tratan también importan en “la Iglesia universal”, pues “la Iglesia universal no es sencillamente la curia vaticana”, en palabras de una representante de dicho camino sinodal.

Por otro lado, continúan las críticas al camino sinodal: a las cartas remitidas por obispos o por conferencias episcopales, como la de Europa septentrional o Polonia, así como por asociaciones de fieles como “Nuevo Comienzo” o “Maria 1.0”, se suman las críticas de algunos teólogos. Así, el teólogo suizo Martin Grichting —antiguo Vicario general de la diócesis de Chur— ha publicado recientemente un artículo en el diario “Die Welt” con el título “Sobre la sustancia del cristianismo no se puede votar”.

Según este teólogo, el camino sinodal “impone a la Iglesia estructuras democráticas que atacan la sustancia del cristianismo. No se cree que la Iglesia sea algo propio de la Revelación, por lo que queda en manos de personas que se han empoderado a sí mismas”. Con funcionarios vinculados a la política y la “ingeniería social” y con la mayoría de los obispos “la Iglesia ha destronado a su Rey, el propio Cristo”. Según Grichting, el camino sinodal “asume tácitamente que para la Iglesia no son decisivos el Dios que se revela a sí mismo y, por tanto, el Evangelio, así como la tradición de la Iglesia, sino la cosmovisión contemporánea y poscristiana”.

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