Evangelización

El Domingo del Mar y la Virgen del Carmen, Estrella de los marinos

La Jornada del Domingo del Mar, nacida en Inglaterra en 1975, se celebra en la Iglesia el segundo domingo de julio, y recuerda a millones de marinos y a los capellanes y voluntarios de ‘Stella maris’ (Apostolado del Mar). Junto a ella está la fiesta litúrgica de la Virgen del Carmen el 16 de julio, que se festeja en multitud de localidades costeras en el mundo.     

Francisco Otamendi·13 de julio de 2024·Tiempo de lectura: 6 minutos
Virgen del Carmen, patrona de Chile

La Virgen del Carmen es patrona de Chile @Vatican Media.

“Al rendir homenaje a los marinos cada año, precisamente durante el segundo domingo de julio, conocido también como el Domingo del Mar, las comunidades católicas de todo el mundo desean centrar la atención en aquellas personas que trabajan en este sector y rezan por ellas”.

Entre ellas se incluyen “las tripulaciones de las embarcaciones que transportan mercancías, los trabajadores portuarios, los operadores de remolcadores y los estibadores, los guardacostas, el personal de tráfico marítimo, el de salvamento, los agentes de aduanas y los pescadores, y todos aquellos con quienes colaboran, además de sus familias y comunidades”, señala un Mensaje del cardenal M. Czerny S.J., Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral de la Santa Sede, escrito para este domingo y fechado el 24 de junio.

El número total de estos trabajadores y de sus familias se cuenta seguramente por millones, constata el texto. “El Domingo del Mar da visibilidad a lo cotidiano de sus vidas, que de otra forma permanecería invisible. En la actualidad, al igual que ya ocurría en el pasado, la navegación marítima se traduce en largos períodos de ausencia, meses e incluso años, del hogar y de tierra firme. Tanto los marinos como sus familias pueden perderse momentos significativos de la vida de los suyos”. 

Ejemplo de san Pablo

“El ejemplo de San Pablo, que pasó mucho tiempo en alta mar durante sus viajes misioneros, es una fuente de estímulo y de fortaleza”, añade. “El cristianismo se difundió por mar hasta tierras lejanas; no había otra opción. La Iglesia de hoy puede inspirarse en los habitantes de las comunidades costeras, que fueron los primeros en escuchar el mensaje totalmente nuevo de Cristo, de boca de los apóstoles que viajaban por mar y de otros misioneros”.

“La llegada de nuevas embarcaciones significaba más encuentros e intercambios, mayor apertura a las novedades y a las inmensas posibilidades que existían más allá de las costas locales. La llamada a acoger al forastero puede plantearnos un reto cuando preferimos permanecer aislados social y espiritualmente. No podemos abrirnos a las posibilidades de la vida si preferimos la comodidad de lo que nos es familiar. El camino de la apertura es el camino de la esperanza”, escribe el Prefecto Michael Czerny en un texto recogido por las conferencias episcopales.

Dignidad de los marinos

A continuación, el cardenal entra en cuestiones referidas a la dignidad y los derechos de los marinos, como posibles injusticias. “Sin duda, el salario que perciben puede ser un aliciente por lo que estos sacrificios puedan merecerles la pena; aun así, este beneficio puede verse amenazado por las injusticias, la explotación y la desigualdad. Es maravilloso, por tanto, cuando los voluntarios, los capellanes y los miembros de las Iglesias locales en los puertos, que participan activamente en la pastoral de la gente de mar, defienden la dignidad y los derechos de los marinos”.

Además, se recuerda que frente a la tendencia a permanecer distantes y alejados unos de otros, “el Papa Francisco afirma: “La verdadera sabiduría supone el encuentro con la realidad (…). El problema es que un camino de fraternidad, local y universal, sólo puede ser recorrido por espíritus libres y dispuestos a encuentros reales” (Fratelli tutti, 47, 50).

Integración en la vida y pastoral de la Iglesia

“La pastoral del mar puede ayudar, de muchas maneras, a integrar la periferia con el centro, por ejemplo, encontrándose, en persona y en la oración, con los marinos, mejorando las condiciones materiales y espirituales de los trabajadores, defendiendo su dignidad y sus derechos y promoviendo las relaciones internacionales y aquellas políticas dirigidas a la tutela de los derechos humanos de quienes viajan y trabajan lejos de sus familias y de sus países de origen”.

“La Iglesia está llamada a servir a cada miembro de la familia humana. Dado que los marinos proceden de todos los países del mundo y profesan todas las religiones del mundo, incluirlos en la vida y en la pastoral de la Iglesia facilita un crecimiento en la comprensión recíproca y en la solidaridad entre todos los pueblos y religiones”, prosigue el cardenal, que acude para terminar a la Virgen María: “Pedimos a Nuestra Señora, Estrella del Mar, que acompañe a todos aquellos cuya vida y trabajo están marcados por el mar y que sea su estrella guía en el camino hacia Cristo”.

Virgen del Carmen y Día de las gentes del mar

“Cuidad de los mares; cuidad de sus gentes” es el lema con el que la Iglesia celebra el Día de las gentes del mar 2024. Esta jornada se celebra cada año el 16 de julio, coincidiendo con la fiesta de su patrona, la Virgen del Carmen.

Además de en países de Europa como Italia o España, en América Latina la devoción a la advocación de la Virgen del Carmen es profunda: es Reina y Patrona de Chile, Patrona de Colombia, Alcaldesa Perpetua de Lima (Perú), Patrona del Ejército de Venezuela, referencia mariana en Costa Rica, Nicaragua, Guatemala, México, Panamá, Puerto Rico…, etcétera.

El obispo Luis Quinteiro, promotor del Apostolado del Mar en España, y administrador apostólico de Tui-Vigo al escribir estas líneas, ha argumentado a qué responde el lema de este año. “En el contexto actual de graves problemas medioambientales y de una persistente falta de consideración por las necesidades y los derechos de la gente de mar, especialmente en algunos países, María nos llama a cuidar de los mares y a cuidar de sus gentes. La contaminación de los mares es un problema acuciante, la asistencia a la gente de mar una demanda constante. Por eso, ‘hay que cuidar de ellos’”.

Orígenes 

La devoción a la Virgen del Carmen hunde sus raíces en el Monte Carmelo en Tierra Santa, donde vivieron los primeros ermitaños cristianos. Estos ermitaños, inspirados por el profeta Elías, veneraban a María como la Flor del Carmelo. La Orden de los Carmelitas, fundada en el siglo XII, adoptó a la Virgen del Carmen como su patrona y propagó su devoción por todo el mundo, ha explicado la Fundación CARF

El Papa Francisco ha destacado el papel de la Virgen del Carmen como guía y protectora de los marineros y pescadores, subraya la misma Fundación. En una audiencia general, comentó: “La Virgen del Carmen es una estrella que guía a aquellos que buscan la paz y la seguridad en su fe”.

El prior del convento de santa Teresa en Madrid, P. Antonio González, carmelita descalzo, en una intensa semana debido a las novenas en los templos, ha comentado a Omnes, entre otros aspectos, que “la devoción a la Virgen del Carmen nace en el seno de nuestra Orden”, y que “el escapulario es pieza central de nuestro hábito”.

Escapulario del Carmen

El historiador y también carmelita descalzo Daniel de Pablo Maroto ha destacado algunas vivencias que le hacen vivir con especial intensidad la fiesta de la Virgen del Carmen. Entre otras, “el recuerdo del Monte Carmelo en Palestina, donde se encuentra el convento carmelitano de ‘Stella Maris’, Estrella del Mar, con el camarín de la imagen de la Virgen del Carmen; santuario que se asoma a la hermosa bahía de Haifa, un extraordinario regalo para la vista”.

“La principal gracia y prerrogativa del uso del escapulario del Carmen”, escribe también el autor carmelitano, “procede de una antigua tradición verbal de siglos (1251) confirmada en un documento litúrgico del siglo XIV como revelación de la Virgen del Carmen a San Simón Stock que suena así: ‘Este será el privilegio para ti y todos los carmelitas: quien muriere con él [el escapulario] no padecerá el fuego del infierno: es decir, el que con él muera, se salvará’”.

Promesa sabatina

Con posterioridad se añadió una segunda gracia protectora de Nuestra Señora del Carmen a los portadores de su escapulario, añade Daniel de Pablo: “el llamado ‘privilegio sabatino’, también en conexión con la muerte del cristiano: la misma Señora prometió a sus cofrades salir cuanto antes del purgatorio, a más tardar el sábado siguiente a su muerte. Resumiendo, los ‘privilegios’ de vestir el escapulario del Carmen son ayuda en todos los estadios en los que se pueden encontrar sus cofrades: ‘En la vida protejo; en la muerte ayudo; y después de la muerte, salvo’”.

“Hoy en día, el uso del escapulario es una devoción muy extendida entre los devotos de la Virgen del Carmen”, recoge Fundación CARF. “Esta pequeña prenda que recuerda el hábito de los carmelitas, se lleva alrededor del cuello y simboliza ese yugo que Jesús nos invita a cargar, pero que María nos ayuda a llevar. Las personas que lo llevan se comprometen a vivir una vida de oración, devoción a la Santísima Virgen María y compromiso con la Iglesia”.

Es justo señalar también que existe otra advocación de nuestra Madre Santa María, la Virgen del Rosario, a la que muchas gentes tienen devoción, y que se celebra en octubre. La presencia de la Virgen del Rosario entre los hombres del mar, ‘la Galeona’, está arraigada en Cádiz, por ejemplo, de la que es su Patrona desde hace 150 años, como explicó a Omnes el dominico fray Pascual Saturio.

El autorFrancisco Otamendi

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